un Ejemplo a seguir

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¿Cómo podrían mantener su larga amistad si él continuaba haciendo cosas como esta de manera encubierta? Se preguntó a Dulce. Christopher no volvió a decir una palabra, pero silbó de camino a Chinatown.

Dulce lo miró varias veces. No dejó de sonreír.

La celebración del Año Nuevo chino fue ruidosa, inquieta y exuberante. Cuando explotó el último de los cohetes, Dulce ya había olvidado el incidente. Caminaron hasta el restaurante New Shanghai desde el estacionamiento y luego nos llevaron a la mesa previamente reservada. El lugar era más elegante que otros de la misma nacionalidad. Christopher pidió el especial de la casa, anguila. Dul prefería las verduras.

D-¿Cómo puedes comer eso?

U-Es fácil. Mira- Christopher sonrió.

D-¡Dios! Siempre fuiste muy aventurero con la comida. Más que yo.

U-Sí, soy más atrevido que de costumbre. Mamá siempre decía que podía comer cualquier cosa.

Aquellas palabras produjeron una inesperada nostalgia en Dulce, cuyos ojos se llenaron de lágrimas.

D- ¿Cómo te enteraste de sus muertes? Si hubieran sido mis padres, todavía estaría devastada.

U-- Éramos muy felices, toda la familia - respondió, con los ojos nublados por la tristeza, no creo que mis padres se arrepintieran de nada. Los extraño y desearía que hubieran vivido más, pero los recuerdos que tengo de ellos son tan magníficos... ¿Qué es lo que recuerdas con más cariño?

D-Es fácil, respondió Dulce entendiendo que ambos querían hablar de ello, y que uno de los mejores aspectos de su relación era el hecho de que compartían tantos recuerdos, su madre era una magnífica cocinera. Recuerdo siempre esperar con impaciencia la temporada de las cerezas cada verano. En cuanto compró los primeros, empezó a preparar tartas. Siempre me dejó ayudar y cocinar sigue siendo lo que más me gusta.

U- Sí, me había olvidado de las cerezas - sonrió Christopher - -. A mi madre le encantó - añadió extendiendo una mano por encima de la mesa. tomar el de Dulce y entrelazar sus dedos. Gracias.

D- De nada. Mmm... Y tu padre... Recuerdo cómo me hacía hacer piruetas, cómo me lanzaba al aire y aguantaba. Recuerdo el olor de su pipa cuando se sentaba con su madre en el verano, mientras intentábamos atrapar las chispas que volaban. Recuerdo que una vez estaba arreglando el auto y, cuando terminó, con las manos cubiertas de grasa, bromeó con nosotros diciendo que era un monstruo - Dulce meneó la cabeza -. Deseé que fuera mi padre, pensé que no había mejor padre en el mundo que el señor Uckermann.

Mientras hablaba, Christopher se reía. Sin embargo, cuando dijo esas últimas palabras, su rostro se puso serio.

U- Claro...

D-Sabes, mis recuerdos de tu familia son mucho más vívidos y felices que los míos. Es triste.

U- Sí - confirmó Christopher. ¡Pero mira en lo que se ha convertido! Siempre me sorprendió que la dureza de tu infancia no te destruyera, que fueras tan tenaz. Es otra razón por la que creo que deberíamos casarnos. Compartimos muchos recuerdos y ambos sabemos cómo hacer felices a nuestros hijos, cómo hacerlos sentir amados, cómo darles la seguridad de un hogar.

D- Tienes razón - asintió Dulce. No sé de dónde saqué la idea de lo que significa ser una buena madre, pero ambas sabemos que no era precisamente mía, añadió con amargura, recordando cómo su madre desaparecía cada vez que su abuela la amenazaba con un palo. Nunca, jamás en mi vida, expondré a mis hijos algo así.

 Un Hijo Tuyo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora