5. Ser tonto debería ser ilegal

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【Glass】

Mi madre completa la disposición de la mesa con gran destreza, sacando partido al agradable sábado y a ese perpetuo clima soleado y cálido que parece reinar aquí. Aprovecha esta ocasión para asegurarse de que todos sus hijos, yernos y nueras estén al tanto de que mañana se iniciará mi particular travesía por el infierno: la cena con la familia de ese imbécil al que ni siquiera considero digno de un premio de consolación.

Cada vez que el nombre de Etherion cruza mi mente, siento que mi sangre hierve, y la indignación crece al pensar que en algún momento él dio su consentimiento a la petición de mi madre.

Nuestra familia se compone únicamente de mi madre y yo en la casa principal. Luego vienen mis tres hermanos mayores, cada uno con sus respectivas esposas e hijos. Siguiendo el orden de mayor a menor, encontramos a Travis, con cuarenta y dos años, le sigue Askan, con treinta y siete, y finalmente Servior, con treinta años. Es curioso que, siendo yo el benjamín con veinte años, sea el único Omega de entre tres hermanos Betas, sin que ninguno haya alcanzado la categoría de sub-Alfa. Este hecho, que a mi padre no le inquietaba en absoluto, sí preocupaba a mi madre, quien albergaba esperanzas de que al menos uno de sus hijos "alcanzara un estatus elevado en la vida".

—¿Sigue resistiéndose a conocer a Etherion en persona? —Travis, entregando al niño a su esposa, dirige su mirada primero hacia mi madre con una expresión burlona, a lo que ella responde con una mueca de disgusto—. Aunque, sabiendo cómo es, mamá, seguramente te las has arreglado para que se conozcan antes de que acabe el año. ¿O me equivoco?

—Travis, no digas cosas que puedan malinterpretarse, cariño —fuerza una risa más falsa que mis ganas de estar aquí con ellos, en lugar de irme al gimnasio o pasar horas tocando música para ignorar a la gente—. Sólo soy una madre preocupada por el bienestar de sus hijos.

—Recuerdo, madre, que dijiste lo mismo de nosotros cuando teníamos edad para independizarnos —responde Askan mientras toma con cuidado unas tostadas con mantequilla y las coloca en el plato de su esposo Omega, quien se sonroja tontamente por el gesto—. No quiero sonar pasivo-agresivo, ya que sé que tu deseo de ayudar a Glass es genuino... en parte. —Hace una breve pausa y la mira con ojos grises más inquebrantables que cualquier roca que puedas encontrar. Firmeza y honestidad siempre son las características distintivas del segundo hermano.

—Bueno, bueno, calmémonos un poco... —Travis ríe ligeramente con un toque de incomodidad en su rostro. Él prefiere ser el alivio cómico, tomarse las cosas con menos seriedad y despreocupación para disfrutar de la vida—. Todos estamos felices de que el pequeño cristalito finalmente esté protegido por un hombre que lo merece, ¿verdad?

Los Omegas en la mesa apenas abren la boca, limitándose mayormente a comer y ofrecer sonrisas falsas. No paso desapercibido para ninguno de los tres, y tampoco me preocupa lo más mínimo que tengan una opinión negativa sobre mí. Nadie necesita recordarme que el peor enemigo de un Omega suele ser su propia familia, y, en este caso, ellos forman parte de mi "familia", lo que los convierte en enemigos. 

Con el enemigo no se puede confiar, a menos que seas tonto o ingenuo.

Recibo una mirada de uno de ellos, observando cómo el castaño de sus ojos se oscurece en una expresión que intenta parecer inocente y amable, pero en realidad se está burlando de mi desgracia. Sería fácil agarrar un plato y lanzárselo a la cara para borrar esa sonrisa idiota que tiene, pero sé que Askan lo protegerá sin siquiera dirigirme una mirada, y seguirá con sus cosas. Para mis hermanos, es bastante común verme tener este tipo de actitudes, aunque al principio les resultaba inusual... hasta que decidieron centrarse en sus propias vidas y dejar que mi madre se ocupara de lidiar conmigo.

𝕰𝚕 𝓢𝚎𝚗𝚝𝚒𝚖𝚒𝚎𝚗𝚝𝚘 𝕰𝚚𝚞𝚒𝚟𝚘𝚌𝚊𝚍𝚘Où les histoires vivent. Découvrez maintenant