ℂ𝔸ℙÍ𝕋𝕌𝕃𝕆 30

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Adrien
Ya habían pasado varias horas y el doctor no salía a darme información sobre el estado de Marinette, la espera me estaba torturando

— Adrien considero que es importante que hables con el padre de Marinette y le digas lo que está pasando. Él debe saberlo  —dijo Alya mientras me entregaba un vaso con café

— Si, lo estuve pensando

— Si quieres le hablo yo

— No Alya, gracias, pero eso me corresponde a mi. Solo que no se donde dejé mi celular

— En la oficina. Pero me tomé el atrevimiento de traerlo conmigo cuando Nino me llamó —dijo y sacó el móvil de su bolsa para después entregármelo

— Te lo agradezco. Y te pido una disculpa por la discusión que tuvimos en la oficina, no debí alzarte la voz

— No te preocupes, en todo caso yo también te grité, creo que estábamos muy alterados. Todo está bien, te dejo para hagas la llamada —dijo Alya y se alejó

Marqué el número y esperé en línea a que hubiera respuesta

— Adrien, que gusto saludarte —escuché la voz animda de mi suegro al otro lado de la línea

— Hola Tom. ¿Como esta?

— Muy bien, ¿y ustedes?

— Tom... ha sucedido algo y creo que es importante que vuelva

— ¿Algo? ¿Mi hija esta bien?

— Me temo que no, Marinette esta hospitalizada

— ¿Qué? ¿Pero que paso? ¿Es por el bebé? ¿Que tan grave es?

— Es una historia larga, que le contaré cuando llegue aquí

— Tomaré el primer avión de regreso a París. Espero una explicación Adrien, porque se supone que cuidarías de mi hija y algo me dice que lo que le pasa a Marinette es tu culpa. Aunque espero estar equivocado —dijo y sin siquiera permitirme hablar corto la comunicación

— Si, si es mi culpa... —dije en un susurro

— Familiares de Marinette Agreste —dijo el médico

— Yo soy su esposo —me apresuré a decir— ¿como esta Marinette, doctor?

— No le voy a mentir señor, ella se encuentra muy mal. Presentó un cuadro de deshidratacion, anemia, hipotermia y un riesgo de aborto. Estamos haciendo todo lo posible por estabilizarla, sin embargo es importante que sepa que las próximas 24 horas son decisivas

— ¿Puedo verla?

— No, está muy delicada y se encuentra en el área de cuidados intensivos, no se permite visitas

— Doctor ¿y mi hijo? ¿Como esta?

— Como le comente, la señora tuvo un riesgo de aborto, pero llegó a tiempo para evitarlo, el bebé se encuentra estable. Pero depende de la mejoría de la madre para estar fuera de peligro.

— Los dos están en riesgo de morir...

— Me temo que si. Lo lamento. Debo retirarme —dijo el doctor y dio media vuelta para irse al interior del hospital

Mis lágrimas se deslizaron por mis mejillas con intensidad mientras me sentaba en una silla y cubría mi rostro con mis manos

— Adrien, se que no es fácil pero debes intentar tranquilizarte —dijo Alya acercándose a mi

— ¡No quiero perderla! No lo soportaría. Pero se quien tiene la culpa de esto —dije

— ¿A donde vas? —preguntó Alya en cuanto me puse de pie

• 𝑳𝒂𝒃𝒆𝒓𝒊𝒏𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝑴𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒂𝒔 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora