RONIN

CAP 8

Midoriya buscó al Sr. Personalidad Magnética cualquier cosa buena, solo consiguió algunos cigarrillos y un encendedor que no necesitaba. Nada que le ayude con la cabeza.

Volvió a entrar, sujetándose la cabeza con la mano, y volvió a coger su mochila. Miró hacia arriba, mirando al tipo de las uñas que sacó antes y sus brazaletes. ¿Realmente fue un robo si intentaron matarte?

Probablemente, y esos brazaletes no iban a ayudar a que su cabeza dejara de sangrar. Dejó ir ese pensamiento y sacó la cinta atlética que en realidad nunca necesitó para su espada y la envolvió alrededor de su cabeza antes de hacer un nudo desordenado al final. Una manga para limpiarle la sangre de los ojos y ya estaba listo.

Al final, ¿realmente era tan malo robar? Más o menos, pero sobresaldría como un pulgar dolorido si no lo hiciera. ¡Robó una chaqueta pero dejó todas sus pertenencias! ¡Realmente lo hizo! Excepto por esos brazaletes. Quién sabe cómo llegaron a manos de Midoriya. Eran un poco grandes, pero si se los ponía sobre las mangas quedaba bien.

De ahí, con mochila y pseudo-espada en mano, salió corriendo como un mariquita. Sólo había estado ganando emboscadas, joder si iba a intentar derrotar a 4 personas en una pelea directa.

Regresó a las sombras, agarrando su sudadera con capucha All-Might que habían dejado por alguna razón. Se aseguró de que no le hubieran dejado ningún extra en la chaqueta una vez que estuvo a una cuadra de distancia.

Después de estar seguro de que nadie lo seguía y guardó la sudadera con capucha, se alejó casualmente rezando para que nadie pudiera verlo lo suficientemente bien como para descubrir quién era. Simplemente imitó la expresión y el caminar de Bakugou, agregando algo de volumen a sus pasos normalmente silenciosos.

Algunas personas lo miraban de manera extraña y él podía ver a algunos de los gánsteres, pero solo recordaba las miradas que todos le lanzaban. Ni siquiera se molestó en hablar y asintió brevemente a pesar de mirarlos directamente como si quisiera dividirlos, manteniendo un ritmo golpeando el mango de su espada con su pulgar.

No lo tocaron, suponiendo que era otro gángster. La sudadera con capucha de gran tamaño ocultaba su rostro, pero lo que se veía era una venda roja y una máscara sobre su boca. Sus ojos no se desviaron, sino que se fijaron en cada persona y los miraron como si los diseccionaran mientras intentaba analizar sus peculiaridades. Él nunca se inmutó, más que nada porque las cosas que podrían haberle hecho no eran tan desconocidas.

Regresó a las áreas más públicas, manteniendo esa personalidad de saber lo que estaba haciendo hasta el bosque donde se cambió de ropa nuevamente. Era poco más del mediodía y su cabeza ya había dejado de sangrar. Con un poco de desinfectante para manos, se limpió la cabeza y se acomodó el cabello para ocultarlo.

Finalmente miró por encima de su "espada". La hoja medía 70 cm de largo, con un poco más de 30 cm para el mango. Ahora todo era de color marrón oscuro y la hoja todavía tenía algo de sangre que limpió en la hierba. El equilibrio era abismal, centrado unos 10 cm demasiado por encima del mango. Pero aún así, ahora era suyo.

Ahora que no corría el riesgo de ser despedazado por los gánsteres, podía apreciar su propio trabajo y darse una palmadita en la espalda, fingiendo que su trabajo estaba bien. Lo hizo girar como un niño con un juguete nuevo, deslizándose y bailando sobre el césped. Si bien los movimientos de sus pies podrían haber sido elegantes, su mitad superior parecía un choque de trenes.

Comenzó a practicar su estilo de movimiento característico con el nuevo peso de la espada. Solo tomó 3 minutos de caminar como quien finge ser un ninja para sentir la nueva dificultad en sus brazos. La hierba ocultaba el terreno irregular, lo que hacía mucho más difícil mantener el ritmo. Para colmo, estaba cansado y hambriento. Estuvo mayoritariamente estancando hasta que su cabeza se sintió mejor para volver a casa, pero esta práctica fue mucho mejor de lo que pensaba.