Rías se encontraba preocupada, había perdido su juego de clasificación contra Riser Phenex y ahora debido a esto estaba obligada a casarse con el, por más que suplicara nadie la ayudaría pese a todo, después de todo su destino como demonio ahora era dar a luz a más demonios de sangre pura junto a su futuro esposo Riser.
La boda se había llevado a cabo hasta el final, cuando estaban por terminar con esta apareció su peón Issei el cual lucho contra Riser usando el poder de su Balance Breaker de forma temporal, sin embargo, no fue suficiente y fue derrotado por Riser quien al tener más experiencia se mostró muy superior a este, esto provoco que la Gremory llorará un poco rogándole a Riser que no acabará con la vida de su peón, petición a a la cual accedió con una sonrisa arrogante mientras advertía a Rías que si alguno de sus miembros de nobleza volvía a retarlo serían asesinados en el proceso.
Finalmente la boda estaba terminando y justo antes de que tanto la pelirroja como el rubio aceptaran el uno al otro en unión, fueron interrumpidos nuevamente, pero esta vez a diferencia de antes no fue una persona como tal la que los interrumpió.
Varios de los demonios en la sala fueron envueltos en un brillo extraño mientras desaparecían uno a uno sin dejar rastro, el tiempo en el lugar se congelaba a su vez y nadie salvo los desaparecidos podía moverse o hacer algo.
Todos los demonios que habían desaparecido volvieron a reaparecer en una sala completamente diferente, estos estaban mirando su entorno sin comprender qué era lo que había sucedido mientras se ponían en guardia ante la posibilidad de que fuera una trampa de algún enemigo.
Rías miro esto extrañada, no entendia que estaba sucediendo, pero de cierta forma se encontraba agradecida ante la idea de que de alguna forma había logrado evitar el compromiso al menos temporalmente, esto le daría algo de tiempo para pensar en como librarse de Riser.
Muy a diferencia de la pelirroja el Phenex estaba enojado a más no poder, pues su boda que durante tanto tiempo había planeado fue interrumpida y eso era algo que no podía tolerar, suficiente había sido con la interrupción de bastardo reencarnado y ahora sucedía esto, casi era como si el universo mismo se burlara de él y no lo quisiera dejar estar con la Gremory, algo que por derecho el se había ganado.
-No se quien esta detrás de todo esto, pero mataré al bastardo por interrumpir mi boda. Riser hablo mientras era apoyado por su nobleza.
Más brillos se manifestaron en el lugar y varios seres más empezaron a hacerse presentes, entre estos estaban los dioses principales de cada panteón, los líderes de facción actual, algunos revividos que no sabían que sucedía como Elohim y Lucifer, un grupo de hechiceros y por último los dioses dragones junto a uno encadenado e inmóvil Triexa que les veía con ira a todos mientras intentaba liberarse de sus cadenas sin mucho éxito.
Al ver al dios bíblico con vida sus hijos corrieron rápidamente a él, los ángeles del cielo estaban muy emocionados ante la presencia del dios, pues este era su creador.
Elohim los recibió con una ligera sonrisa aunque algo confundido por lo que sucedía, el recordaba haber muerto y, sin embargo, se encontraba en este lugar.
Por su parte Lucifer junto a sus hermanos vieron a los demonios actuales dudosos ante estos, se sentían bastante débiles si se los preguntaban, dirigieron su vista nuevamente a otro lugar donde recién se materializaban varios miembros de la Khaos Brigade siendo Rizevim parte de estos.
El Lucifer menor soltó un suspiro algo cansado ante la vista de su padre, no quería lidiar con el anciano en este momento y sintiendo la mirada perforante que le daba parece que no estaba muy contento con el, aunque no lo admitiría abiertamente tenía algo de miedo por ver a su padre, pues aún siendo su padre seguía siendo el rey de los demonios, no por nada fue considerado el demonio más sanguinario y fuerte hasta la fecha.
