El amor puede curar heridas profundas desde su raíz, puede cicatrizar por completo las mismas, dar y procrear vida, puede sanar el alma, enjuagar una lágrima, dar paz y alegría, y devolver la esperanza perdida.
Pero también es capaz de cegar, de hac...
La justicia es el acto que solo los hombres más valientes tienen la osadía de practicar Príncipe Timothy Worwick
ATECKDRA (CASTILLO WORWICK)
—¿Casar a Lena con Valko? —preguntó Diana a su progenitora, la reina madre Elizabeth, en la privacidad de su sala.
—Bueno, solo opino que puede ser una buena opción como esposa de mi nieto, después de todo podrías consultarlo con él y que él decida —comentó Elizabeth.
—No he querido hablar con Valko sobre ese tema, siento que él está enfocado en otras cosas ahora.
—Lo sé, hija, y es comprensible, pero recuerda que a pesar de todo él debe casarse. Será el futuro rey y lo mejor es que se case con alguien que él quiera. Y bueno, digo Lena porque me ha dado la impresión de que ambos se llevan muy bien.
Mientras ambas mujeres hablaban a gusto, Lena escuchaba la conversación tras la puerta de la sala. Ella había ido en busca de su prima Diana para agradecerle por el gesto de los vestidos y se encontró con aquella conversación.
—Posiblemente, a la final madre, sabes que esa decisión la debe tomar él. Ya nos hemos dado cuenta de que los matrimonios arreglados nunca salen bien en esta casa —suspiró Diana.
—Lo sé, hija, habla con él y plantéale la idea. Al final, quien decide es él.
Lena se retiró contenta al saber que estaba siendo considerada para esposa de Valko, justo como ella quería.
—Por cierto —continuó Elizabeth—. Me he dado cuenta de que Lexter y su esposa están durmiendo en habitaciones separadas. ¿Está bien todo entre ellos dos?
Diana miró a su madre y la preocupación la invadió. —No lo sé madre. Se supone que ambos quisieron casarse, cuando se pactó el compromiso Lexter estaba emocionado, pero últimamente solo noto que él no está cómodo cerca de ella. Supongo que tienen problemas, quizás sean los problemas que puede tener toda pareja.
—Deberías hablar con Lexter y averiguar qué está pasando. Ya sabes que las uniones a la fuerza en esta casa nunca terminan bien, hija —comentó Elizabeth.
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El príncipe Timothy llegó al palacio Wiczex en Xistrinia ese día antes del anochecer.
Veikan le había enviado junto a un grupo de guardias y soldados, ya que por alguna razón no se confiaba en dejar a su sobrino a disposición de la guardia que ya se encontraba ahí. Thimothy llegó cabalgando junto a los guardias en su caballo de pelaje rubio dorado, y lo primero que observó de entrada no le agradó.
El palacio tenía sus extensos y verdes campos abiertos alrededor del mismo y eso le permitió ver un despliegue de mujeres y hombres "trabajando en ellos" como si estuvieran arando la tierra. Junto a ellos, había un grupo de hombres con pantalones negros, botas de cuero marrones y camisones blancos que consigo llevaban una especie de látigo, algunos de ellos estaban a caballo mientras que otros parecían vigilar la obra de estos mientras que los "trabajadores" se encontraban con ropajes más descuidados, rotos y sucios.
