𝟐. 𝐄𝐋𝐋𝐀

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Capítulo 2

LEXTER

Parece que la vida se empeñó en darnos la oportunidad que a ella se le fue negada.

ATECKDRA FICXIA (CASTILLO WORWICK)

El príncipe Valko había llegado exitosamente al reino de Ateckdra para reunirse con su familia, que ya había estado viviendo en aquel lugar durante un par de años.

Valko se encontraba en la sala privada de la reina junto a su madre, quien intentaba hablar con él mientras él yacía sentado frente al fuego de la chimenea, observándola tranquilamente. La reina Diana Worwick estaba preocupada por la llegada de su hijo y estaba hablando con Valko sobre ello.

—Espero que tu hermano pueda llegar bien y que no tenga problemas con Xia para que lo deje partir —dijo Diana.

—Hmm.

Diana miró a su hijo cuando él hizo ese sonido con su voz, recordándole inevitablemente a su padre, el rey Valko.

—Tu padre quiere hablar contigo después de que termine la reunión con el consejo —indicó Diana.

—Estaré al pendiente, madre.

La conversación fue interrumpida por Sr. Hiles, la espada jurada de la reina, quien se reverenció ante ella antes de hablar —Mi reina.

Diana miró hacia el hombre —¿Qué sucede, Sr. Hiles?

—La reina Elizabeth Thousands —anunció el guardia dejando pasar a la mujer, que cruzó las puertas de la sala saludando a su hija con un abrazo.

—¡Madre! —exclamó Diana, emocionada.

—Hola hija, ¿cómo estás? —saludó Elizabeth.

—Bien madre, ¿Cómo estuvo el viaje? —preguntó Diana.

—Un poco agotador, pero todo salió muy bien, hija. Lena vino conmigo.

—¿Lena está aquí? —preguntó emocionada Diana.

—Sí, ella quiso acompañarme y yo se lo permití.

Diana sonrió mientras Elizabeth posó su mirada en el hombre que estaba sentado en la silla frente a la chimenea. La risa de Elizabeth desapareció al ver a la figura masculina vestida enteramente de negro.

La rubia observó la mirada de su madre y supo de inmediato que él le recordó a su padre, faltaba solo la tira de cuero negra que atravesaba la parte trasera de su cabeza, la cual era la tira del parche que Valko usaba. Solo bastaba eso para decir que estaban viendo al rey Valko sentado justo ahí.

—Valko —susurró Elizabeth, aunque ella en sí no se refirió a su nieto en aquel susurro, sino al hombre que había sido su esposo. Elizabeth tenía años sin ver a su nieto. Él había dejado Southlandy cuando solo tenía catorce años de edad, y la última vez que lo vio él tenía dieciséis años. Ahora, ya era todo un hombre de veinticuatro años, la misma edad que tenía Valko cuando ella le conoció.

—Hijo —habló Elizabeth, capturando la atención de su nieto.

Valko se levantó y caminó hacia su abuela, quien quedó aún más anonadada al verlo de frente.

𝐕𝐀𝐋𝐊𝐎: 𝐇𝐈𝐄𝐋𝐎 & 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora