Son nenas

181 18 2
                                    

D:Lo compré porque me quedaba suelto en la cintura. Pensé que me vendría bien si tuviera que ir a un lugar elegante. No sé si me quedará bien.

- ¡Oh! exclamó Finn, mirándose el vientre. Al ritmo que crece, pronto no podrás usar más que un par de pantalones deportivos.

D:Bueno, gracias. Es de gran comodidad.

-Es un placer.

Dulce y Finn habían desarrollado una gran camaradería y ella estaba encantada. Cuando ella empezó a levantarse de la cama, él le mostró una por una las habitaciones de la casa. Jugaban a las cartas y a juegos de mesa, y Dulce le dejaba ganar para hacerlo feliz. Finn la cuidaba y armaba escándalo si era necesario, mientras ella descansara. Dulce lo amaba.

D:Finlandés...

-¿Tararear?

D:¿Te gustan los niños?

-Creo que sí, respondió saliendo del armario. Nunca tuve mucha relación con ellos, era hijo único.

D:Y yo. Lo que sé sobre los niños podría caber en la cabeza de un alfiler.

-Bueno, espero que aprendas rápido, sonrió Finn.

D:- Sí, yo también, dijo Dulce dudando un momento - ¿Te quedarás con nosotros cuando estos dos pequeños terremotos recorran la casa rompiéndolo todo y dejando pedazos de jarrones en las alfombras?

-Pregunta seria, ¿verdad?

D:Christopher te necesita. Y yo. No podría cuidar una casa tan grande como ésta, con dos niños y una galería que atender.

-No voy a ninguna parte, dijo Finn. Christopher es genial. Es amable y... tolerante. Me dio una oportunidad cuando la necesitaba y eso no lo puedo olvidar. Fui a la Universidad, añadió mirando a Dulce a los ojos. Mi colega sentimental era diez años mayor que yo, tenía dinero, era muy sofisticada... Nunca necesité trabajar. Luego enfermó y cuando murió me sentí perdido. No tenía habilidades especiales, nadie a quien cuidar... Cuando mi tía me dijo que Christopher necesitaba un mayordomo, me sentí inmensamente agradecido, a pesar de ser una oferta temporal.

D;- Christopher... Estaríamos perdidos sin ti. Supongo que extrañas a Wendy tanto como él.

-Wendy era una mujer muy dulce, dijo Finn, con los ojos fijos en su ropa. Fue terrible cuando murió...

D:Sí, la conocía, dijo Dulce, sin poder resistir la mirada - Era perfecta para Christopher.

-No lo sabía, Christopher me dijo que son amigos desde que eran niños, pero yo no lo sabía... - Finn se secó las lágrimas sin ocultar su dolor -. Lo siento, Wendy y yo éramos muy cercanos.

D:Clarorespondió Dulce, arrepentida de haber iniciado esa conversación, sintiéndose en segundo lugar.

-Pareces cansada, ¿por qué no te echas una siesta? Puedo terminar esto más tarde.

D:-Sí, lo haré.

Después de que Finn se fue, Dulce tardó mucho en dormir.

Christopher no volvió a tocarla durante mucho tiempo, salvo unos castos besos en su mejilla. Dulce acudió a la cita con el médico cuando tenía doce semanas de embarazo y él le redujo la medicación. Desafortunadamente para Dulce, las náuseas no desaparecieron. Después de completar catorce semanas, el médico volvió a recetarle el tratamiento completo. También le hicieron otra ecografía. Entonces, los fetos ya tenían forma humana.

-Y no sólo eso dijo el médico . ¿Quieres saber el sexo?

D:- ¿Que crees? - le preguntó Dulce a Christopher

U:No sé si soportaría no saberlo - sonrió Christopher -. ¿Y tu?

D:No sé si me gustan las sorpresas, pero tenemos muchas cosas para comprar. No estaría mal saber el color de antemano. De acuerdo, volvió a decir Dulce, respirando profundamente - Dilo.

Christopher tomó la mano de Dulce y entrelazó sus dedos con fuerza. El medico sonrió y respondió:

-Son chicas. Rosa.

D:- ¡Chicas! exclamó Dulce-. Zapatillas de ballet. Pinzas de cabello.

Los balones de fútbol contraatacaron a Christopher -. No seas feminista, añadió, inclinándose para besarla. Saludos, mamá.

D:"Te digo lo mismo, papá", respondió ella devolviéndole el beso.

Al salir del hospital no se dirigieron directamente a su casa. Christopher la llevó de compras. Hacía semanas que habían comprado muebles para niños, Entonces fueron directamente al departamento de ropa.

D:Elige lo que quieras. En rosa, con cintas, lazos, lo que sea. Voy a buscar un par de uniformes de béisbol que vi por ahí.

En lugar de volver con ropa de béisbol. Christopher regresó con dos pequeñas gorras de béisbol de los Red Sox. Dulce había elegido algunos vestidos, pero ni siquiera estaban llenos de lazos y, técnicamente, ni siquiera eran rosas. Mientras pagaban, Dulce emocionada le dijo al cajero que acababan de enterarse que iban a tener gemelos.

-¿Y ya sabes qué nombres les pondrán?

D- No, todavía no - respondo Dulce, mirando a Christopher -. Ni siquiera hablamos de eso.

Esa noche Christopher le dijo a Dulce que cenarán en el comedor. Se levantó de la siesta y se vistió. Siempre habían cenado en su habitación o en la cocina, así que esto era algo nuevo. Christopher la esperó al pie de las escaleras, sonriendo y ofreciéndole la mano.

U:Muy bonita, aunque supongo que necesitará ropa nueva.

D:Sólo pantalones deportivos, según Finn. Tú también te ves muy hermoso.

U:Pensé que deberíamos celebrarlo, explicó Christopher. Saber que son niñas lo hace aún más real.

D:Sí, es verdad, respondió Dulce admirando la mesa que Finn había preparado, con candelabros y la vela encendida. Me siento decadente cuando alguien me sirve la cena así.

U:Ya lo superé - se rió Christopher -. ¿Te gusta cómo cocina Finn? Si prefieres preparar la comida, puedo pedirte que...

D- ¡No, cielos! sonrió Dulce-. Créeme, nunca querrás que cocine. ¿Por qué crees que siempre salía a comer cuando vivía sola?

U- Ah, en ese caso seguiremos como hasta ahora. A Finn le encanta cocinar. Si dices lo contrario, es mentira.

D:- Creo que le entusiasma mucho la idea de tener bebés como nosotros.

U- Y hablando de bebés... - Christopher se levantó para recoger un libro viejo y polvoriento y luego regresar a la mesa. Apartó el plato de dulce y lo dejó frente a ella. El otro día, cuando trajo estas tres cajas de su casa, una de ellas se rompió por la parte inferior. Cuando fui a recogerlo me llamó la atención esto.

Dulce miró el libro. Era una Biblia, evidentemente muy antigua.

 Un Hijo Tuyo Where stories live. Discover now