𝟏𝟐. 𝐌𝐈 𝐀𝐍𝐘𝐀

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Capítulo 12

La reina Diana entró a la sala privada del rey junto a Veikan para observar a su sobrina Anya Worwick conversando con el príncipe Cedric Worwick, quien llevó a Anya hasta aquel lugar por instrucciones del príncipe Valko.

—¡Hija! —Diana corrió para abrazar a su sobrina con alegría.

—¡Tía! —saludo Anya alegre a su tía Diana dándole un abrazo y seguidamente la rubia volcó su mirada en su tío el rey Veikan, y no tardó en correr con emoción hacia sus brazos—. ¡Tío!

—Hola mi niña, ¿cómo estás? ¿Llegaste bien? —preguntó Veikan sonando tan paterno y cálido como cuando consentía a la niña de sus ojos, su hija Danya.

—Sí, no hubo ningún problema en el camino.

—¿Por qué no enviaste un cuervo para avisarnos que estabas en el puerto? —preguntó Diana.

—Bueno, es que ya ustedes sabían que vendría, pero yo quería llegar de sorpresa al castillo —Anya sonrió con ternura.

—Pues la próxima vez no hagas eso sobrina, hay ciertas tensiones en los alrededores y tenemos a Dunkelheit a nuestras espaldas —comentó Veikan.

—Fue justo lo que Cedric me dijo, lo siento —comentó la rubia.

—No te preocupes hija, gracias a los dioses ya estás aquí.

—Bueno, creo que yo me retiro —comentó Cedric dirigiéndose a la puerta.

—Espera Cedric —interrumpió Diana a su sobrino—. Acompaña a tu prima a sus aposentos; supongo que debes estar cansada y tendrás algo de hambre.

Anya asintió tímidamente.

—Está bien por mí, no hay problema —comentó Cedric de pie frente a la puerta con su postura recta y sus manos dentro de los bolsillos del pantalón de su uniforme de entrenamiento.

—Cualquier cosa que necesites no dudes en pedirlo cariño —comentó Veikan.

—Gracias tío, permiso tía —Anya sonrió.

La rubia se dio la vuelta para salir de la sala mientras Cedric le abría la puerta para que ella saliera y más atrás salió él cerrando la puerta de vuelta.

Veikan se sentó en su escritorio con la mirada clavada en los pergaminos que yacían sobre el mismo y Diana notó cierta nostalgia en su mirada.

—¿Sucede algo esposo?

—No sé cómo Carsten lo soporta.

—¿Qué Cosa? —Miró Diana confusa a Veikan.

—Anya. Sabes lo que sucede con nuestros ancestros y lo que los dioses hacen para mantener vivo el linaje que nos caracteriza.

Diana entendió lo que Veikan quería decir, Anya le trasmitía y le recordaba mucho a su madre por alguna razón, más que por el simple nombre.

—Es lo mismo que sintió madre cuando llegó al castillo y lo vio. Ella dijo que solo le faltaba ese parche en su ojo para verlo a él y no pudo evitar recordarlo justo como padre era cuando tenía su edad y ellos apenas se conocían.

—¿Crees que sean ellos?, Es … Es algo muy extraño. —Una lágrima recorrió la mejilla de Veikan.

—No lo sabemos y mejor no pensemos en eso ahora, sé cómo te hace sentir —sonó la apacible voz de Diana.

—Dime qué seremos como ellos.

—¿A qué te refieres?

—Mi madre y mi padre se amaron demasiado y parece que se han vuelto a encontrar en esta vida de nuevo. Yo quisiera volverte a encontrar y volvernos a enamorar si es que vivimos en otra vida, pero está vez sin nadie más en medio de nosotros.

𝐕𝐀𝐋𝐊𝐎: 𝐇𝐈𝐄𝐋𝐎 & 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄Место, где живут истории. Откройте их для себя