𝟏𝟏. 𝐀𝐐𝐔Í 𝐄𝐒𝐓𝐎𝐘

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Capítulo 11

El príncipe Lexter pidió permiso para entrar a la sala privada de su padre, el rey Veikan Worwick; permiso que se le fue concedido sin mucha demora, ya que Veikan aguardaba a la espera de la llegada de su hijo por solicitud de él mismo.

Una vez dentro, Lexter se reverenció ante su padre y procedió a tomar asiento, tal y como Veikan le había pedido.

—¿Me solicitaba, padre?

—Me han informado que estuviste un poco mal de salud, ¿te encuentras bien?

—Sí, ya me siento mejor padre.

—Qué bueno, hijo, me alegra saber eso. —Veikan se acomodó en su silla—. Acabo de recibir la noticia de que tu esposa ha partido del castillo hace menos de dos horas ¿Sucede algo que no me hayas dicho?

Lexter tragó en seco y sin quitar la mirada de su padre respondió. —Nada grave, padre, solo tuvimos una pelea, y le pedí que fuera a su reino si quería estar más cómoda.

—¿Sucede algo entre tú y Xia, hijo?

—Pues... —Lexter dudó en hablar—. La verdad, padre, es que las cosas entre Xia y yo no han estado bien por algunos asuntos, pero solo se trata de problemas pasajeros.

Veikan observó a su hijo con detenimiento. Por alguna razón, no le creía del todo. El rey sonrió de medio labio, mirando a Lexter e insistió. —¿me vas a decir la verdad?

—Padre, yo... —Lexter se levantó de su silla, viéndose abrumado. Él se situó justo al lado de la ventana de la sala—. Yo tuve una fuerte discusión con ella porque le pegó a Danya.

—¡¿Qué?! —exclamó el rey dejando notar su molestia, casi que de inmediato Lexter mencionó lo que Xia había hecho.

—Sí, todo sucedió porque ella me estaba cuidando y como Xia y yo estábamos peleados, ella no la dejó pasar. Es todo.

—Nadie me había informado sobre eso.

—No pasó a mayores el asunto, padre, Valko logró controlar la situación, ya que yo no estaba capacitado en ese momento.

—¿Estaban peleados desde que llegaron al castillo, no? — preguntó Veikan, dejando sin salida al peliblanco.

Lexter miró a su padre levantarse de la silla y dirigirse hacia él. —Papá….

—Lexter, puedes hacer lo que sea o como sea, pero menos mentirme. Sé y siento que entre ustedes dos las cosas no están bien. Recuerda que, aunque sabemos que el deber es importante, tu abuelo, el rey Valko, me enseñó que la familia está primero que el deber, y si esta se está destruyendo por causa del mismo, entonces hay que dejar de lado el deber por conservar a la familia. Sé que tu matrimonio tiene una connotación política importante.

—Padre, es complicado.

—Sé que es complicado y sé la palabra que diste ante nuestros dioses.

—Eso no tiene reversa —habló Lexter sonando impotente

—La muerte es la que no tiene reversa, y aun así vives, mientras haya alguien llevando tu recuerdo en su corazón y en su mente. Sé que muchos tratados, pactos de paz y conquistas dependen de tu matrimonio, pero si tu corazón no está convencido, solo tienes que decírmelo. Yo me encargaré y a la vez te enseñaré lo que sea necesario enseñarte.

Lexter miró a Veikan. En sus ojos había algo de desconsuelo y no era para menos, más que nadie él  conocía su desafortunada realidad al lado de su esposa. —¿Alguna vez usted se arrepintió de haber tomado una decisión creyendo que era la decisión correcta?

𝐕𝐀𝐋𝐊𝐎: 𝐇𝐈𝐄𝐋𝐎 & 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora