13. Oficializar la relación

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Martin se ha quedado jodido, aunque sabe que Juanjo no ha tenido mala intención. Es que no puede evitar picarse. Es obvio que están juntos, y ni Juanjo ni él lo ocultan. Juanjo es el primero que se pasa el día encima de Martin, incluso delante de cámaras. Pero desde que Martin dice algo que hace alusión a su relación, Juanjo se hace el loco. Y sí, entiende que no quiera decirlo, pero joder. Juanjo literalmente lo ha besado con cámaras delante (esconderse detrás de un cojín no lo hace menos obvio).

Están subiendo al bus para ir a plató, listos para el ensayo del domingo. Martin entra el último, con Chiara. Juanjo está sentado en tercera fila, con un asiento libre a su lado, esperándolo. Martin se sienta dedicándole una mirada molesta.
—¿Qué pasa? —pregunta Juanjo cogiéndole la mano.
Martin no contesta.
—Dime. ¿Estás enfadado?
—Sí. —dice el vasco.
—¿Conmigo?
Martin de nuevo se queda callado.
—Amor... —dice Juanjo en voz baja.
—Es que no me haces caso.
—¿Qué dices?
—Que tampoco te pido mucho, con que me sonrías para que sepa que me escuchas me vale. Pero no, me ignoras.

—Oye, no es verdad. Te oí y te respondí.
—No.
—Sí, tú dijiste "el martes hacemos..." y yo dije "un mes y un día". —aclara Juanjo.
—No, dijiste "dos meses y un día en OT".
—Chico, eso lo dije después, para disimular un poco. Es que mira que soltar cuándo nos hicimos novios en mitad de la comida.
—Pues yo no lo entendí así...
—Pregúntale a Bea si no me crees. Yo te juro que fue así.
—Pues yo me he sentido ignorado. —se queja Martin.
—Pues lo siento, no era mi intención, amor.
—Ya. —suspira Martin. —Lo siento.
—Calla, que no hay nada que sentir, tonto. —ríe Juanjo.
—No, ahora siento que me he enfadado sin motivo.
—Un poco sí. —Juanjo acaricia la mejilla de Martin y le sonríe con amor.

—Lo siento, Do. Estoy nervioso y cansado. —dice Martin.
—No pasa nada, bebé. Que hacemos un mes, eh. Me acuerdo del día que lo hicimos oficial. —dice Juanjo en voz baja.
—Yo también me acuerdo. Me entran ganas de llorar. Fui muy feliz ese día. —dice Martin.
—Yo también. Y cada día contigo soy más feliz.
Martin lo mira con los ojillos brillantes.
—Pero no me llores, Do. Qué tonto eres. —dice Juanjo, sonriendo. Abraza la carita de Martin y le da un beso en el pelo.

—Te quiero mucho. Nunca había sentido algo así, Juanjo. Y me acuerdo de todo tan... tan bien. La primera clase de interpretación para "God only knows", se lo estaba diciendo hoy a Abril. Fue tan increíble. Sentí chispas.
—Ya. —dice Juanjo, sonriendo de oreja a oreja. "Qué enamorado me tiene este chico", piensa. Le planta un beso en los labios al vasco. —Nuestra historia de amor da para una serie de Los Javis, Do. —susurra con voz de bebé.
Martin sonríe. Acaban de llegar y tienen que salir del bus.
—Vamos. —dice Juanjo.
Engancha su brazo con el de Martin y salen del bus.

Y agarrado al brazo de Martin, nervioso por el ensayo, Juanjo no puede parar de recordar ese día, el día en que empezaron a salir. Era su penúltima noche en la academia antes de irse a casa por Navidad, y era muy tarde. Habían hecho las maletas y todos se habían ido a dormir menos ellos. Estaban solos en el salón y las luces ya se habían apagado, y en esa época, Juanjo se abría mucho más cuando sabía que no había cámaras. Se emociona al pensar en lo mucho que han cambiado. Por esos tiempos no se habría imaginado hacer todo lo que hace ahora con Martin, sin preocuparse por las cámaras. Por esa época estaba empezando a liberarse, pero no aguantaba el contacto físico por más de unos segundos y solía terminar apartando a Martin, por miedo. Hablaban mucho sobre eso, Martin sabía que Juanjo tenía miedo pero igualmente le dolía que lo apartara. Y Juanjo lo entendía pero no sabía hacerlo mejor. Desde la semana de "God only knows", Juanjo se fue soltando cada vez más, y cuando se acercó esa salida por Navidad, era casi otra persona. Pero desde ahí ha cambiado tanto que el chico que empezó a salir con Martin hace un mes no se reconocería a sí mismo. Y estaría tan orgulloso.

Esa noche del 23 de diciembre, Martin y Juanjo se habían echado en el sofá al terminar de hacer las maletas. Las luces se habían apagado. Juanjo estaba acostado boca arriba con la cabeza sobre el muslo de Martin, y este tenía las piernas apoyadas en la mesa. Martin acariciaba el pelo de Juanjo distraídamente.
—Oye, Juanjo... —dijo de repente.
—¿Hmm?
—Tú y yo... ¿lo podemos hablar?
—¿De qué quieres hablar?
—De nosotros. ¿Qué somos, Juanjo? —soltó Martin.
El aragonés se incorporó y se puso de frente a Martin, pero bajó la mirada nervioso.
—Eh, no sé... pero sí, deberíamos hablarlo.
—¿Tú qué quieres? —preguntó Martin.
—¿Yo? —respondió Juanjo, confuso.
—Yo sé lo que quiero pero no sé si queremos lo mismo. —dijo Martin.
—Hombre, creo que me puedo imaginar lo que vas a decir. —dijo Juanjo.
—Yo quiero estar contigo. —soltó Martin.
—En plan...
—En plan novios.
Martin sintió que le ardían las mejillas, menos mal que había poca luz. Pilló al otro intentando disimular una sonrisa.
—Yo también quiero estar contigo. —dijo Juanjo tímidamente, casi sin mirar a Martin a los ojos.

Martin se lanzó a abrazar a Juanjo con fuerza, más alegre de lo que se había sentido en mucho tiempo. Sintió que se le salía el corazón del pecho. Rieron felices, inspirando el olor del otro y acariciándose con cariño. Martin se separó y agarró la cara de Juanjo con sus manos. Lo miró a los ojos y luego a los labios, sonriendo. Lo besó y se sintió nuevo, ya se habían besado mil veces pero acaban de oficializar su relación, así que este beso se sentía mejor que cualquier otro. Era un beso intenso por la emoción, pero controlado. En aquel momento a Juanjo le pasó por la cabeza un pensamiento que le hizo reír: "le daría un mordisquito a Martin". Actualmente lo haría sin pensárselo.

Se separaron sonriendo y se quedaron mirándose a los ojos.
—Eres mi novio. —dijo Juanjo con voz de bebé.
—¿Mi "dovio"? —río Martin.
—Pues sí. Mi dovio. —contestó Juanjo.
—Mi Do. —dijo Martin, sin saber que estaban inventando algo que entraría en su vocabulario. —Ay, si el yo de hace unos meses supiera...
—¿Pero es en serio eso de que te gusté desde el principio? —quiso saber Juanjo.
—Y tanto. Tenías algo especial, no sé. La primera vez que te vi cantar... tenías las gafas del sol colgadas de la camiseta, y los cachetes rojitos. Tu voz me enamoró. Y me pareció que tenías una sonrisa preciosa. No eras nada mi tipo, pero me atraías.

—¿Y cuál es tu tipo? —preguntó Juanjo.
—Uf... no sé. Más alternativo, supongo. Más...
—Bohemio. Como tú.
—Algo así. Y normalmente me fijo en gente con pinta así, alternativa. Pero contigo fue distinto. Seguro que tú ni te acuerdas de mí en esa época.
—Mentira. Me acuerdo perfectamente. Pensé que eras muy mono. Solo que nunca creí que te fuera a interesar yo, precisamente por el rollo bohemio que me llevas. Pero mi cabeza dijo "ah, sí, el del bigote es el que canta súper dulce".
—Ay. —dijo Martin sonriendo con timidez.
Y se besaron una última vez antes de irse a la habitación, donde durmieron juntos abrazados en su primera noche como novios oficiales.

Detrás de cámaras - Juanjo y MartinOn viuen les histories. Descobreix ara