Capitulo 3

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_Me recuerdas a mí adolescencia hormonal_declaro soltando una carcajada. 

_Hoy en la mañana no pude decírtelo, pero... Te queda jodidamente bien ese enterizo.

_Gracias, supongo_susurro acariciando sus manos.

«Apuesto a que está sonriendo»

Volteo mí cuerpo para confirmarlo y efectivamente lo está haciendo, tiene una sonrisa amplia que lo hace ver muy sexy y comible. Zaiden es un hombre de 27 años muy hermoso, trabaja como administrador de empresas y estudió contabilidad para rellenar su conocimiento, posee un cabello negro azabache y ojos azules parecidos a los míos pero un tanto más claros, piel un poco bronceada por sus vacaciones en Bora Bora, cuerpo bien trabajado por sus largas horas en el gimnasio sin que exageré su musculación y una altura de unos  1,89 CM.

En cambio yo mido 1,78, poseo unos bellos ojos azules (heredados de mis padres) tez blanca, cabello negro azabache, cuerpo proporcionado pero bien cuidado por mí trabajo, me dedico al modelaje desde los 17 años y puedo decir con todo el orgullo que soy de las 3 más reconocida en el mundo. Todo eso se lo debo a mis padres que me apoyaron a seguir mí camino aunque nuestra economía no era muy buena como para hacer esto posible, pero se pudo, todo se puede y ahora yo lo sé.

_Mamá está preparando tu comida favorita_habló Zaiden dejando carias en mí cabello.

_Tu mamá es un amor conmigo, la amo_sonrio volviendo a apoyar mí cuerpo sobre su pecho.

_Te aprecia mucho.

_Lo noto cuando hace cosas como estás_murmuro un poco triste porque esto sea una farsa_Si sigues acariciando de esa forma mí cabello vas a provocar que me duerma.

_Si quieres puedes hacerlo_ me asegura en un susurro lento_se nota que estás cansada.

_Solo serán 5 minutos, lo prometo_le respondo manteniendo el tono bajo mientras voy cerrando lentamente los ojos.

Sus caricias siguen sobre mí cabello provocando que poco a poco me vaya quedando profundamente dormida.

Zaiden

Admiro su belleza por largos segundos que se prolongan a minutos, decido cargarla hacía el cuatro para que descanse mejor.

_Evelina se durmió, madre_señalo con mi cabeza cuando entró en casa por la puerta trasera.

_Subela al cuarto, Cariño_sonrie admirandola igual que yo hace un rato_Trabaja mucho y descansa poco.

«¿Acaso me está acusado de que descansa poco?» porque si lo está haciendo tiene la razón.

_Ella ama su trabajo.

_Se que lo hace, hijo, pero eso no quita que debas ayudarla a que se distraiga un poco. ¿Por qué no se van un tiempo de vacaciones?

_Tengo que hablarlo con Evelina, supongo.

_Esta bien, ahora llévala arriba para que descanse mientras yo termino de hacer las pastas_dice amasando la masa ya consistente.

Sin decir nada más subo escaleras arriba y recuesto a Evelina sobre la cama de mi antiguo cuarto, le saco sus tacones cuidadosamente para que no despierte, pero no lo hace aunque haga ruido.

Al parecer se durmió muy profundo porque comienza a pronunciar palabras vagas antes de entender los nombres de sus padres.

«¿Hace cuánto que no los ve? No lo sé, pero sé que los extraña.

Hay veces que los nombres en sueños como lo está haciendo justo ahora y luego despierta triste. En varias ocasiones logré darme cuenta de sus ojos azules irritados y rojos por el llanto que de seguro quiere ocultar con el maquillaje, pero yo la conozco y sé que llora, llora por querer verlos. El discutir con sus padres no estaba en sus planes y  hizo que su humor divertido decaiga y suela perderse entre sus pensamientos.

El deseo, de tu cuerpo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora