𝟓𝟎. 𝐅𝐑𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐀 𝐅𝐑𝐄𝐍𝐓𝐄

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Capítulo 50

Tras haberse encontrado de frente con Veikan, Minerva cerró la puerta de golpe como un acto de impulso al ver a aquel hombre de pie fuera de su hogar. La impresión al verlo le produjo una fuerte presión en el pecho que de repente se convirtieron en punzadas y ella no pudo evitar llevar las manos a su pecho mientras la impresión, la melancolía y el susto se apoderaban de ella en ese momento.

La pelirroja no pensó que pudiera volver a  tenerlo de nuevo frente a ella. Él hacía parte de su pasado y lo que menos quería era volver a revivir eso tan doloroso que ella creyó ya había sepultado y entonces escuchó su voz retumbar en sus oídos.

—Minerva, ábreme, por favor —habló Veikan tras la puerta, quien al no tener respuesta procedió a tocarla,  logrando que Minerva se sobresaltara—. Minerva abre la puerta, tenemos que hablar.

—Vete —musitó ella con un par de lágrimas saliendo de sus ojos.

—Minerva —volvió él a tocar la puerta, pero una vez más Minerva no respondía a su llamado—. Minerva, por favor, abre la puerta.

—¡Váyase! —gritó ella para al fin ser escuchada por él y por los hombres que se encontraban junto al rey.

—Mi rey… ¿Quisiera usted que abramos la puerta? —preguntó Lord Hans.

—¡No! Déjeme solucionar esto Lord —dijo Veikan frenando las intenciones de Lord Hans y de inmediato él volcó su mirada en la puerta y acercando su rostro a la madera suavizó su tono de voz diciendo—: Minerva escúchame; es necesario que hablemos y no quiero ordenarte esto como tu rey, porque sabes que tengo la autoridad para entrar; de verdad quiero y necesito que me abras la puerta. Escucha mis palabras. Te lo está pidiendo Veikan, no el príncipe.

Pasados unos segundos, la manija de la puerta se movió y esta se abrió lentamente, dejando ver el rostro de aquella mujer  que aún conservaba su belleza, ahora un poco más madura, pero aun preservando esa dulzura que intentaba asomarse tras su opaca y triste mirada.

Al verlo de nuevo frente a ella, su corazón se aceleró como hacía mucho tiempo no lo hacía. Días a tras, ella lo había visto a la distancia y al tenerlo en ese momento frente a ella, pudo darse cuenta de que él se notaba un poco más maduro que el hombre de sus recuerdos y su cabello blanco estaba mucho más largo; su fisionomía era un poco más corpulenta, ruda y fuerte similar a la de un guerrero.

Al oírlo susurrar su nombre, ella se percató de que su voz había engruesado un poco más y es que para ella él seguía siendo excepcionalmente hermoso y entonces una punzada se adueñó de su pecho provocando que la pelirroja se tambaleara al punto de casi desvanecerse, pero Veikan rápidamente la sujetó entre sus brazos para tratar de estabilizarla y una vez ella se repuso; se zafó bruscamente de él mientras ambos se miraban.

Él parecía preocupado por lo pálida y débil que ella se veía, mientras que ella tenía una mezcla de sentimientos en su mirada y su respiración agitada delataba lo alterada que estaba y cuánto estaba intentando contenerse.

—Lamento haber llegado así, pero necesitamos hablar, Minerva.

—Claro, sigue …

—Gracias.

Veikan siguió hasta la pequeña sala y ella cerró la puerta para hablar en completa privacidad.

—¿A qué ha venido rey? —dijo ella mirando a otro lado mientras él la observaba.

—No tienes necesidad de ser tan formal conmigo.

—Sí, debo serlo, usted es el rey de este reino y debo darle mis respetos.

𝐕𝐀𝐋𝐊𝐎: 𝐇𝐈𝐄𝐋𝐎 & 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄Where stories live. Discover now