43. Extra 3. Problemas Y Soluciones

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— ¿Qué es lo que debo hacer ahora? — preguntó a la ojinegra del otro lado de la línea, entrando a la habitación de la que anteriormente había salido después de una fuerte discusión con su esposo, el cuál ya se había marchado a la empresa.

Después de la noticia, Joaquín parecía recio a aceptarlo definitivamente, aún le costaba el hecho de saber que su bebé tenía el mismo espectro que él, la culpa seguía carcomiendole cada día. Hubieron momentos en los que Emilip era capaz de, alguna manera, hacerle entrar en razón, su hijo era sano, estaba creciendo sin problemas y con todo el amor que ellos podían darle, también tenía toda la atención de sus 4 abuelos, que eran uno más baboso que el anterior, sus tíos que lo malcriaban cada vez que Bondoni se daba la vuelta y sus madrinas, las cuáles lo amaban casi tanto cómo a su propio hijo.

Aún así, Joaquín no podía conformarse con la situación, se sentía cada vez más y más triste, aunque Daniels no demostrara dificultad alguna con su comportamiento, él parecía feliz tal y cómo era.

Fué por esa razón, que los conflictos entre él y su Emilio comenzaron a incrementarse, Osorio le recalcaba cada día que debía dejar de pensar en el autismo cómo un defecto, que dejara la tristeza y malos pensamientos a un lado, pero Bondoni claramente no podía, él sentía que le debía perdón de por vida a su pequeño y el hecho de que Emilio no entendiera cómo se sentía con toda la situación, le molestaba muchísimo.

— Ojitos lindos, ya lo hemos hablado, tienes que dejar de pelear con Emilio sólo porque no te dice lo que quieres escuchar. Él jamás te dirá que tú eres el culpable del autismo de Daniels, así que no busques algo que claramente no encontrarás. — respondió con simpleza Elyzabeth. Le había contado la razón por su pelea con el rizado y últimamente, Mata no se ponía de su lado cómo había creído que haría. — entiendo muy bien lo que sientes y lo que pasa por tu cabeza a cada segundo, porque cuándo me dieron la noticia de que mí Li tenía autismo, yo también me sentí así. También pensé en que hubiera sido mejor que Leidy haya sido la madre biológica y no yo, pero de haber sido así, no tendría a mí hermoso hijo a mí lado. Las cosas pasan por algo, ¿No lo crees? — Hizo una mueca y se encaminó hacía la habitación de su primogénito, al cuál encontró en su cama, con unos de sus juguetes favoritos entre sus manos, un osito con lentes negros y camiseta de Batman. — ¿Ó es que te avergüenzas de tu hijo?

— Por supuesto que no, yo amo a mí hijo, lo amo cómo a nadie, él lo es todo para mí, Elyzabeth, ¿Cómo me preguntas algo así? — respondió inmediatamente, molesto por el simple hecho de que su mejor amiga dudara de su amor hacía Daniels.

— Entonces deja de pensar en él cómo si fuera que tiene algo raro sólo por ser autista, tú y yo lo somos y no es algo malo.

— Elyzabeth, tú y yo sabemos lo que hacen los niños con niños cómo nosotros. — recordó con angustia. — no quiero que mí Daniels sufra por la maldad de los demás.

— Y tú sabes que no todos son malos, míranos, Leidy y Emilio son el claro ejemplo de que hay personas buenas en éste mundo, nuestros niños están creciendo rodeados de amor, ¿Qué importa lo demás? ¡Al carajo con los demás, ojitos lindos!

— Dijiste una mala, mala palabra, ricitos. — acusó con una pequeña sonrisa en su rostro. — pero tienes razón, es lógico lo que dices. — entonces recordó la pelea que tuvo con su esposo hace unas horas y su tristeza volvió. — hice enojar mucho a mí Emilio hoy, ¿Cómo haré que me perdone por la disputa que he causado entre nosotros hoy?

— Bueno, es tu esposo, no el mío. Tú sabrás cómo relajarlo.

— Pero creo que hoy si he cruzado los límites de nuestras reglas, he violado la regla número 11, ricitos. Él tenía razón y yo no lo he escuchado.

¿Can I Hold You Again? // Adaptación Emiliaco - 2° Temp. de ¿Puedo Abrazarte?  Where stories live. Discover now