La sala estaba en silencio, nadie quería decir nada, pues aún estaban pensando en lo ocurrido durante el capítulo anterior, especialmente los ángeles, quienes estaban en sus mentes haciendo algún plan para evitar que Naruto dañara el cielo.
Michael solo gruñia por lo bajo al ver que su contraparte no hacia nada para evitar que el mocoso Uzumaki crecier en poder, si la cosa seguía así, el cielo caer de forma inevitable, algo que él líder de los ángeles no podía permitir que sucediera de ninguna manera, sin importar lo que costará detener a ese Uzumaki y de paso, librarse de una vez por todas de está familia.
Por otro lado, Toji, el padre de Naruto o al menos la contraparte de este sonreía complacido, su hijo era realmente una cosa impresionante, lo suficiente como para hablar cara a cara con el rey de las maldiciones y no mostrar el más mínimo indicio de miedo, algo así haría a cualquier hechicero, sin importar su rango temblará de miedo, pero su hijo no lo hacía, incluso fue tan descarado como para aceptar un combate mano a mano contra el más fuerte de todos los hechiceros y así obtener el poder de este.
Itadori solo miraba lo que ocurría en silencio, el hechicero pensaba en lo poderoso que debía ser Naruto para tal cosa, aunque tenía la duda de que ocurriría con el si traía a la vida a Sukuna, dijo que todo el poder de los dedos sería enviado al cuerpo de este gracias a los sellos, por lo que eso incluía a los dedos ya devorados previamente por el, ¿que pasaría con su contraparte si esto ocurriera?.
El rey de las maldiciones en su lugar estaba bastante impaciente, se preguntaba qué pasaría ahora mismo con su contraparte y si podría vencer a Naruto, aunque realmente lo llevaba bastante ya que por lo que había visto era bastante poderoso, el mismo dudaba que su contraparte tuviera oportunidad, aunque sin duda sería una gran batalla para su contraparte, su mayor duda radicaba en que ocurriría durante un choque de demonios, pues hasta el momento nunca nadie había podido vencerlo en estos, todo gracias a las características especiales de su expansión de dominio, la cuál era muy diferente y única en comparación a la de los demás hechiceros.
Sin más tiempo para poder pensar, la pantalla se encendió, dejando ver que pronto iniciaría otro capitulo.
-Capítulo 32-
Naruto sonreía de oreja a oreja, finalmente había iniciado la batalla contra el rey de las maldiciones, Ryomen Sukuna, quien había dado el primer golpe al atacarlo de frente, si quería el poder de el rey, debía derrotarlo primero.
-El choque de dos fuerzas de poder absoluto, que interesante, yo creí que sería emocionante ver una pelea entre Satoru Gojo y Sukuna, pero creo que esto es superior a eso. Kenjaku dijo con una sonrisa calmada en su rostro, estaba seguro de que incluso Gojo no podría darle a Sukuna una pelea tan buena como la que le daría Naruto, pues la diferencia es que estaba casi seguro de que Naruto era superior, por ende podría darle más emoción al no tener certeza de que ganaría Sukuna.
-Debo decir que me impresionas mocoso, la mayoría ya habría considerado que cometió un error. Sukuna dijo mientras su poder se sentía en el espacio.
Sukuna sonrió en la mente de Itadori, eso era algo que sucedía muy a menudo con el, aunque seguro para su contraparte era peor, pues hasta donde tenía entendido, sus versiones de ese mundo eran varias veces más fuertes que ellos, lo que haría que el Sukuna de ese mundo fuera un monstruo que sencillamente no podría ser derrotado en caso de llegar al Jujutsu verso, uno que ni con todos los hechiceros unidos a la vez podrían vencer.
-Bueno, descubrirás que no soy cualquiera, Sukuna. Naruto habló dejando salir su propio poder, igualando de forma inmediata el poder del hechicero más fuerte de la historia.
