12. Salvar a Martin

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La gala 7 ha sido una montaña rusa. Juanjo está en crisis. Entre otras cosas, ha hecho una actuación buena, ha sufrido por los desafines de Martin, ha salido favorito, Buika le ha dicho que le come "todas sus cosas negras", y han nominado a Martin. Quiere pensar que Martin se va a salvar. La parte analítica de su cabeza está intentando predecir el recuento de votos de sus compañeros, para asegurarse de que gana Martin. Será estudiante de ingeniería, pero ese cálculo sencillo resulta imposible para su mente en ese momento, pues se encuentra al borde del colapso. Con mucho esfuerzo se da cuenta de que todo depende de lo que hagan Naiara, Lucas y Paul. Chiara, Ruslana y él votarán a Martin. Alvaro votará a Bea. Puede que Naiara también, por haber cantado juntas en la gala. Pero si Lucas y Paul también votan a Bea, todo se joderá. Al menos uno de ellos tiene que votar a Cris. Solo así, su propio voto de favorito valdrá el doble y marcará el desempate entre Bea y Martin.

Escribe "Martin" en su pizarra y la mano le tiembla. Escucha como en la lejanía a Chenoa decir su nombre, y como en un trance muestra la pizarra y dice el nombre de su novio. Se siente un espectador, aguantando la respiración mientras ve a sus compañeros ir enseñando las pizarras. Se cumplen sus predicciones. Cuando Paul dice "Bea" se le para el mundo. Lucas es el último, y el aragonés cierra los ojos asustado. Pero Lucas dice, con voz muy clara: "Cris". Juanjo deja ir el aire que había atrapado en sus pulmones. Cómo quiere al uruguayo. Martin está salvado. Cuando oye a Chenoa decir que su voto cuenta doble por ser el favorito, muestra de nuevo su pizarra a la cámara, como para confirmarle a todos los que lo están viendo que pone "Martin". Aún se siente en una especie de trance. Martin cruza la pasarela hacia ellos, y paralizado, Juanjo ve cómo viene directamente hacia él. Vuelve totalmente en sí cuando siente a Martin en sus brazos. Está salvado. Está bien.

................

Ya están listos para dormir. Juanjo lleva un pantalón corto de pijama de Martin y la camiseta con su nombre. Martin lleva pantalón largo de pijama y una sudadera. Juanjo espera impaciente a que Martin se quite las lentillas y cuando por fin termina, le tira del brazo y se lo lleva al salón. Juanjo se acuesta boca arriba y Martin apoya la cabeza en su pecho y acomoda la pierna entre las del otro. Juanjo frota su mejilla con el pelo de Martin, inspirando su olor con tranquilidad. Apoya su mano en la espalda de Martin y la acaricia.

—Qué miedo he tenido. —dice Martin.
—Yo también. Lo he pasado fatal.
—Me he visto fuera. —murmura el vasco.
—Yo sentí pánico en las votaciones. Cuando Paul...
—Sí. Ahí me es cuando me he cagado yo.
—Gracias a Dios que Lucas votó a Cris, sino... —dice Juanjo.
—Sí. —responde Martin, cortándosele la voz.

Suspira de manera temblorosa y Juanjo sabe que su novio se va a echar a llorar. Martin se incorpora un segundo con una mueca triste en su cara, y se vuelve a tirar encima de Juanjo, hundiendo la cara en su cuello. Comienza a llorar y su respiración se agita. Las lágrimas humedecen la clavícula de Juanjo, que inmediatamente rodea a Martin con sus brazos, acariciándole el pelo. Juanjo le susurra a Martin con cariño, intentando no echarse a llorar él también.
—No pasa nada, amor. Ha sido una mala semana y la gala no ha salido tan bien como podría haber salido. Pero no significa nada. Has hecho un concurso buenísimo, una actuación no significa nada, ¿vale? Vas a llegar a la final, Martin, no tengas miedo porque lo vas a conseguir, ¿me oyes? Vamos a ser finalistas juntos.

—Es que... siento que... estoy retrocediendo... —dice Martin, hipando y sollozando.
—No, Martin. Has fallado en una gala. Solo es eso. Y vas a remontar, ¿me oyes? Ha sido una actuación.
—No sé... —murmura Martin.
—Yo sí que sé. Sé quién es Martin Urrutia, sé la voz preciosa que tiene, lo bien que baila, la presencia que tiene. Sé que ha hecho actuaciones increíbles, "Little green bag", "Inmortal", "God only knows", el putísimo "Alors on danse". Sé que la gente lo adora, porque ha salido entre los favoritos en casi todas las galas. Y lo adoran porque se lo ha ganado. Has demostrado que eres increíble, y un fallo te quita eso, Martin.

Martin inspira hondo y su respiración se calma. Levanta la cara del cuello del aragonés.
—Gracias, Juanjo. —murmura Martin, mirándolo a los ojos.
—Te quiero mucho, Do. Mucho, mucho, mucho. —y Juanjo no puede evitarlo y se le saltan las lágrimas al decir esto.
Martin se lo queda mirando con preocupación. A Juanjo se le ha roto el corazón al ver la carita de Martin, colorada y ojerosa.
—No llores tú también, Do. —dice Martin, con cariño.
—Es que... ha sido muy agobiante. He pensado en estar aquí sin ti y... me muero. Menos mal que no va a pasar, porque sino me muero. —suelta.
—Intentaré no irme. —sonríe Martin.
—No te irás. Lo sé. Lo conseguiremos.

Martin se acomoda con la cara justo por encima de la de Juanjo, para poder besarle cómodamente. Cuando rompe la distancia entre ambos, dejándose caer, la mano de Juanjo se desliza por el cuello y el pelo de Martin. Se dan muchos besos rápidos, cariñosos, bonitos. Separándose para observarse el uno al otro bien de cerca, incapaces de esconder las sonrisas que llenan sus rostros.
—Ay, Do. —dice Juanjo.
Martin se vuelve a acomodar, usando el pecho de Juanjo como almohada.
—Te quiero muchísimo, Juanjo.
—Y yo a ti, bebé. —responde el aragonés.
Martin sonríe y le empieza a dar sueño. Escucha a lo lejos a Juanjo decir:
—Esta semana a empezar de cero. Borrón y cuenta nueva. Y seguro que te dan un temazo.
—Mmm. —responde Martin, medio inconsciente.

Pasa un rato y a Juanjo le dan ganas de dormir.
—Que sueño, Do. Vamos a la cam, anda. —murmura.
Al no obtener respuesta, alza la cabeza para mirar la carita de Martin. Está sopa. Le besa en la frente y analiza sus facciones con ternura. Las pestañas largas, las cejitas pobladas, los labios rosados entreabiertos, el bigote perfectamente recortado, el pelo castaño despeinado. Le dan ganas de llenar a Martin de besos, pero no quiere despertarlo. Con cuidado levanta su móvil. Las 23:48. Deberían irse a la cama. No sabe si debería despertar a Martin. Ahí hará frío por la noche y no tienen manta, piensa.

Así que susurra mientras acaricia la cabeza del vasco:
—Martin, amor, vamos a la cama.
Y el vasco, entre gruñidos, se levanta de encima de Juanjo. El otro también se pone en pie. Martin, medio dormido, se apoya en Juanjo, que le rodea la cintura con el brazo. Y se dirigen a la habitación.
—Mmm. —murmura Martin cuando llegan.
—¿Qué?
—Me hago pis. —susurra, dormido.
Juanjo no se aguanta la risa, y empuja a Martin a un cubículo, esperándole fuera. Martin adormilado es muy gracioso, se le pone cara de bebé, con los ojos medio cerrados, y su pelo se convierte en un nido despeinado. El vasco sale del baño y se mete en la habitación, Juanjo camina detrás. Con cuidado de no hacer ruido se meten en la cama.

Martin se acurruca contra Juanjo, buscando su calor. Acuesta su cabeza junto al hombro del aragonés, y apoya la mano en su vientre. Juanjo le agarra la mano con cariño, y se duermen tranquilamente.

Detrás de cámaras - Juanjo y MartinWhere stories live. Discover now