ℂ𝔸ℙÍ𝕋𝕌𝕃𝕆 9

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Marinette
Habia pasado ya una semana desde que Adrien había anunciado mi nuevo puesto en la empresa y nuestro divorcio, desde entonces Armando no para de perseguirme, intenta cortejarme pero a mi solo me molesta que lo haga, le he dicho muchas veces de la manera más atenta que no me interesa tener absolutamente nada con él, a menos que sea laboral, pero él sigue insistiendo.

Adrien pasa muy poco tiempo en la empresa, hay días que no pone ni un pie en ella, podría decirse que está solo lo estrictamente necesario dentro de la empresa por lo que casi no nos vemos y en casa tampoco la mayoría de las veces llega tarde o simplemente no nos encontramos porque yo me encuentro en mi habitación, pero cuando nos vemos siempre terminamos peleando como perros y gatos, entre discusiones y gritos. Nuestro divorcio esta tardando en concretarse y esta relación con Adrien ya no es sostenible, por lo que tomé una decisión.

— Hola —dije respondiendo la llamada que había llegado a mi celular

— Buen día señora Marinette, un gusto saludarla

— Gracias, lo mismo digo. ¿En que puedo ayudarle?

— Esta llamada es solo para confirmar su cita

— Si, por supuesto que si

— ¿En la hora estipulada? O gusta que le cambie la hora, en dos hora hay un espacio

— No, está muy bien la hora estipulada

— Perfecto, entonces nos veremos esta tarde

— Así es muchas gracias —dije y cortamos la comunicación.

Las horas del día fueron pasando, y luego de haber terminado de atender algunos pendientes tome mis cosas para poder ir a un compromiso que tenia pendiente. Aun no era tan tarde, el sol apenas se estaba empezando a ocultar

— Marinette hermosa, te gustaría cenar conmigo —dijo Armando parado frente a mi camioneta

— Lo siento Armando, pero no puedo tengo cosas que hacer

— Oh vamos Marinette, tienes que distraerte un poco, eso te hará muy bien

— Te lo agradezco, pero no, en otra ocasión será —dije con una pequeña sonrisa

— Esperare con ansias esa ocasión —respondió sonriente

Subí a mi auto, me despedí de Armando agitando la mano y me puse en marcha hacia el lugar de la cita. Al llegar aparque mi auto justo frente al edificio, tome mi bolsa y subí al segundo piso, me sentía sumamente emocionada

— Buena tarde —saludé con una sonrisa

— Buena tarde señora Marinette. Si gusta podemos pasar ya —dijo tomando la manija de la puerta

— No, esperare a alguien, no tarde en llegar

— Esta bien —dijo amablemente

— ¡Ya estoy aquí! —dijo Alya llegando casi corriendo— Lamento llegar tarde

— No te preocupes, no es tarde

— ¿Este será? —preguntó señalando la puerta del apartamento

— Si Alya, lo vi por fotografía y sé que es el indicado

• 𝑳𝒂𝒃𝒆𝒓𝒊𝒏𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝑴𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒂𝒔 •Where stories live. Discover now