3. Los Farad

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Se apagan las luces. Están terminando el segundo episodio de "Los Farad", que les han dejado ver para celebrar el cumpleaños de Paul. Juanjo y Martin han compartido un cubo de palomitas, y el vasco se siente realizado. Solo hace un día que Abril le ha preguntado que qué le haría ilusión de ir al cine con la persona que le gusta, y Martin ha contestado "compartir un cubo de palomitas". Es muy irónico, y no puede evitar sonreír al pensarlo. Además han disfrutado de la cercanía del otro en el sofá, Martin probando distintas formas de establecer contacto con Juanjo, y disfrutando de sus reacciones. Realmente ha sido Juanjo quien se ha acostado apoyado en Martin, pero no se esperaba que este fuera a acariciarle el brazo o ponerle la mano en el pecho delante de todos. Y sin embargo, eso ha hecho.

Martin piensa que Juanjo lleva un buen rato en silencio. Como se han apagado las luces, comienza a acariciar la cabeza del otro chico. Juanjo no se mueve, para sorpresa de Martin, acostumbrado a que el aragonés lo aparte siempre que se pone demasiado cariñoso. Un poco rayado, Martin susurra "Juanjo", y no obtiene respuesta. Se inclina hacia adelante y ve la cara de Juanjo, relajada, sus ojos cerrados y sus labios entreabiertos. Vuelve a susurrar "¿estás dormido?", para asegurarse. Con cuidado le coloca la cabeza más cómodamente y se recuesta contra el sillón, Juanjo dormido sobre sus piernas.

Cuando termina el episodio, la gente aplaude y Juanjo se sobresalta, volviendo en sí. Se incorpora lentamente.
—Hola. —le dice Martin.
—Me cago en la puta, me he dormido.
—Te he visto.
—Joder, pues me estaba interesando la serie. Qué puta rabia.
Juanjo suspira de manera exagerada y se acuesta de nuevo en el sillón, sobre el regazo de Martin. La gente ha comenzado a levantarse, algunos están por la cocina, otros recogiendo las mantas del sillón y otros ya han ido a ponerse el pijama.

—Es que te juro que si veo algo acostado me duermo
100%. —se queja Juanjo.
Martin sonríe, esa sonrisa de ternura y amor que le dedica solo a Juanjo. Este sigue hablando.
—Ahora me tienes que decir qué me he perdido, para cuando la retomemos, porque...
Martin se inclina sobre él y lo besa, interrumpiéndole. Juanjo lo aparta de un manotazo.
—¿Qué haces?
—Ya no hay cámaras.
—Hay gente.
—Juanjo, creo que todos lo saben.

Juanjo suspira y mira con recelo a Martin, que se queda al borde de derretirse, con una sonrisa boba en su cara.
—Entonces, ¿puedo? —dice Martin.
—No me das otra opción.
—Te doy la opción de decirme que no.
—Bueno, pues me gusta más la otra opción. —susurra Juanjo.
Martin sonríe y se vuelve a inclinar para besar a Juanjo. Se siente muy de película. Juanjo, que con el tiempo ha ido soltándose cada vez más, agarra a Martin por el pelo, atrayéndolo más hacia sí.

—¡Bueno, bueno! —dice Salma.
Y al mismo tiempo un cojín los golpea, interrumpiéndolos. Se apartan y miran al lugar de donde llegó, encontrándose con Alex y Denna riéndose.
—¿Queréis dejarnos en paz, que llevamos todo el puto día fingiendo que no dormimos en la misma cama? —se queja Juanjo.
Alex y Denna se ríen aún más, y Martin también lo hace. Juanjo le resulta muy gracioso cuando se mosquea.
—Os lo digo en serio, no sabéis lo insoportable que es.
—Que sí, Juanjo. Que no puedes soportar no besarme a todas horas. —dice Martin, picándolo.
—Te vas a ir a tomar por culo, Martin Urrutia. —contesta, levantándose del sillón.
Martin lo persigue entre risas y lo atrapa, apretándolo en un abrazo.
—¡Quita, Martin!
Martin gira a Juanjo y pone sus manos en las mejillas de este.
—Pues a mí no poder besarte a todas horas me mata. —dice en voz baja, con los ojos fijos en los labios de Juanjo. Y lo besa. Juanjo, dejándose llevar, rodea la cintura de Martin con sus brazos.

Finalmente se van a prepararse para irse a la cama. Martin se quita la camisa y el vaquero y se pone un pantalón de pijama a cuadros. Juanjo se queda en calzoncillos y con la camiseta que pone su nombre. Se lavan los dientes. Juanjo se pone vaselina en los labios. Martin le observa y le roba vaselina.
—Mira, voy a dormir en calzoncillos porque tengo mucho calor, ¿vale? —dice Juanjo quitándose la camiseta. Y se la lanza a Martin, que la huele y se la pone, sonriendo como si estuviera drogado.
—Ay, por Dios. Qué ñoño eres. —ríe Juanjo.

Finalmente ambos entran en la habitación. Juanjo entra primero, y directamente va hacia la cama de Martin, que hace días que comparten. Chiara está dormida en la cama de al lado. Juanjo deshace la cama y se mete debajo de la sábana, acostado boca arriba. Martin llega y se acomoda a su lado, apoyando la cabeza en su pecho y el brazo en su vientre. Le encanta sentir cómo Juanjo respira. Este lo rodea con el brazo y le acaricia la espalda. Juanjo respira profundamente, relajado y feliz. Deja un beso en la frente de Martin. Este sonríe en la oscuridad. Martin se duerme rápido. Juanjo escucha su respiración lenta y se siente muy afortunado. Finalmente, consigue dormirse él también.

A la mañana siguiente, ambos están girados hacia la pared y Martin está rodeando a Juanjo con el brazo. Juanjo abre los ojos cuando oye gente hablando fuera y mira alrededor. Solo quedan Bea y ellos en las camas, el resto se ha levantado ya. Juanjo se pone de cara a Martin, analizando sus facciones: las pobladas cejas relajadas, sus preciosas pestañas, los labios entreabiertos. Sonríe pensando en lo mucho que quiere a Martin, y con un dedo le delinea el bigote. Nunca se imaginó que le gustaría un chico con bigote. Ve de reojo a Bea salir de la habitación, quedándose solos. Martin abre un ojo de repente, y sonríe al ver a Juanjo tan cerca.
—Hola. —susurra.
Juanjo se acerca y lo besa.
—Quita, que no me he lavado los dientes. —dice Martin, poniéndose boca arriba.
—Me la suda. Luego no voy a poder besarte. —contesta Juanjo.

Y se acuesta sobre Martin, que suelta un "ay" entre risas cuando le cae el peso de Juanjo encima. Este le sonríe y lo besa con cariño. Juanjo nota de pronto un bulto debajo de él.
—¡Martin! —dice entre risas.
—¿Qué quieres que haga? ¡Para empezar no he meado y encima te pones a calentarme!
Juanjo se parte de risa, y Martin se siente tan feliz. Adora oír esa risa. Se acomoda contra el hombro de Juanjo, y de pronto entra alguien en la habitación.

—Martin, Juanjo, vamos. Tenemos Fitness en 6 minutos. —dice Salma.
—No vamos a ir. —dice Juanjo, abrazando a Martin con mucha fuerza.
—Y una mierda. Levantaos.
—Estamos a gustito, déjanos en paz. —se queja Martin, entre risas.
—Venga ya, ser gays no es motivo para no hacer ejercicio. —dice Salma.
—Estás cometiendo un crimen de odio. —dice Juanjo con ironía.
Y al fin se levantan. Juanjo, que sigue en calzoncillos, se enrolla la manta en la cadera, y sale a vestirse. Martin va a hacer pis primero, y luego sale a vestirse. Juanjo se da cuenta un poco tarde de que Martin lleva su camiseta. "No creo que nadie se fije en eso", se dice a sí mismo. Pero se queda algo rayado.

Se está empezando a esconder menos, pero sigue preocupado por el tema. Por su familia, que no sabe nada, y también por el exterior. ¿Qué pensaría la gente?

Detrás de cámaras - Juanjo y MartinWhere stories live. Discover now