Nuestro hogar

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U- Sí, en qué casa, con qué muebles. ¿En un castillo? ¿En una cabaña? ¿En un departamento?

D- ¡Guau! Entiendo. Creo que...

U- ¿Qué piensa usted?

D- Bueno, ¿por qué no esperamos a ver si al final nos casamos antes de hacer planes?

Christopher habría querido negar que quería casarse con ella, estuviera embarazada o no. Pero por el tono de voz de Dulce pensó que no era la respuesta más inteligente, así que respondió:

U-¿Quieres venir a cenar el sábado?

D- ¿Ir a cenar?

U-En mi casa - explicó Christopher -. He estado allí varias veces, pero tal vez regrese y lo compruebe. De esta manera podría pensar dónde me gustaría vivir si terminamos casándonos.

D-Bueno, es una buena idea, respondió ella, poco convencida.

U- Genial, te recogeré a las siete.

D-No es necesario, puedo...

U-Iré a buscarte - repitió insistentemente. A las siete. El Sábado. Hasta luego.

Cuando colgó, Christopher giró su silla de oficina y contempló la vista desde el último piso de la torre de oficinas. Era un hombre rico. La ubicación de su negocio, en el centro financiero de Boston, no dejaba lugar a dudas. Sin embargo, se sentía como un adolescente cada vez que hablaba con Dulce. Christopher tenía la sensación de que los próximos meses serían difíciles. Volvió a girar su silla y miró el calendario. Antes de llegar a un acuerdo con Dulce, había estado considerando la posibilidad de viajar por el país para visitar las distintas empresas que poseía.

Pero habría que esperar, al menos hasta estar seguro de que la inseminación artificial daría frutos.

Dulce estaba lista cuando Christopher llegó a recogerla el sábado y llevarla a Brookline. Tuvieron que recorrer toda la prestigiosa Commonwealth Avenue para llegar a la mansión georgiana de cinco habitaciones que Christopher había comprado con Wendy cuando todavía soñaban con llenar la casa de niños. Christopher dio la vuelta a la casa para entrar al garaje y Dulce pudo apreciar toda su magnificencia. Era la casa más grande de toda la avenida.

D-¿Te he dicho alguna vez cuánto admiro tu buen gusto en las casas?

U- No pero gracias.

Christopher esperaba que te gustara la casa. Estaba muy apegado a ella. Pero él estaría dispuesto a mudarse, a petición de Dulce.

D- ¿Qué edad tiene exactamente el edificio?

U-Fue construido en 1866.

D- Es increíble.

U- El jardín es mucho más bonito en primavera y verano - respondió Christopher, ayudándola.

bajándose del Mercedes y guiándola hasta la puerta -. Encontré un paisajista maravilloso que hizo un buen trabajo. Y también se encargó de la terraza de la azotea.

D- ¿Hay una terraza en el tejado? - Dulce sonrió perpleja -. ¿Alguna vez pensaste, cuando eras niño, que serías dueño de una mansión victoriana en Back Bay?

U- No, pero soñaba con tener una niña y encontrar trabajo. Es curioso cómo... suceden las cosas.

D- Las cosas no suceden, tú las haces suceder.

U- Tal vez - se encogió de hombros. pero también indica suerte. Tuve la idea adecuada en el momento adecuado, y además tuve la suerte de encontrar apoyo económico - explicó Christopher, mostrándole el salón, más informal que el resto de la casa -. Espera un momento, descubriré a qué hora planea Finn servir la cena.

 Un Hijo Tuyo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora