Los pro y contras

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U- Yo tampoco esperaba que me preguntaras eso - confesó Christopher bajando la cabeza -. No puedo hacer Dul. Legalmente no sería mi hijo, pero yo me sentiría unida a él, responsable de su vida. Me gustaría abrazarlo, jugar con él, verlo crecer y ser parte de su vida. Ni siquiera puedo imaginar la idea de tener un hijo y no ser su padre. Quiero tener mis hijos, quiero darles una vida y recuerdos tan maravillosos como los que me regalaron mis padres -explicó extendiendo las manos.

Dulce quedó asombrada por la pasión mostrada por Christopher. Y sintió un nudo en el estómago al recordar a aquellas dos personas que habían criado e hecho felices a Christopher y a su hermano, abriendo sus corazones e incluyéndola a ella.

D- Ni siquiera sabía que querías tener hijos - dijo Dulce. Estuviste casado con Wendy durante seis años y no...

U-- Wendy no podía tener hijos - confesó Christopher con dureza y brusquedad, levantándose y dirigiéndose a la ventana. Queríamos tenerlos. Realmente lo queríamos. Lo intentamos durante tres años y luego pasamos otro año intentando descubrir la causa. Intentamos la fertilización dos veces, pero
sin suerte. Y luego ella murió.

D- Lamento mucho haberte traído un tema tan doloroso. Si lo hubiera sabido, nunca lo habría hecho...

U- Bueno, no era algo que nos gustara compartir con todos - interrumpió Christopher.

Dulce se sintió herida por esa respuesta. Ella no era "todos". Ella era tu mejor amiga.

Sin embargo, aparentemente ese vínculo no significaba lo mismo para él que para ella. Las lágrimas se acumularon en sus ojos, pero Dulce respiró hondo, tratando de calmarse.

Christopher, todavía de pie junto a la ventana, se giró y la miró. Dulce miró hacia abajo. Luego se acercó y se sentó a su lado.

U- Dul, no quiero discutir contigo. Significas mucho para mí.

D- Tú también significas mucho para mí - dijo con la voz entrecortada, girándose hacia él y arrojándose en sus brazos, que Christopher abrió para darle la bienvenida.

Dulce había bailado con Christopher, lo había abrazado en alguna ocasión y, en alguna ocasión, lo había besado en la mejilla. Sin embargo, nunca Esperaba encontrar tanto consuelo en su hombro. Ni siquiera cuando murieron sus padres habían compartido tanta intimidad. Entonces tenía a Wendy para consolarlo. Pero de repente sus brazos la rodearon con más fuerza y ​​su pecho fue el lugar ideal para descansar su cabeza.

D- Tengo una idea - sonrió Dulce.

U- ¿Cual?

D- Olvidemos que tuvimos esta estúpida conversación. Hagamos como si nunca hubiera sucedido.

U- Si eso es lo que quieres... - dijo tras una pausa.

D-¿Y tú no? - preguntó ella alejándose para mirarlo a los ojos.

U- Sigo pensando que casarse sería lo mejor, si me preguntas. Ambos queremos lo mismo, Dul, y creo que podríamos ser felices juntos.

D- Pero no volvamos a discutir, ¿no? - Preguntó Dulce suspirando con tristeza.

U- Lo dudo, Christopher negó con la cabeza seriamente.

De repente, al escuchar su tono de voz, Dulce sintió pánico. Lo último que quería era perder a un amigo como christopher.

D- Está bien, dime exactamente por qué crees que deberíamos casarnos - dijo Dulce, juntando las manos en su regazo, esperando.

U-Está bien - comenzó, poniéndose de pie y caminando de un lado a otro. Primero, las razones egoístas. Número uno: desde que salió ese estúpido artículo, las mujeres no han dejado de arrojarse a mis pies. Lo viste ayer. Si me casara, esto terminaría.

D- Cualquiera de estas chicas podría ser tu esposa... sugirió Dulce, esperando en el fondo que fuera mentira.

U- Nunca saldría con una mujer que se arroja así a los pies de un hombre, y menos me casaría con ella.

D- Entiendo.

"Cásate con Christopher... cásate con Christopher..."

La idea seguía dándole vueltas a la cabeza. ¿Era realmente posible que ella estuviera teniendo esta conversación con él? Dulce no deseaba casarse con él. ¿O si? No, Christopher merecía una mujer como Wendy, una mujer que lo adorara y que a cambio lo amara. No habría sido justo hacerlo prisionero en un matrimonio sin amor, sólo porque compartían infancia y tenían el mismo objetivo en la vida. Aunque también era cierto que los dos podrían tener mala suerte, y no encontrar lo que buscaban.

Bueno, ¿y si no salió bien? Sólo pensar en ello me hizo estremecer. Dulce no podía soportar la idea de perder la amistad de Christopher, algo que seguramente pasaría si se casaran y sería un desastre, Christopher era la roca a la que se había aferrado cuando era niña y seguía siendo su mejor amigo. . Nunca habría hecho nada que pusiera en peligro esa amistad.

U- Número dos: me gusta estar casado. Me gusta llegar a casa y tener a alguien cerca, compartir mesa, hablar. Wendy y yo éramos amigas, hablábamos de todo. Y tú y yo también compartimos esto - añadió Christopher mirándola a los ojos. Dulce asintió. Había otra cosa que también se compartía en el matrimonio, de la que Christopher no había dicho nada: la cama. La idea la dejó atónita. Número tres: quiero tener hijos. Hijos propios. Quiero que corran por la casa haciendo ruido, rompiendo cristales...

D- Puede ser que sean niñas - objetó Dulce automáticamente, preocupada por las emociones que la acechan.

Christopher no respondió. Dejó de caminar de un lado a otro y se quedó de espaldas, tenso y con la cabeza gacha. Estaba dolido, comprendió Dulce, acercándose a él para abrazarlo. No más tocarlo, las emociones que la habían abrumado se intensificaron. Era fuerte y musculoso, y su espalda, presionada contra ella, parecía de acero. Olía a colonia cara y a ropa limpia. Luego lo soltó y se dio la vuelta. Le puso las manos sobre los hombros, inclinó la cabeza y la besó en la frente.

Dulce contuvo la respiración y dio un paso atrás.

U- ¿Y tus objeciones? ¿Cuales són? -

D- Cuando se te ocurre una idea, eres incapaz de olvidarla, ¿verdad?

- respondió ella levantando la cabeza.

U- ¿Te acabas de dar cuenta? él sonrió.

Dulce sonrió, se cruzó de brazos y levantó un dedo para apartarse el flequillo, pensativa, diciendo: - Objeciones, ya veremos... No sé, ni siquiera había pensado en casarme. Yo era muy joven cuando tenía un prometido.

U- Sí, ¿cómo se llamaba?

D- Se llamaba Chip y lo sabes muy bien. Nunca me gusto

U- Quizás pensó que no era lo suficientemente bueno para ti - respondió Christopher encogiéndose de hombros.

 Un Hijo Tuyo Where stories live. Discover now