El deseo, de tu cuerpo

Capitulo 9

Evelina

_No hace falta que repitas siempre lo mismo, se perfectamente la razón del porque estamos metidos en todo este lío_Le aclaro sin poder contenerme.

_De acuerdo.

_Llevame a casa, por favor_suelto después de meditarlo un poco.

Lo mejor que podemos hacer con esta situación es que nos tomemos un poco de tiempo para pensar bien las cosas.

Zaiden se encarga de pagar la cuenta aunque le ofrezco la opción de saldar nuestra merienda a medias. Al salir de la pasteleria su voz se vuelve a escuchar, pero esta vez un poco más fastidiada, comprendo el porque casi de inmediato al visualizar entre los arboles varios reporteros escondidos de frente al aparcamiento  con las camaras apuntando hacia nosotros.  

_De eso nada. Te vendras a la suit conmigo_demanda abriendo la puerta del auto.

Me adentro en el deportivo y aguardo pacientemente a que el haga lo mismo. 

_No estas en condiciones de pedirme nada_refuto abrochando el cinturon de seguridad.

_Evelina...

_En algún momento tengo que volver a mi departamento. Ademas, creo que lo mejor es comenzar a tomar distancia.

_Eso no va a ser hoy-declara mirando me de reojo antes de poner el auto en marcha y dar por terminada la conversación.

Quizás en otro momento le hubiera dicho que se guarde sus palabras por dónde vinieron. Sin embargo, hoy solo puedo ignorar su mal geñio y mantenerme callada. Estoy cansada de la cantaleta matutina, de las noticias de última hora en los canales de chismes, de mantener todo calculado para presentar el mejor noviazgo falso, pero por sobre todo. Estoy cansada de fingir ser la modelo perfecta y pretender que, al cumplir mí mayor sueño de niña iba a estar eufórica de entusiasmo, cuando en realidad el único sentimiento que abarca mí sistema últimamente es el de angustia y soledad.

Puede que lo tenga todo, departamento, suite, un trabajo  que cualquier mataría por tener en mí lugar, ropa, perfumes y zapatos de diseñador. Sin embargo, eso solo es lo material y no llena el vacío de soledad que se instaló en mí pecho desde que mis padres me dejaron sola.

Si me hubieran dicho que mis padres me darían la espalda de esa manera, luego de presentar un cuadro fuerte de bulimia nunca lo hubiera creído.

Los decepcione de algún modo cuando me vieron con la cabeza literalmente dentro de retrete expulsando a la fuerza todo lo poco que había comido. Ellos, en esa noche encontraron mis más grandes secretos. Me había encargado de no ser una carga para mis padres por toda mí adolescencia. El trabajar y mantenerme todo el día sola en casa provocó que las malas amistades llegaran en el momento justo.

Comencé a drogarme. No estoy orgullosa de haberlo hecho, pero en ese momento nada me preocupaba más que mantenerme activa de alguna manera, ya que los problemas económicos en casa se hacían notar a medida que crecía, sentía que era una carga para mis padres y solo hacia que sus esfuerzo por conseguir dinero fueran en vano al tener que gastarlos en mí colegiatura. 

Mamá me interno en un centro de rehabilitación para adictos. Por años me mantuve limpia y regrese a casa. Sin embargo, hace un par de meses atrás volvi a caer y con mucha más fuerza. El vómito provocado, las inseguridades, las reglas estrictas del modelaje sobre el cuerpo feminino volvieron como un flechazo para mí, aunque mantuviera mí cuerpo perfecto para modelar por las pasarelas «yo me sentía insuficiente»

Nunca era lo suficiente buena, más que para dar problemas. No fue sencillo abrirme con mis padres y contarles lo que estaba sucediendo « otra vez» . En cuanto me decidí y se lo expulse todo como una bomba se decepcionaron tanto de mí, los vi en sus ojos, recuerdo que no dijeron ninguna palabras, era como si no me hubieran escuchado o esperaban que le jugará una broma de las tantas que siempre en mí adolescencia les hacía.