• 𝑳𝒂𝒃𝒆𝒓𝒊𝒏𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝑴𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒂𝒔 •

ℂ𝔸ℙÍ𝕋𝕌𝕃𝕆 24

Adrien.
Ya la noche había caído cuando  regrese a mi apartamento, no habían podido encontrar a Marinette, no tenían la menor idea de donde había podido ir y Alya al parecer tampoco sabia. Ella no respondía las llamadas, el teléfono estaba apagado

— Dónde estás amor mío —dije en la soledad de mi apartamento mientras me sentaba en el sofá a tomar un café. Unos minutos más tarde llamaron a la puerta, una ilusión llego a mi ¿Será ella?

Abrí inmediatamente la puerta con una esperanza de que fuera Marinette quien tocaba, pero esa chispa de esperanza se esfumó cuando vi que se trataba de Ramiro, el vigilante

— Buenas noches señor Adrien —saludó amablemente el hombre

— Buenas noches Ramiro, ¿que tal? —dije estrechando su mano— ¿Necesita algo?

— No, solo vine a dejarle este paquete que llego de la joyería —dijo extendiendo frente a mi la pequeña caja cafés que tenia impreso el logotipo de la joyería

— Ah muy bien, gracias —respondí recibiendola con desánimo

— Y también esto es para usted —dijo pero esta vez extendió un sobre que tenia mi nombre escrito con letras medianamente grandes

— ¿Esto qué es? ¿Quién lo trajo? —pregunté desconcertado, ya que no había forma de que llegarán papeles de la oficina, eso se lo había prohibido a mi secretaria

— Lo trajo la señora Marinette, dijo que era muy importante y que debía entregárselo en su propia mano

— ¿Marinette estuvo aquí? —pregunté al instante

— Si señor

— ¿Y que dijo?

— Nada más que le entregara el sobre y que era muy importante. No se veía muy bien, parecía que hubiera llorado mucho y dijo que le dolía la cabeza

— ¿Sabe que hora era cuando vino?

— Bueno no estoy seguro, eran alrededor de las dos más o menos

— Muy bien, gracias Ramiro

— Por nada señor, me retiro

— Esta bien, gracias —dije y cerré la puerta.

Lo primero que hice fue abrir la caja de la joyería, en su interior se encontraba una caja de terciopelo y dentro de ésta estaban 3 anillo de plata; estaba el anillo de compromiso y la argolla de matrimonio para mujer y la argolla para hombre.
Claramente los anillos son para Marinettey para mi . Justo cuando volví de Hawaii mande a hacerlos, ahora tenia la seguridad de que Marinette y yo nos amamos y quería que ella y yo renováramos maestros votos matrimoniales, que utilizaramos los nuevos anillos, como señal de un nuevocomienzo... pero no fue posible, muchas cosas pasaron durante el tiempo que se tardarían en entregarlos. Y ahora no se donde esta...

— No tengo dudas, quiero estar a tu lado, eres el amor de mi vida Marinette, regresa por favor te necesito —dije mientras veía brillar los diamantes de los anillos. Luego de admirarlos con tristeza, mi vista se poso sobre aquel sobre que tenía mi nombre así que decidí abrirlo, dentro traía uno más pequeño en el cual había lo que parecía ser una carta

"Querido Adrien...
Se que la has escogido a ella, me ha quedo bastante claro cuando regresaste a comer con ella y esta bien, es tu decisión... no te niego que me duele, sin embargo si ella es tu felicidad no hay nada que pueda hacer, de todas maneras siempre existirá la falta de confianza entre tu y yo.

Quiero decirte que ella es una mala mujer, y ya no se como lograr que te des cuenta, lo único que puedo hacer es decirte la única verdad que existe, y es que: yo no le hice absolutamente nada, ella ha creado este Laberinto de mentiras que nos ha separado, pero aunque lo diga un millón de veces se que no me vas a creer, así que he adjuntado algunas pruebas que demuestran que todo lo que te he dicho es verdad.
Lo hago para que estés completamente seguro de lo que harás, no creas que es para que volvamos porque no es así, estoy completamente convencida que esto ya no tiene solución, lo nuestro se ha terminado definitivamente, ella ha ganado tu corazón... y yo solo debo seguir y olvidarte para siempre...
Por favor ya no me busques ni me llames, espero que seas feliz... Ah por cierto, cuando la resolución del divorcio esté debes tratarlo con mi abogado y él se comunicara conmigo, ya no quiero verte.