CAPÍTULO 41

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🦦 Young Saeng 🦦

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🦦 Young Saeng 🦦

Una aclaración de garganta se escuchó en el minidepartamento, justo en la pequeña sala donde ahora se encontraba sentado Saeng.

—Supongo que yo soy quien debería hablar primero —dijo el hombre que hace poco minutos lo invitó en donde se quedaba, ofreciéndole ahora un vaso de agua.

—Gracias —expresó Saeng agradecido por el agua, dejando su móvil aún lado suyo.

—Bueno, empezaré por lo que creo es el principio, y seré lo mas breve posible —expuso Dae.

Moon Dae Han, así fue el nombre como se había presentado el hijo de su nana. El que ahora tomaba asiento al frente suyo y entrelazaba las grandes manos que poseía, dejándolas descansar sobre las piernas.

—Me enteré de mi madre biológica cuando yo cumplía la mayoría de edad e iba a estudiar a los Estados Unidos. Mis padres adoptivos fueron quienes me ayudaron, y gracias a ellos es que supe los nombres de quienes habían sido los que me engendraron. Pero mi búsqueda recién comenzó cuando terminé mi carrera de medicina, y regresaba a Corea nuevamente a los 25 años. Mi padre no quiso verme, pero no me lo tomé mal. Lo acepté sin problemas. Ya para eso tenía el presentimiento de que mi madre reaccionaría dem mismo modo, pero me tomó por sorpresa al verla tan dispuesta a querer conocerme.

»Me contó todo lo que necesitaba saber, el pasado y su presente. Entendí la razón por la que me dejó en un orfanato a los meses de nacido. Y aunque muchos piensen diferente, yo agradecí que así lo haya hecho, pues ella apenas y tenía para sobrevivir. Evidentemente no hubiera podido cargar con un hijo ella sola. Tu abuela al enterarse a los meses de que había sido llevado a esa institución, quiso buscarme, pero para eso ya era demasiado tarde, pues ya me habían adoptado. Mi madre me contó la vida que llevó y la promesa que le hiso a tu abuela cuando lamentablemente falleció. Su deseo fue que mi madre cuidara de tí, como si fueses su propio hijo. Al saber eso, me sorprendí mucho más al enterarme que ya no trabajaba para tí, por lo que junto conmigo estuvo buscándote, hasta que lamentablemente tuve que ingresar al ejército como lo había decidido. Luego de eso perdí contacto con ella, hasta el día en que salí después de cuatro años de servir. Decidí visitar a mis padres adoptivos, y cuando una semana transcurrió... Recibi una llamada.

»Mi madre estaba entrando a la sala de operaciones. Ella ya llevaba un año enferma, por lo que me informaron apenas llegué al hospital. Por primera vez los más cercanos a mi madre, se enteraban de mi existencia, y tuvo que ser en el peor de los momentos. Yo como médico sabía que podía hacer más por ella, aunque los que atendieron a mi madre estaban seguros que ya no había más por hacer. Quiero creer que ella no me lo dijo porque no deseaba preocuparme, y no porque en realidad no me tenía confianza.

Saeng dejó el vaso vacío en la pequeña mesita del centro, donde se encontraba la jarra de agua fresca y una desgastada caja de cartón. Sus lágrimas estaban brotando, una tras otra. La historia de su nana, la que nunca escuchó de su boca, era realmente impactante. Pero no podría juzgarla, pues ella había sido para él su familia.

AL RITMO DE LA SEDUCCIÓN Where stories live. Discover now