𝟒𝟎. 𝐒𝐄Ñ𝐀𝐋𝐄𝐒

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Capítulo 40

DUNKELHEIT FICXIA (CASTILLO VIKERNES)

DÍAS DESPUÉS

Las puertas del salón del consejo se abrieron y a través de ellas entraron la reina Priyenka y el príncipe Aleister, encontrándose con una figura masculina de pie frente al escudo de la casa Vikernes, que constaba de una espada dorada envuelta en serpientes de tres cabezas. Priyenka y Aleister observaron a aquel sujeto mientras este movía en ligeros círculos la copa de vino que tenía en su mano  y su voz masculina resonó en la habitación.

—Tengo una leve curiosidad ¿Cómo es que este escudo llegó a tener una espada dorada y una serpiente de tres cabezas? Se supone que la espada blanca debe ser el centro en medio de un círculo de espigas doradas, reina Vikernes —El hombre se giró, miró a Priyenka y le sonrió.

—Duque Lendil, qué bueno tenerlo en Dunkelheit —Habló ella con amabilidad.

—Gracias, reina —El hombre se acercó a Priyenka y plantó un elegante y delicado beso en la mano—. Príncipe Aleister— Se reverenció.

Priyenka invitó al hombre a seguirla hasta la gris mesa y dijo: —Tome asiento, por favor.

Una vez que tomaron sus lugares, Priyenka inició la conversación: —En respuesta a su pregunta, duque, aunque los Worwick son nuestros ancestros, un sinfín de sucesos desencadenaron que perdiéramos el linaje que a ellos les caracterizaba y eso llevó consigo a que todo alrededor de este reino fuera debidamente modificado.

—Comprendo.

Aleister rodó los ojos con desdén al oír a su hermana hablar con una risa burlona que el duque logró percibir.

—¿A qué se debe su visita, duque Lendil? —preguntó Aleister sin darle más largar a la conversación.

—Hace un par de días, me llegó un comunicado del rey Tajera y de Lord Stephen, donde me contaban acerca de cosas que se están llevando a cabo en contra de los casta blanca y dorada y pensé... Quizás quiera unirme a la causa.

Aleister y Priyenka se miraron.

—¿A qué se debe su deseosa unión a nuestro consejo? —preguntó la reina.

—Xistrinia, reina. A lo largo del tiempo, mi familia ha sido la poseedora de Xistrinia y somos los que hemos manejado ese pueblo a nuestra conveniencia según lo que nos pareciera justo. Hasta que se me fue arrebatado mi palacio. Mi padre, el padre de mi padre y su padre siempre estuvieron al frente de ese pueblo sin restricción alguna y de repente, ellos llegan y quieren reordenar la ley justa que ejercíamos en ese lugar. Así que seré directo, tengo entendido que no solo quieren sacarlos de aquí, sino que también desean acabar con la cabeza, ¿no es así?

—Correcto —respondió la Vikernes.

—Me parece perfecto, porque yo también quiero una cabeza.

—No me diga, ¿quiere la del príncipe Valko o la del rey Veikan?

—No, quiero la cabeza de Timothy Worwick. Ese mal nacido mocoso fue quien llegó a Xistrinia y me expulsó del palacio, quedándose con algo muy preciado para mí.

—¿Se puede saber qué es eso tan preciado, duque Lendil?

—Una hermosa mujercita de caderas fértiles que compré como esclava para que fuera mi concubina. La matriz reseca de mi esposa me ha dificultado el hecho de procrear herederos legítimos y no puedo cederle mi título y mis riquezas a mis ahijados. Quiero hijos con mi sangre y esa hermosa joven se encargaría de darme los vástagos que yo quisiera, hasta que ese Worwick llegó.

𝐕𝐀𝐋𝐊𝐎: 𝐇𝐈𝐄𝐋𝐎 & 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄Kde ÅŸijí příběhy. Začni objevovat