17. El control es mío

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【Ian】

Mucho tiempo atrás.

No miro atrás después de salir de la cueva. Ni siquiera me molesto en preguntarme si vi algo o no, si algo se movió en alguna parte de la oscuridad, o si sólo estaba siendo un poco paranoico por haber participado en un evento traumático.

Creo que todos nos sentimos aliviados de salir de ahí.

Durante una pequeña parte del camino nadie se atreve a hablar, y supongo que tampoco es que se pueda decir mucho de lo que hemos sentido ahí dentro pese a ser una de las varias mina que hay en Galliant. Aun así, Henri parece tan ansioso por marcharse que no dudo en romper un poco el hilo para tomarle de la mano.

Él me mira, entre aturdido e incómodo.

No hemos hablado mucho últimamente —le digo en voz baja, soltándolo para que sepa que sólo quería llamar su atención al tocarlo.

Ciertamente, pero... Ian, necesito unos cuantos días para pensar.

Me apena que esa sea su respuesta después de un rato en silencio, pero tampoco puedo echárselo en cara porque en parte es normal; su amigo está muerto, el chico con el que a veces se ve en el prostíbulo lo ha matado, sabe que nuestra amistad es buena y siempre estamos dispuestos a hablar... pero al parecer a veces hay cosas que necesitan un poco de tiempo de enfriamiento.

Supongo que el hecho de habérselo dicho a Oliver en lugar de él, siendo la persona con la que más he hablado de muchas cosas, le habrá dolido lo suficiente para que parte de su confianza hacia mí se resienta. Quizá un poco. Si me odiara, dudo mucho que me hubiera dado la oportunidad de volvernos a ver en otro momento, aunque fuera en unos días.

Henri se va, y es entonces cuando Abert abre la boca para decir poco sorprendido:

Es interesante que ese tipo sea alguien de pocas palabras, incluso más que Oliver, pero su respuesta física es lamentable —al decir aquello último lo miro entre confundido y malamente—. Quiero decir, su cuerpo expresa demasiadas cosas que no quiere mostrar en su voz o en su cara. 

A veces hablar demasiado puede ser un problema, porque no todos pueden entender lo que quieres decir pese a que lo que digas parezca sea algo dicho con buena intención.

Pero sigue siendo buena intención, por lo tanto, y hablado de tu caso en concreto, debes de sentirte orgulloso de hallar el valor de contárnoslo en lugar de callarte —asiente varias veces para sí mismo—. Mucho valor. También confianza, especialmente sabiendo cuán complicado es este tema; pero todos sabemos que, en el caso de haberte callado, las cosas podrían haberse puesto un poco mal en el futuro si te hubiera pillado alguien.

Bajo la mirada hacia mis manos. Aunque sean grandes y mis dedos gruesos, mis uñas son cortas y por lo tanto no pueden abrir el pecho de un hombre adulto. ¿Cómo puede hacer tal cosa?

Albert se acerca hasta mí para apretarme el hombro, junto a una sonrisita cómplice.

Gracias... supongo.

A veces hacer lo correcto puede ser complicado, pero no deja de ser correcto, cielo —me guiña un ojo con coquetería, pero eso no me anima demasiado a saber que Henri se sienta mal conmigo aun así.

Daré todo de mí para que esto se solucione, Ian. —La voz de Oliver, siempre segura de sí mismo y decidida, suena por delante de nosotros. Se ha detenido y ha vuelto tras sus pasos al darse cuenta que Albert y yo nos hemos quedado sitiados en la intersección donde se ha ido Henri sin despedirse de nadie—. Puede que sea un desastre y vaya a ser complicado, pero la justicia no debe de ser ciega para los inocentes.

𝕰𝚕 𝓢𝚎𝚗𝚝𝚒𝚖𝚒𝚎𝚗𝚝𝚘 𝕰𝚚𝚞𝚒𝚟𝚘𝚌𝚊𝚍𝚘Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin