20. Una no tan común Navidad

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🐼: If Only - Dove Cameron


La Navidad ya está cerca y todavía no termino de arreglar los regalos antes de irme. Me esforcé en envolver los de mamá, papá y Tylee, en vez de el grupo de la universidad que no los veré en varias semanas. Pasaré la fiesta en familia y logramos convencer a la tía Megan y el tío Xavier para que su hija podía pasar la Navidad con nosotros ya que solía ser así antes de la mudanza. Sinceramente, me hubiera gustado que su venida fuera una sorpresa; pero debía estar mentalizada de antes y conseguir su regalo a tiempo.

Estoy sola en el dormitorio, Robin salió con Max desde temprano dándome el tiempo perfecto para terminar y escribir las tarjetas. La maleta ya está hecha y el transporte que me llevará a la estación también. La feliz pareja se ofreció a ayudarme en todo, me quedaré en casa de Robin porque el tren sale a las seis en punto y las puertas de la residencia abren a esa hora por ende, jamás llegaría a tiempo. De ahí, Max vendrá a recogerme. Aún no sé si se quedará a dormir en casa de su novia —o lo que sean— para prepararme mentalmente en caso de que se pongan cariñosos. El padre de Robin está de viaje fuera de la ciudad por ende la situación está bastante mejor.

De viaje... No he sabido nada de Dylan en casi tres semanas, al parecer el viaje se alargó más de lo esperado. Tampoco he querido responder sus mensajes. Sí, fue un error solo que no pude decirle esa vez.

Pasé el dorso de mi mano sobre mi frente para eliminar cualquier rastro de sudor y escribir la última tarjeta. Dejé los regalos acomodados en mi cama pegados en la pared y solo faltaría entregarlos en persona. O por alguien más, en casos específicos. Papá me llamó por videollamada y arreglé un poco mi cabello antes de contestar. Busqué la mejor luz y aunque la imagen estaba distorsionada, los veía con claridad.

— Hey.

— Hola, llamábamos para saber cómo vas con los preparativos.

— Todo listo —miré a mi alrededor y comprobé que así era—, me falta un regalo en específico del que no estoy muy segura.

— ¿De dónde sacaste el dinero? No pediste un depósito extra.

— He conseguido dinero por mi cuenta.

Uh, mal uso de las palabras. Pensarán que vendo mi cuerpo o soy una traficante dentro del campus. Los he visto, pero me mantengo alejada.

— No es nada malo.

— ¿Estás trabajando?

Negué con la cabeza.

— Trabajo en sí no es.

— ¿Entonces?

— Así como existen cursos de reafianzamiento de inglés, hay otros para conseguir puntos extras en diferentes clases, tipo seminarios —rasqué mi nuca—. Y bueno, hay uno de literatura donde las tareas son leer libros que indica el profesor.

— Déjame adivinar, ¿te pagan para que los leas y hagas un resumen?

Sonreí con inocencia. Papá bufó y creo que mamá estaba feliz, la pantalla cortaba la mitad de su rostro. ¿Es dinero honesto? Sí y no. Ellos consiguen lo que quieren y yo obtengo doble ganancia: leer y dinero. Yo lo veo equitativo, la verdad. Si bien es cierto que, aunque papá nunca me obligó a conseguir trabajo durante mi etapa escolar y los dos primeros años de la carrera, nunca me gustó depender tanto. Ahora estudio en una universidad mucho más cara y la residencia está pagada en su totalidad; tampoco es que quiera estar pidiéndoles dinero a cada rato. Iría en contra de mi ética así que suelo tener emprendimientos pequeños de vez en cuando. Y claro que no estoy de fiestera por ahí todos los fines de semana, ni me gusta salir.

Aviones de PapelWhere stories live. Discover now