𝟑𝟖. 𝐂𝐎𝐁𝐀𝐋𝐓𝐎

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Capítulo 38

Advertencia

Este capítulo puede contener hechos y descripciones que pueden herir la sensibilidad de algunos lectores y si decides leer, que sea bajo tú responsabilidad.

XISTRINIA (PALACIO WICZEX)

Mientras los hombres entraban a la habitación del príncipe Timothy Worwick; la cuidadora de Kara dobló el pasillo para dirigirse a la habitación del rubio, logrando ver cómo los ya mencionados ingresaban a los aposentos con mucho cuidado de no ser vistos. La mujer se ocultó tras la pared del pasillo para que no se dieran cuenta de su presencia, mientras un terrible miedo se apoderaba de ella sin saber qué hacer primero; no sabía si intervenir en la habitación o ir rápidamente por el príncipe para informarle de la situación.

Itilda decidió correr a la sala privada del príncipe Timothy.

Dentro de los aposentos, El hombre con la soga decidió agarrarla de las manos para inmovilizarla, mientras ella luchaba internamente por reaccionar. Kara apretó los ojos mientras oía la risa maliciosa y descarada de los tres intrusos junto a una lluvia de palabras sucias que decían una y otra vez.

Una vez inmovilizada de las muñecas, el hombre que la sostenía la giró sobre la cama y ella quedó boca arriba, observándolo con terror, y él lo estaba disfrutando tanto que decidió arrancarle la bata de dormir a Kara con fuertes tirones, logrando su cometido. Ella estaba aterrada al ver cómo el otro hombre, que se había desabrochado los pantalones, se posicionó justo frente a ella, lo que causó que lágrimas se asomarán a través de sus ojos color miel. El hombre se inclinó pegando su rostro al de ella, oliendo su cuello y cabello. Luego alzó su rostro y mirándola le dijo: "Hueles muy bien, preciosa. Tú eres del duque, pero antes de llevarte con él, te vamos a probar."

Estas palabras causaron un fuerte choque en Kara, haciendo que llegaran a su mente las palabras de Timothy. Si ella no quería hacer algo, tenía que decir NO, y justo eso fue lo que hizo. Kara comenzó a patalear y gritar que no quería que se le acercarán. Los hombres no esperaban esa reacción de ella y rápidamente intentaron controlarla para que no hiciera mucho ruido. Uno de ellos la forzó a guardar silencio aturdiendola, y finalmente, el hombre que quería aprovecharse de ella la volteó sobre la cama y la colocó boca abajo mientras ella sollozaba una y otra vez; acto que estaba exasperando al hombre que quería tomarla por la fuerza, quien rápidamente agarró restos de la bata rasgada de dormir de Kara y le cubrió la boca a modo de mordaza.

El hombre con la soga se colocó frente a Kara, mientras incitaba a su compañero a que actuara rápido, con cierto aire de diversión en su rostro. El otro hombre se acomodó rápidamente, estando listo para llevar a cabo su acto cuando la puerta de la habitación se abrió de golpe, dejando ver al príncipe Lexter junto a un guardia y a Itilda, quien quedó horrorizada al ver cómo tenían a Kara.

Ella tomó a la mujer y la envolvió en una sábana, llevándola al cuarto de baño donde se encerró con ella mientras Lexter y el guardia comenzaban a pelear contra los tres hombres, que de hecho sabían defenderse bien.

Mientras tanto, Zelda llegó a la sala privada del palacio, entrando en ella sin pedir permiso y captando la atención de quienes estaban adentro junto a Timothy, quien miró a la pelirroja confuso por su forma de interrumpir.

—¡Tim, tienes que venir ya, es Kara! —dijo Zelda desesperada.

—¿Kara? ¿Qué pasó con Kara? —preguntó él confundido, levantándose de su silla.

—¡Ven ahora! —Zelda se acercó a él y lo tomó de la mano para llevárselo con prisa. Los guardias que estaban dentro de la sala y el Sr. Conan también los siguieron.

𝐕𝐀𝐋𝐊𝐎: 𝐇𝐈𝐄𝐋𝐎 & 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄Where stories live. Discover now