CAPÍTULO 40

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🦦 Young Saeng 🦦

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🦦 Young Saeng 🦦

Se puso el largo abrigo azul marino y su afelpada bufanda negra. El día estaba cálido, pero con algo de viento que solía ponerle la piel de gallina. Se miró al espejo acariciándo los bordes de la bufanda, intentando concentrarse en el reflejo que recibía. Donde mostraba su rostro cansado y sus ojos más húmedos de lo normal.

Ayer había sido uno de esos días difíciles otra vez.

Nuevamente sentía como de doloroso era dejar partir a alguien. A quien por tantos años estuvo a su lado, lo cuidó, lo aconsejó, le hizo reír y le brindó el apoyo que muchas veces anhelo de sus padres. Su nana había sido tan importante, que no conseguía dejar de culparse por no haber puesto un mayor esfuerzo en ir a buscarla, decirle que estaba bien, que se convirtió en lo que siempre soño, y sobre todo, agradecerle por haberle cuidado desde que su abuela le hizo falta.

Volvió apartar con su pulgar una lágrima que consiguió salir lentamente, y soltó una larga exhalación intentando que no salgan muchas más. Fue hacia el escritorio y tomó su móvil, revisando por tercera vez la dirección que Siwon le había dictado cuando se despidieron el día de ayer, en donde incluso intercambiaron numeros. Saeng por un lado estaba contento de volverlo a encontrar a Siwon, quien fue su chofer de muchos años y quien formo parte de su vida. Simon se había ganado su cariño e indudablemente también su respeto.

Recordaba como si fuese ayer las veces que de niño, su chofer se le acercaba para jugar con él en el jardín de la mansión, con los carritos que solían regalarle sus padres en las navidades en las que pocas veces regresaban de sus interminables viajes.

Siwon se veía por fuera bastante serio y concentrado únicamente en su trabajo, pero en realidad sonreía mucho junto a su nana y siempre se daba un tiempo para celebrar su cumpleaños. Aquellos donde los compartía solo con sus dos amigos y con quienes trabajaban en casa. Era su nana quien le preparaba de sus postres más preferidos para consentirlo, y lo cuidaba de niño, cuando por las noches se le presentaba unos fuertes dolores de cabeza.

—¿Seguro que no necesitarás que te acompañe?

Saeng apartó luego de unos extensos minutos la vista del móvil, para terminar dirigiendola a Minwoo, quien había apareció en el marco de la puerta abierta de su habitación, junto con una botella de agua a medio beber en la mano.

Eran pasadas las diez de la mañana y Saeng había decidió ir al cementerio en donde fue enterrada su nana. Le tomaría alrededor de dos horas llegar a Incheon en algún taxi. No creía que seria un trayecto tan largo y por eso había decidido hacerlo él solo.

Jason también se había ofrecido a acompañarlo y estar en silencio si es lo que él deseaba. Pero después del beso de la cual Saeng correspondió, estaba convencido de que no estaría cómodo tenerlo cerca por ahora. De igual manera pasaba con Hyun Joong. Que luego de haberle brindado su hombro donde se desahogo, este tambien había mostrado su interés en acompañarlo a ese lugar, pero Saeng de igual manera lo había rechazado.

AL RITMO DE LA SEDUCCIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora