36-Necesidad bruta

15K 832 111
                                    

—Natasha

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Natasha.

Escaparme a la habitación de Jacob por las noches era peligroso, pero más peligroso era no ir. Habia pasado horas encerradas con él, saboreando todo lo que tenia para darme, bajo, sobre o como se lo ocurriera dármelo. Habia sido alucinante dejar que me envolviera en sus dedos.

Para el final de la noche estaba sudada, cansada y regresando a mi cama con las piernas temblorosas, por supuesto con una sonrisa en los labios con la mente en blanco, sin pensar en nada más que sus besos y su cuerpo contra el mío.

Esta mañana era la mejor entre muchas en tantos años, una sonrisa en mi boca desde que desperté y aun mejor cuando no tuve que ver la cara de Connor y disimular mi culpa. Según habia dejado un mensaje en mi celular, habia salido con sus padres a por provisiones al centro, lo que me dejaba una mañana libre para mi y mis propios pensamientos.

Cuando estuve lista luego de un largo baño, me puse un vestido blanco suelto, con estampado de flores azul claro y completamente descalza, salí de mi habitacion. Se suponía que debo tomar algo para desayunar, pero realmente no tenia deseos de comer algo aun, en vez de eso deje que mi curiosidad flotara mirando por todo el pasillo donde había unas cuantas puertas cerradas, sin sonidos detrás, pero no fue hasta mirar al final del pasillo que despertó mi deseo por explorar la casa que hasta ahora no habia visto más allá que las salas comunes y el cuarto de Jacob, el que habia conocido demasiado.

Una sonrisa corrió por mis labios ante ese ultimo pensamiento y rememorar lo pasado hace unas horas.

Niego lentamente mientras emprendo mi camino al ático con la puerta y escalera al final del pasillo. Una vez dentro me sorprendo de lo iluminado que esta el lugar, normalmente los áticos están oscuros y abarrotados, pero aquí todo es claro, hay un ojo de buey con el diseño de una flor en el centro que hacia que la luz se dividiera en pequeños rayos de sol que iban desde blanco hasta el amarillo floreciente. A los lados dos ventanas amplias con el mismo diseño y la habitación se abría por completo al ojo del espectador.

Aferro mis manos al barandal de la escalera por la que he subido, mientras miro todo desde mi posición con precaución e interés, dando una mirada de soslayo a la puerta abierta a mi espalda y doy otro paso adelante, entrando en el lugar del todo.

Hay docenas de cajas de plástico apiladas a un lado de la pared, mientras que en otra hay muebles apilados con cuidado, dejando el medio totalmente despejado, justo donde las luces que entran por el ojo de buey crean rayos de luz distorsionadas. Una sonrisa se forma en mis labios al sentir que he entrado a otro mundo. Con cuidado me acerco a los muebles y dejo que mis dedos corran por sobre ellos, arrastrando rayas de polvo. Las tablas bajo mis pies rechinan un poco y se siente frías en mis pies descalzos.

Las paredes están ligeramente descoloridas, con el blanco sobre la madera adquiriendo un tono amarillento por los años que no ha tenido una mano de gato y el olor guardado combinado con historia y salitre, como si los años junto al mar y su aroma se hubieran aguardado en este lugar.

Habitación 159 [#1 Los Wellington] COMPLETA ✔Where stories live. Discover now