Capitulo 22

2 1 0
                                    

Lia



Me despierto con un leve dolor de cabeza que podría ser exactamente un tumor como lo busque por google. 

Pero mi cuerpo se siente como si hubiera sido arrollada por una camioneta y que esta siguiera andando y me dejara a la mitad de carretera. 

—¡Ay mi cabeza!—me quejo, vuelvo a sentir mi boca seca, algo frío pega en mi mejilla haciéndome estremecer por la repentina temperatura baja, volteo tomando el vaso rápidamente y bebiendo de golpe—, muchas gracias. 

—De nada—dice la persona a mi lado haciéndome voltear como el exorcista.

Dargan estaba allí al lado de la camilla con una pequeña sonrisa, sus ojos se ven cansados con aquellas bolsas algo negras por debajo de estos y su cabello anda peor que los nidos de los pequeños pájaros. 

Aún así no se le quita lo guapo. 

Hago una mueca de fastidio al razonar lo que dije ¡Él me rechazo! No debería ni estar dirigiendole la palabra. 

Noto que se sienta en mi camilla, y yo intento alcanzar rápidamente el boton de llamar a una enfermera para echarlo de la habitacion. 

—No toques el boton, Lia—advierte, me detengo y lo volteo a mirar para encontrarmelo cara a cara. 

Se le nota cansado y ojeroso, llevaba su corbata desordenada y algo suelta, la camisa blanca bajo el chaleco arrugada y remangada en las mangas, su cabello desordenado como si se hubiera pasado mil veces la mano por este, al notar como le queda el traje puedo apostar que no ha comido nada estos días. Se ve peor de lo que yo estoy. 

Y fui yo la secuestrada, increible. 

—¿Puedes irte entonces, por favor?—pido sin mirarlo—, no quiero hablar contigo ahora ni después. 

Noto un movimiento en la cama que me alerta de que algo se está acercando. 

—¿Estás segura?—cuestiona al acercarse a mi rostro casi uniendo nuestras frentes. 

Mi respiración se corta enseguida y mis labios se abren ligeramente para reprochar y decirle que se aleje, pero de estos solo sale un pequeño suspiro al ver sus profundos ojos de un verde intensos. 

Nos quedamos por unos segundos en silencio mirándonos fijamente con una fina conexión que me da a entender lo que me gusta de este hombre y que aunque más lo aleje de mi vida, seguramente volverá por los mismos pasos que yo dejé.

Siento que este sentimiento quema tan fuerte en mi pecho que solo cierro los ojos para no poder ver el rostro del hombre que desde el primer momento solo me trató mal. 

Y yo voy en la vida enamorándome de puro desgraciado. 

—Lía, perdo… 

Mis manos rápidamente tapan su boca en un intento desesperado para que no diga aquellas palabras que sé que me harán cambiar de opinión en mis propias decisiones con respeto a mis sentimientos por él. 

Si sebas pudiera escuchar mis pensamientos me diría que de donde saco buenas palabras para hablar conmigo misma y no con las otras personas. 

—Dargan, sé que me vas a decir—comienzo diciendo, él enarca una ceja y sus ojos expresan sus pensamientos claramente. 

¿Siempre ha sido tan expresivo con la mirada?

—... no quiero que sientas lastima por mi y que aceptes mis sentimientos por culpabilidad, ya que fue tú culpa que me secuestraron, claro. 

Una se sus manos toma mis muñecas quitandolas de su boca. 

—¿Mía?—dice muy indignado. 

—Pues si—encojo mis hombros—, ¿Quién en su sano y cuerdo juicio dejaría a una mujer tan guapa y lastimada cómo yo en una esquina para que se fuera por sí misma a altas horas de la noche?

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 09 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

La mala suerte de Lía [Trilogía "Gato Negro"]Where stories live. Discover now