1

156 24 24
                                    











Parpadeó lentamente, tratando de visualizar si el tenerlo frente a él era real ó sólo un espejismo creado por su mente por los últimos pensamientos que tuvo sobre el castaño.

Abrió su boca y luego la cerró, sacudió la cabeza; negando y pasando su mano por su rubio cabello; e intentó no soltar una carcajada, ¿Acaso ya se había vuelto completamente loco?

— Emilio.

Está bien... No era un espejismo.

Joaquín estaba allí.

Volvió a posar la vista sobre el contrario y entonces pudo notar demasiados cambios en él; su cabello largo había desaparecido, al igual que su rostro, el cuál ahora era acaparado por una pequeña barba, dejándolo ver más maduro aunque sus ojos seguían demostrando esa preciosa inocencia y ternura de siempre.

No sabía que decir.

— ¿Qué haces aquí, Joaquín? — Fué lo único que salió de sus labios.

El castaño ladeó la cabeza y luego desvío sus ojos.

— Yo... He regresado aquí, viviré aquí ahora, cómo antes, Emilio.

Enarcó una ceja y por fin pudo ponerse de pié, recogiendo los cuadernos tirados a un lado del castaño y se los entregó sin poder mirarlo directamente.

— Q-que... — tosió. — que bien, digo, no sabía que volverías. Creí que te quedarías en Venecia para siempre.

— Te dije que volvería... Sólo necesitaba-...

— Sí, lo entiendo. — asintió rascando su nuca. Se sentía demasiado nervioso y estaba a nada de entrar en una crisis, sus sentimientos mezclados estaban saturándolo.

Bondoni dió un paso adelante para acercarse al rubio y se detuvo cuándo éste dió uno hacía atrás.

— Emi... Quería hablar contigo. Quería verte, yo te extrañé. ¿No estás feliz de verme? Yo lo estoy, tú dijiste que me esp-...

— No me hagas ésto, Joaquín. — negó ya no pudiendo evitar el temblor de su labio inferior y restregó sus ojos rápidamente para no soltar las lágrimas. — No puedes hacerme ésto; no puedes venir cómo si nada, después de tanto tiempo, a decir que me extrañaste porque malditamente no es así. — escupió con dolor.

Frunció el ceño y respiró hondo, ¿Porqué Emilio estaba tratándolo así? Él jamás le levantó la voz, ni siquiera cuándo estaba enojado.

¿Porqué le decía esas palabras tan feas?

— Emilio... Lo prometiste. — dijo masajeando su pecho para quitar ese horrible dolor que estaba sintiendo.

— ¿Y tú, Joaquín? ¿Acaso no prometiste amarme y estar conmigo sin importar qué? — replicó dolido por la acusación, pero rápidamente negó al sentirse una mierda por hablarle de esa forma al menor. — Éstos años no han sido fáciles para mí cómo lo fueron para tí, Joaquín. Sé que no lo entiendes, pero-...

— ¿Qué es lo que no entiendo, Emilio? Tú sabías que yo no podía hacer ambas cosas y dijiste que lo entendias, dijiste que me esperarías. — dijo apretándose los dedos con más fuerza, estaba sintiéndose muy mal. Sus ojos ámbar se posaron en la mano izquierda y se dió cuenta de algo... Su anillo de compromiso ya no estaba allí. — ¿Dejaste de usar nuestro anillo de compromiso, Emilio? — preguntó con una mueca triste en su rostro.

Una punzada en su pecho lo hizo jadear. Sus ojos rápidamente se llenaron de más lágrimas.

— Joaquín, yo-...

¿Can I Hold You Again? // Adaptación Emiliaco - 2° Temp. de ¿Puedo Abrazarte?  Where stories live. Discover now