Una Decision

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Estaba desorientado, inquieto. Se le ocurrió que simplemente extrañaba a una mujer en su vida. Tras la muerte de su esposa en un accidente de tráfico, su vida fue bastante solitaria. Había disfrutado viviendo en un matrimonio. Le gustó. Y odiaba regresar a la rica y solitaria mansión de Brookline, odiaba el silencio que se creó después de que los sirvientes se marcharan. Asistía a cócteles y fiestas benéficas, y las madres arrojaban a sus hermosas hijas a sus pies. En el fondo, lo que odiaba era volver a estar soltera. Además, por otro lado, tenía la idea de tener hijos, idea a la que había tenido que renunciar años atrás. Hasta que Dulce regresó a mencionar.

Niños. Una ola de anhelo invadió su alma. Christopher había querido tener hijos con Wendy, ambos siempre habían querido formar una gran familia... Pero las cosas no eran tan sencillas. "Bueno, cásate con Dulce. Ella quiere tener un hijo... Y tú quieres tener una familia". La repentina idea lo sobresaltó tanto que Christopher se detuvo en seco en medio de Tremont Street, chocándose con una mujer que lo miraba de mal humor.

Casarse con Dulce. La mera idea hizo que su corazón se acelerara. Fue curioso, pero tuve que reconocer que algunas cosas nunca cambiaron. El verdadero significado seguía siendo el de ser el adolescente enamorado de su prójimo. Casarse con Dulce. Ella y Wendy no podrían ser más diferentes. Wendy era rubia, de ojos azules y pequeña. Tranquila, encantadora, casi pasiva, apenas discutía con él. Wendy se había resignado a crear un hogar, nunca había sentido la necesidad de demostrar su valía ejerciendo una profesión. Era musical, elegante. Lo esperaba todas las noches en el salón...

En comparacion de dulce...Dulce no era mujer de esas cosas .
Excepto elegante ,claro sin aquellas lasrgas piernas ,aquella forma de moverse eran definitivamente elegantes.Mas Sólo de pensarla sentada en la sala, esperando a su marido, me hacía morir de risa. Dulce era volátil, estaba decidida a triunfar. Y si en alguna ocasión sus opiniones no coincidían, no dudaba en decirlo. Tenía poco oído para la música, pero si alguien pensaba en sugerirlo, se ofendía.

Por primera vez en su vida, el hecho de comparar a ambas mujeres le hizo reflexionar. ¿Era posible que hubiera elegido a Wendy precisamente porque era muy diferente a Dulce? La idea era inquietante. Christopher se había repetido mil veces que su amor por Dulce había terminado, que no había sido más que una fantasía de adolescente, que se había casado con otra mujer y la había olvidado. Pero en el fondo de su alma tuvo que reconocer que había pasado más de diez años comparando a cada mujer que conocía con Dulce. En cualquier caso, lo había superado. El hecho de que en ese momento no pudiera dejar de pensar en ella no significaba nada, excepto que ella seguía siendo físicamente atractiva para él como siempre. Pero si él se sentía atraído, ¿por qué sería absurdo intentar rehacer su vida con ella, tener con ella los hijos lo que siempre había deseado?

Christopher llegó al edificio de oficinas y al salir del ascensor tomó una decisión.

Ya no tendrás que colgar el abrigo y revisar los mensajes pendientes. Descolgaste el teléfono. ¿Qué tenía que perder?

Después del almuerzo, Dulce estaba atendiendo a un cliente cuando sonó el teléfono. Se disculpó y respondió.

- Galería Reilly, ¿en qué puedo ayudar?

U- ¿dulce?

D- ¿Christopher ? - preguntó sorprendida. En general, Dulce y Christopher no recibieron noticias el uno del otro al cabo de un mes, a menos que sus caminos se cruzaran casualmente.

D- ¿Olvidé algo?

U- No - - Respondió Christopher con cierta inseguridad, me preguntaba si... Te llamé para preguntarte si te gustaría cenar conmigo.

D-Por que?

Christopher empezó a reír y, de repente, su risa sonó como la de un adulto, como la del adulto confiado y confiado que siempre había sido.

 Un Hijo Tuyo Where stories live. Discover now