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Desde aquel día en el que tuvieron ese encuentro en su antigua casa, no había vuelto a ver a Joaquín y aunque le dolía el hecho de que se habían distanciado, necesitaba, cómo el castaño le había dicho, enfocarse en su propio bienestar. El tratamiento comenzó hace ya mes y medio, la psicoterapia estaba dando resultados positivos; los medicamentos recetados eran los antidepresivos; y los ansiolíticos fueron reemplazados por estabilizadores del estado de ánimo, los que ayudaban bastante a mantenerlo relajado y sin cambios de humor drásticos. Los antipsicóticos fueron rebajados a dosis menores, lo que quería decir que su trastorno no se había descontrolado cómo se pensaba. La psiquiatra Annie, era de bastante ayuda también, ya que sabía justamente qué temas tocar en profundidad. Su hostilidad había menguado, ahora podía hablar con más claridad y sin tantos problemas sobre lo que le pasaba. Contar todo lo que le sucedía fué bastante complicado al principio, sin embargo, fué Annie, quién le brindó absoluta y genuina confianza para poder llevar a cabo su recuperación.

Las psicoterapias eran diarias y no le hacía falta internarse, sólo con hacer las 2 horas diarias bastaban, por lo que después tenía el día libre, entonces había decidido ir a la empresa y hablar con Leidy, para retomar el trabajo. Tenía el argumento de la psiquiatra, quién le recomendó seguir con su vida normal y en ello entraba su empleo, volvió al gimnasio para filtrar su ansiedad en ejercicios.

Hoy era miércoles y había vuelto de la sesión hace unos momentos. Sus padres claramente no se encontraban en casa, así que decidió tomarse sus vitaminas y luego salió de casa para subir a su auto y manejar hacía la empresa.

En cuánto llegó al piso correspondiente, fué saludado por las secretarias, Lisa, se puso muy contenta al verlo, mostrándose genuinamente alegre y preguntándole cuándo volvería.

— Espero poder volver en éstos días. — respondió con una sonrisa antes de seguir su camino hacía el despacho de la jefaza.

Golpeó 2 veces antes de recibir el "adelante" de la voz aguda de la pelinegra, entró con una pequeña elevación de las comisuras de sus labios, pero rápidamente se desvaneció cuándo vió que Leidy se encontraba acompañada por una ojinegra, la cuál le dió una rápida mirada antes de volver a girarse. Leidy, en cambio, le mostró una de sus preciosas y brillantes sonrisas cuándo se levantó.

— ¡Mailo! Ven, pasa. — invitó señalando el sillón a un lado de la ojinegra.

Asintió respirando hondo y haciendo lo pedido, estaba algo incómodo ya que no veía a la ojinegra desde hace semanas y lo último que supo de ella fué que estaba enojada por lo que le había dicho al castaño.

— Hola, Elyzabeth. — saludó con algo de timidez.

La ojinegra giró un poco su rostro, ladeando la cabeza y él realmente creyó que lo ignoraría, sin embargo, se calmó cuándo le respondió:

— Hola, Emilio. ¿Cómo estás? ¿Tu tratamiento vá bien? — entonces se relajó y mostró una pequeña sonrisa.

— Estoy bien, Elyzabeth. El tratamiento está dando buenos resultados, gracias por preguntar. ¿Tú estás bien?

Asintió. — Es bueno saber que está dando resultados. Yo estoy bien, sólo un poco preocupada y triste por-...

— ¡Elyzabeth!, ¿A qué hora tenías que volver al trabajo? — intervino inmediatamente la pelinegra en un tono más alto.

Frunció el ceño y se fijó en la hora para después abrir sus ojos en sorpresa y ponerse de pié.

— ¡Debí volver al trabajo hace 10 minutos! ¡Estoy llegando tardísimo! ¡Debo irme! — chilló para luego salir despidiéndose vagamente de los mayores.

¿Can I Hold You Again? // Adaptación Emiliaco - 2° Temp. de ¿Puedo Abrazarte?  Where stories live. Discover now