𝟏𝟒. 𝐕𝐄𝐋𝐎 𝐃𝐄 𝐌𝐈𝐄𝐃𝐎𝐒

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Capítulo 14

La presencia de los gemelos en las cuevas de tortura del castillo esta vez no solo era para ver a aquellos hombres que tenían apresados y averiguar que tanto habían hablado dependiendo el caso.

Esta vez ellos debían hacer hablar a alguien que había estado colmando la paciencia del rey, o al menos eso habían intentado sin tener éxito.

El príncipe Valko y el rey Veikan también ingresaron a las cuevas, y a medida que se iban introduciendo más en ellas escuchaban gritos desgarradores que no parecían perturbarles en lo absoluto, si algo tenía el rey Veikan era que confiaba ciegamente en sus sobrinos para llevar a cabo este tipo de actividades, ya que ellos tuvieron un gran mentor y maestro, su hermano y padre de los gemelos, el príncipe Aiseen Worwick.

Cedric parecía divertirse buscando qué objeto de tortura podría producir más dolor para pasarlo a su hermano, mientras que el hombre en cuestión se encontraba amarrado y desnudo con muchas laceraciones en su cuerpo frente a Alek.

Ese día el príncipe estaba de buen humor y decidió empezar con algo tranquilo. Él le había arrancado las uñas de los dedos de las manos a aquel hombre una por una de forma lenta y precisa para que sintiera mucho dolor, así que los dedos del mencionado se encontraban bañados en sangre a causa de aquel acto que para Alek y Cedric era un pequeño y diminuto gesto y muestra de ellos hacia ese hombre indicándole que la iba a pasar muy mal.

Veikan y Valko se hicieron presentes ante los gemelos y vieron al hombre amarrado ante ellos.

—¿Este es el maldito? —preguntó Valko observando al hombre.

—Sí, Alek lo apresó —respondió Veikan dejándose ver serio. 

Valko miró a Alek y sus labios se curvaron un poco mostrando el sadismo y lo gratificante que era esa situación para él. Veikan se acercó al hombre con una cara de satisfacción al verlo en ese estado y habló buscando que el hombre abriera los ojos y le viera. —Sé que también hablas Nordés, así que Mírame.

El hombre no le miró mostrando su rebeldía y Veikan se percató que en un costado aquel hombre tenía una herida considerable que seguramente su sobrino le había propinado.

Veikan acomodó un guante de cuero en su mano y volvió a pedirle al hombre que le mirara, pero una vez más esto no ocurrió. El rey pidió específicamente que se le acercase un recipiente con sal, la que se le fue puesta a su disposición por su sobrino Cedric. Veikan metió su mano empapando sus dedos con sal y de inmediato metió sus dedos en la herida de aquel hombre con la intención de abrirla y hacerla más profunda, el hombre dio un fuerte y desgarrador grito de dolor ante aquel acto de Veikan que no cesaba hundiendo aún más sus dedos en la herida provocando que está se abrirá con más profundidad logrando infringir más y más dolor y por un instante este hombre abrió los ojos, pero los volvió a cerrar rápidamente apretándolos con fuerza.

—¡Maldito!.. ¡Te cortaré los huevos! —gritó Valko acercándose a él listo para hacer lo que sus palabras sugirieron, pero Veikan le detuvo—. ¡Mira a tu rey! —gritó Valko molesto.

El hombre se negó una vez más generando una gran molestia en Veikan. El rey miró a su sobrino y le hizo una señal con su mano para que hiciera su magia.

Alek entendió el gesto y dio órdenes a unos hombres que se encontraban junto a ellos en las cuevas para que sujetaran bien al desdichado y el gemelo menor pidió las pinzas que emocionadamente su hermano Cedric le proporcionó al menor, “el que no quiere ver, que no vea” fueron las palabras de Alek dichas en voz alta mientras Cedric pedía que le llevaran su encargo extra especial.

El menor se acercó al hombre con las pinzas mientras los encargados de sujetarle bien hacían su trabajo controlando al hombre que al fin abrió los ojos más que nada por la fuerza viendo lo que se le venía y este no tardó en rogar que no le hicieran daño y que él estaba dispuesto a cooperar, pero claramente debió haber cooperado desde el inicio.

𝐕𝐀𝐋𝐊𝐎: 𝐇𝐈𝐄𝐋𝐎 & 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄Où les histoires vivent. Découvrez maintenant