AL RITMO DE LA SEDUCCIÓN

CAPÍTULO 43

🦦 Young Saeng 🦦

Sentado y encogido en la parte baja del sillón, se encontraba Saeng. Abrazando uno de los cojines, sosteniendo fuertemente el móvil, y sin atreverse a quitar la vista del lugar donde le llevaba a su habitación.

Desde que recibió esa llamada, escuchó esa misteriosa voz, y el extraño sonido salir de la habitación, solo procedió a bajar del sillón hacia el piso, y asomarse por la esquina de está.

Había pasado aproximadamente 5 minutos desde que se comunicó con Jason, pero no pudo hacer más que enviarle un buzón de voz. Por eso, no tuvo otra alternativa que comunicarse con Hyun. Quien para su sorpresa contestó al instante que hizo la llamada.

Sus piernas estaban temblando, y su corazón latía acelerado. El miedo lo invadía a cada minuto que pasaba y nadie llegaba.

Había escuchado a Hyun preocupado, y le había prometido que llegaría a ayudarlo. Hasta que escuchó el nombre de Jae, y sus esperanzas disminuyeron. Y entre más los minutos pasaban, más se convencía de que la ayuda no llegaría.

¿Por que vendría?

Hyun podía haber crecido, obtenido experiencia, ser un buen jefe, llevarse bien con todos los de la academia, siempre brindándole la mano y tratándo con respeto a cada uno de sus trabajadores. Pero eso no tenía porque garantizarle de que aquella actitud del pasado, se haya desvanecido en todo este tiempo.

Saeng lo había pensado mejor. No se quedaría esperándo a alguien que no lo consideraba nada más que un simple trabajador.

A esa persona a quien nunca le gustó.

Iba a salir de su escondite. Observar en que situación estaba y gritar con toda sus fuerzas si fuera necesario.

Pero apenas hizo un movimiento con su pie, su móvil el cual silencio, se iluminó con una llamada entrante. Y aunque se decidió no esperar nada de ese tipo, no se atrevió a cortar la llamada, si no que la contestó.

—Ya... Ya estoy afuera —una voz que reconoció  apesar de que esta estaba agitada. Le dio suficiente valor de ponerse de pie e ir directo a abrir.

Solo bastó dar un paso y cayó en los brazos de Hyun. Él lo atrapó y Saeng se sintió tranquilo después de tanto temor.

—Ya estoy aquí... Príncipe —manifestó Hyun. Calmando el pulso apresurado con el cual llegaba, y de paso el suyo.

Tener a Hyun revisando cada espacio de su departamento compartido, en otra circunstancia le habria cabreado, y hasta le hubiera insultado, pero justo ahora, le aportaba seguridad.

Tras unos largos minutos Saeng siguió los pasos de Hyun muy de cerca. Ambos notaron el cuadro que antes colgaba en su pared, hecha trizas en el piso de su habitación.

Saeng lo iba a tomar, pero Hyun le detuvo.

—Te harás daño. Sería mejor si me traes un recogedor para eso.