Capitulo 4

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La cena transcurre tranquila a lo largo de la velada. La famila de Zaiden es muy unida y cálida por lo que nunca me sentí incómoda con ellos y puede decirse que disfruto de su compañía desde que los conozco.

_Come algo_ordenó Zaiden con su acostumbrada voz autoritaria.

_Lo estoy haciendo_le respondo distraída.

_No sabía que "comer" se le llamaba a mover la pasta de un lado al otro. ¿Acaso no te gusto? Si es eso puedo traerte otra cosa.

_No es eso_murmuro avergonzada por su repentina preocupación.

_¿Y entonces? ¿Qué sucede?

_Solo... No tengo mucha hambre_menciono bebiendo el vino de mi copa.

El mareo ya se hizo presente hace unos instantes atrás cuando tome las 2 últimas copas repentinamente y sin ingerir algo antes. Ahora puede que esté un poquitín ebria pero no creo que nadie se de cuenta« Eso espero al menos»

_Permiso, voy un momento al sanitario_hablo llamado la atención de todos en la mesa.

_Ve tranquila, querida_pronunció Estéfano amablemente.

_Gracias_sonrio saliendo de mi lugar.

Suelto un suspiro cuando salgo del comedor y me encaminó hacia al sanitario a paso apresurado cuando el estómago se me revuelve. Este último mes permanecí comiendo muy mal y eso provoca que en algún momento mi cuerpo quiera cansarse como lo está haciendo justo ahora.

En el sanitario me inclino sobre la taza del baño y vomito todo el vino que consumí en la madrugada y ahora. El dolor de cabeza permanece al igual que el mareo cuando vuelvo a inclinarme sobre la taza y vomito todo lo que mi cuerpo me pide  sacar.

_¿Evelina? ¿Puedo pasar?_pregunta Zaiden del otro lado de la puerta.

Intento responderle pero no alcanzo a formular alguna respuesta coherente cuando vacío lo que tengo en el estómago. Puedo escuchar la puerta abrirse y pasos acercarse hacia mi espalda para darme contención cuando termino de devolver todo.

Me siento en el piso y tiro de la cadena para que todo se vaya, busco papel higiénico y limpio mi boca como puedo con los ojos cerrados. Mi cuerpo tiembla con frenesí, el estómago aún lo siento revuelto y de mi cabeza salen punzadas dolorosas.

_¿Qué ocurre?_vuelve a hablar esa voz que reconozco como la palma de mi mano.

Niego sin querer decir nada por el punzar de mi cabeza.

_Esta bien, te llevaré a la suite así descansas.

_Tus padres...

_Ellos entenderán que no estás bien_me calla tomándome en brazos.

Me escondo en su pecho cuando la luz de la casa comienza a ser insoportable para mi.

_Evelina se siente un tanto mal, la llevaré a casa.

_¿Qué le sucede?_pregunta Estéfano de inmediato al ver mi rostro pálido.

_De seguro algo de cayó mal.

_Esta bien, llévala a casa para que descansa y nos mantienes al tanto de todo_ahora habla Sofía tocando mi rostro con su mano que en estos momentos me parecen muy fríos.

_De acuerdo_asegura Zaiden sin perderme de vista un segundo.

_Tiene temperatura, de seguro es un resfriado. ¿Sabes que hacer?

_Si, madre. No te preocupes, yo la cuidaré.

_Lo de mi niño, ahora anda que Evelina tiene que tomar reposo.

El deseo, de tu cuerpo Where stories live. Discover now