Habitación 159 [#1 Los Wellington] COMPLETA ✔

2- Braga y tarjeta (parte 1)

—Jacob.

Es sorprendente lo rápido que podría pasar el tiempo cuando no piensas en lo que una vez te hirió.

Es septiembre y ya sentía que junio y sus sorpresas dolorosas fueron en una vida pasada para mí. Habia pasado el resto del verano tratando de vendar mis heridas y por fin acaba de entrar a la universidad de mis sueños o más bien, el sueño de mis padres. Me acaba de mudar hace unas semanas, quedando impresionado por lo hermoso que era el lugar, grandes edificios hechos en piedras antiguas y algunas alas adaptadas a épocas modernas, amplios jardines verdes en los que cientos de alumnos tomaban recesos.

La primera vez que entre a la biblioteca de la facultad de negocios, quede impresionado por lo amplio y elegante que lucía el lugar, sin contar que allí había miles de libros que podrían ser devorados por mis ojos, desde ciencia, hasta historia, literatura y matemáticas. Mi mejor amigo se burlaba constantemente de mi por ser un cerebrito, pero lo cierto es que no era así, había batallado un poco para poder terminar la escuela.

Soy ese tipo de alumno promedio, hacia mis tareas, aunque no siempre bien, me iba más o menos en los exámenes y en lo único que se podría decir que destacaba era en los deportes. Siempre fui bueno en Baseball en la escuela, de hecho, en un tiempo creí que lo podría jugar profesionalmente, sin embargo, en ese tiempo no sabía que mi destino ya estaba marcado como el hijo que heredaría la empresa familiar, pues mi hermano mayor, Connor, es doctor en psiquiatría y el menos, Jeffry o Jeff como prefería ser llamado, estaba en la secundaria, muy cerca de terminar la escuela. Así que tan pronto como llego el sueño, así mismo se fue.

He tenido que inscribirme en la universidad para estudiar una licenciatura en administración, mi familia es dueña de una cadena de ferreterías, especializada en materiales de construcción, es a lo que mis padres se dedicaban y es su legado. No somos una familia como los Rockefeller, pero sí que teníamos nuestros ingresos, una cadena ferreterías dejaba lo suficiente para darse sus gustos.

Mi padre es quien dedicaba más tiempo al negocio y aunque mi madre es su socia, solía trabajar de manera remota la mayoría del tiempo, lo que siempre le dio su espacio para estar pendientes de sus hijos. La sucursal principal estaba en Queens, muy cerca de nuestra casa, por lo que ellos no tendrán que desplazarse largas distancias para trabajar.

Mis hermanos estaban libres de sentir todo el estrés que generaba pensar en el futuro y soy yo que me tendría que tirar sobre los hombros todo un legado familiar. Cuando una persona llega al nivel universitario es como entrar a la madures, ya debes pensar como una persona responsable, porque de ello depende tu futuro o parte de él, esa fue otra de las razones por la que me tome un año luego de salir de la escuela para poder entrar en la universidad, queria tener mi último tiempo libre antes de arrojarme a los brazos de las responsabilidades.

Yo había tomado mucho en cuenta eso, por lo cual desde mi llegada en la primera semana de septiembre me vi inmiscuido en las clases de lleno, aunque mi mejor amigo con el cual compartía un apartamento modesto a dos cuadras de la universidad, no pensaba lo mismo. Jackson o mejor conocido como Jack, era un loco desenfrenado por las fiestas, las chicas de pechos grandes y rubias. Él amaba el típico estereotipo de chica americana.