، 🍭 : Final.

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En los días que se quedaron en Roma habían visitado casi toda la cuidad, sacaron tantas fotos que la memoria de la cámara estaba por explotar. Yoongi notó como Jungkook y Jimin estaban más juntos que antes, ya no titubean para tomarse de las manos o besarse, se veían felices y eso era genial.

Al llegar a Corea Jimin y Taehyung acordaron cenar junto con Hoseok y Jin en la casa del primer nombrado, pues querían que Jung les cuente todo con lujo de detalles. La felicidad y el amor salía de sus ojos y no paraba de ver el anillo en su dedo.

Cinco meses pasaron de eso y ahora se encontraban en la boda de sus amigos, Jimin estaba al lado de Jungkook sacando fotos a los novios que se encontraban en el altar, detrás de ellos se encontraban las otras dos parejas, Namjoon y Yoongi se encontraban lagrimeando mientras que sus parejas tratando de consolarlos.

Hoseok prácticamente se lanzó arriba de Eunwoo cuando la típica frase "puede besar al novio" fue dicha, por poco caen al piso pero a Jung ni le importó, se había casado con el amor de su vida y eso era lo único que le importaba. Sonrió a su, ahora, esposo con los ojos brillantes debido a las lágrimas, lágrimas que fueron secadas por Woo.

—Te amo —murmura Eunwoo.

—Y yo a ti —responde antes de juntar sus labios otra vez.

Jungkook ladeó su cabeza para ver a su ¿pareja? Bueno, todavía no lo habían formalizado como tal, tenía pensado en pedírselo obviamente y lo haría de una forma linda, romántica pues Jimin se merecía todo lo bien del mundo y él se lo daría. Buscó su mano y la entrelazó con la suya dejando un pequeño beso en su cabello.

La hora de lanzar el ramo de flores llegó y el que lo atrapó fue Taehyung quien le dio un mirada al más bajo, Yoongi dio un trago a su copa de vino y fingió esconderse debajo de una mesa ganándose un pequeño berrinche del castaño.

Las horas pasaban y la gente se encontraba bailando y tomando alguna bebida, los recién casados no paraban de sonreírse entre sí y decirse cosas cariñosas y no tan cariñosas pues las mejillas rojas de Hoseok lo delataban. Jimin los veía desde lejos con una pequeña sonrisa en sus labios, estaba sentado en una mesa con una copa de champagne, estaba solo debido a que Namjoon arrastró a Jeon a la pista de baile.

Sintió unas manos sobre sus hombros dando un pequeño masaje y un beso sobre su marca de nacimiento tapada por maquillaje, sabía que era Jungkook así que no había necesidad de darse la vuelta.

—¿Te sientes bien? —pregunta sentándose a su lado.

Jimin rió bajito al verlo un poco sudado, tomó una servilleta de papel y la pasó por su rostro secando el sudor de su frente y mejillas.

—Namjoon va a matarte de un infarto —bromea dejando la servilleta en la mesa.

—No es mi culpa que tenga energía para bailar cuatro canciones seguidas —dice suspirando para después sonreír ladino—. Yo tengo energía para hacer otra cosa cuatro veces seguidas, y tú lo sabes muy bien, bebé.

Jimin sonríe —Lo sé muy bien... Y respondiendo a tu pregunta: tengo un poco de sueño.

—¿Quieres que nos vayamos? —Jimin asintió soltando un pequeño bostezo.

Ambos tomaron sus cosas y se despidieron de sus amigos alegando que ya se irían a casa, a la de Jungkook específicamente, al llegar al auto Jimin se recostó en el asiento cerrando sus ojos por unos momentos abriéndolos cuando el vehículo se puso en marcha. Las calles estaban algo vacías, eran las tres de la madrugada y solamente habían adolescentes borrachos junto con sus amigos.

En el camino al departamento de Jeon este se la pasó cantando Oh My God, la nueva cancion de Adele, Park se limitó a escucharlo atentamente, amaba escucharlo cantar e incluso a veces le ha pedido que le cante cuando no podía dormir. Nunca pensó que la voz del mayor junto con la de Adele se escucharía tan bien.

lollipop › kookminWo Geschichten leben. Entdecke jetzt