La propuesta

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Christopher la llevó a cenar a uno de los restaurantes más elegantes de Back Bay, que acababa de abrir. Estaba a pocas cuadras de la casa de Dulce, pero ella no lo conocía. Durante la extraordinaria cena vegetariana, Christopher no dijo absolutamente nada sobre por qué la había invitado. Hablaron de temas sin importancia. Dulce se desanimó, pensando que tal vez había cambiado de opinión. ¿Se atrevería a proponértelo?

Christopher pidió la cuenta. Antes de que Dulce se diera cuenta, estaban caminando por Marlborough Street, hacia su apartamento. Ambos en silencio, con las manos en los bolsillos. Dulce abrió la boca un par de veces, pero la volvió a cerrar sin pronunciar palabra. ¿Cómo empezar el tema? Quizás él se sentía tan violento como ella. Tal vez debería preguntarle de la nada. Pero no se atrevió. Estaba muy consciente de la silueta de Christopher, alto y de hombros anchos, caminando a su lado. Dulce nunca lo había mirado más que como un amigo, pero la idea de que él pudiera ser su donante despertaba en ella una atracción sexual, un deseo de intimidad y una fascinación que por mucho que lo intentaba no podía borrar. . De su mente. Christopher se había convertido en un hombre extremadamente atractivo. Su cabello era oscuro y espeso, y sus ojos, increíblemente azules, parecían aún más vívidos con su tez oscura. Cuando era adolescente había sido alto, pero un poco desgarbado. Sin embargo, en la madurez se había vuelto más fuerte, más musculoso. Deberías entrenar a diario. Sí, fue muy atractivo. Pero no debería albergar ese tipo de sentimientos por su mejor amigo.

A los pocos minutos llegaron al departamento de Dulce. Cuando llegó a la puerta se giró, pero antes de que pudiera decir algo uker dijo:

U-¿Puedo escalar? Nos pedí que saliéramos a cenar por un motivo muy específico, y aunque lo intenté, no pude decirlo en toda la noche - Christopher sonrió -

Intentó reunir coraje.

D- Por supuesto, respondió Dulce aliviada. Me preguntaba qué pasa. ¿Quieres un cafe?

U-Estupendo, respondió Christopher

siguiéndola hasta el pasillo. Dulce colgó ambos abrigos y le mostró la sala, dirigiéndose a la cocina a preparar café. Estaba segura de que Christopher lo tomaría solo. Preparó una bandeja y regresó, dejándola sobre la mesa frente al sofá y sentándose. Christopher estaba parado frente a la ventana. Al oírla, se giró y se acercó a ella.

U- te Invitó sentar Dulce, dando palmaditas en el sofá a su lado.

U- Gracias. Tiene un departamento muy lindo, no lo había visto.

D-No suelo invitar a nadie, es demasiado pequeño, pero por el precio del metro de Black Bay, tengo suerte de tenerlo.

Había malestar y tensión y
silencio. Finalmente, Christopher tomó un sorbo de café y se volvió hacia ella.

U- Dulce, somos amigos desde hace mucho tiempo. Sé que quieres tener hijos - continuó haciendo una pausa para tomar aire. Y yo también quiero tenerlos. ¿Te quieres casar conmigo?

Fue imposible. Debí haber escuchado mal. Sin embargo, Dulce supo que había oído correctamente. Su voz mostró toda su agitación y nerviosismo mientras respondía:

D- ¡No! Christopher, eso no es lo que quiero... Es decir, tú tampoco quieres casarte conmigo. Cuando me llamaste, pensé... pensé...

U- ¿Qué pensaste? - preguntó simplemente, con calma, mirando su taza.

D- Bueno, pensé que ibas a ofrecer... - Dulce se sonrojó -... ser el donante.

U- ¿Qué pensaste que ? - volvió a preguntar Christopher, con la boca abierta tal como lo había estado momentos antes.

D-Llevo todo el día pensando en lo que me dijiste - se apresuró a explicar Dulce -. Tenías razón sobre el riesgo de aceptar un donante desconocido, así que decidí preguntarle a un amigo e Hice una lista de amigos solteros...

U-¿Y mi nombre apareció en esa lista? - preguntó incrédulo, con evidente disgusto.

D- Sí... Sí - respondió Dulce, desviando la mirada -. Te conozco de toda mi vida, conozco a tu familia. Eres el candidato más lógico - añadió encogiéndose de hombros y comprendiendo, por el gesto de Christopher, que iba a negarlo. ¡Por favor Christopher! Estoy completamente decidida. Significaría mucho para mí.

U- No, Dul - meneó la cabeza.

D- ¿Pero por qué? -siguió suplicando.

U- Yo no... no me sentiría tranquilo, sabiendo que tengo un hijo en algún lugar al que no voy a criar y que ni siquiera sabe que soy su padre - explicó Christopher, decididamente-. No podía soportar la idea de no ser parte de su vida.

D-Esa es exactamente la reacción que esperaba de mis amigos, pero no la esperaba de ti.

 Un Hijo Tuyo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora