• 𝑳𝒂𝒃𝒆𝒓𝒊𝒏𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝑴𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒂𝒔 •

ℂ𝔸ℙÍ𝕋𝕌𝕃𝕆 19

— ¿Que te parece nuestra velada? —preguntó Adrien mientras ambos admirabamos el cielo estrellado sentados en la colcha que estaba en la arena y nuestras manos permanecía entrelazadas

— Ha sido muy lindo —respondí con una sonrisa

— Sabes, me hubiera gustado hacer algo mucho mejor. Una velada digna de una reina como tú, pero no tuve tanto tiempo para... —mientras hablaba lo besé interrumpiendo sus palabras

— Es perfecto y me encantó. No recordaba la última vez que disfrutamos de un momento juntos —comenté luego de haberlo besado

— De ahora en adelante, los momentos como este serán más frecuentes mi amor —dijo con un tono dulce mientras apartaba un mechón de cabello de mi rostro y lo colocaba tras mi oreja

— Adrien, esto es como un sueño...

— Si, es un sueño hermoso que me encanta compartir contigo —dijo y beso mi mano— ¿Que pasa amor?

— Tengo miedo Adrien

— ¿Miedo? ¿De qué?

— Miedo de que esto en efecto sea un sueño y que se termine dejándome completamente lastimada

— Amor mio no pienses eso —dijo y me envolvió en un cálido abrazo— yo te amo y quiero hacerte feliz

Sus ojos me decían que sus palabras eran honestas, o quizá quería creer eso porque lo amo, debo darle un voto de confianza, pero no voy a bajar tanto la guardia...

Nos vimos unos momentos a los ojos guardando silencio, era un momento único y me sentía muy feliz de tenerlo a mi lado, nos acercamos lentamente hasta que nuestros labios se unieron en un beso que en poco tiempo se volvió  más apasionado, él bajó sus besos hasta mi cuello, sus besos parecían quemar mi piel pero no me desagradaba en lo absoluto

— Adrien, espera —dije intentando normalizar mi respiración— Adrien por favor ...

— ¿Qué pasa? —preguntó entre besos manteniéndose aun en la zona de mi cuello— No quieres que pase...

— No, no es eso —respondí, sabía que me había ruborizado podía sentirlo

— ¿Entonces que es?

— Adrien escúchame —dije tomando su rostro entre mis manos para que prestara atención a lo que le diría— Quiero que estés consciente de que luego de esta noche, tú serás completamente mío Adrien, y no voy a permitir que nadie se entrometa entre nosotros. Quien se atreva a tocarte me las pagara caro. Y tampoco voy a tolerar que intentes jugar conmigo —dije seriamente mientras matenia su rostro entre mis manos, y él me mostró una sonrisa ladeada— estoy hablando muy en serio

— Lo se, solo que no creí que fueras tan posesiva

— ¿A caso tú no lo eres?

— Más de lo que puedas imaginar —dijo y luego me besó como solo él sabe hacerlo

— Adrien, te amo. Y después de esta noche solo seras para mí, mío completamente

— Lo mismo digo señora Agreste, seras mía y nada ni nadie podrá separarnos ahora.

— Sabía que tus besos eran fantásticos, pero es mucho mejor la realidad que los sueños

— ¿Los sueños? Así que soñabas conmigo

— Algunas pesadillas —él río ante el comentario

— Pues esta noche no será una pesadilla, será todo un sueño —dijo y beso mis labios — Yo me encargaré de ello