7. Fin de año

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Martin y Juanjo llevan toda la noche deseando tocarse y cada vez les da más igual ocultarlo. Abrazos, caricias, besos en la mejilla o en la frente, miradas constantes, y todas las muestras de cariño que se les ocurren (fingiendo que estas cosas son normales entre amigos). Pero no hay que ser muy listo para darse cuenta de la realidad, y ellos lo saben. Todo el mundo sabe que hay algo entre ellos, y a la vuelta de las Navidades, lejos de agobiarse por esto, puede decirse que ya no les preocupa que se sepa. Se quieren tanto que, habiendo recibido el apoyo de sus familias, lo que piense el mundo ha dejado de ser importante.

Cuando ha sonado "Padam padam" en la fiesta de año nuevo improvisada, Martin ha ido acercándose a Juanjo a lo largo de la canción, hasta que han acabado bailándola pegados, riendo y tocándose con sensualidad. Al final de la canción terminan enfrentados, la mano de Juanjo en el cuello de Martin. Juanjo sonríe pícaro: sus caras están separadas por milímetros. A Martin se le acelera el corazón y de pronto, sin aviso, rompe la distancia entre ellos dejando un suave beso en los labios de Juanjo. Este recibe el beso y se aparta rápidamente, sonrojado, luchando contra la sonrisa que amenaza con aparecer en su cara. Martin sonríe, eufórico, y continúa bailando. Al cabo de un par de canciones más, un Juanjo muy cachondo agarra la mano de Martin y le hace un gesto para que lo acompañe a las duchas.

Una vez ahí, la puerta se cierra de un portazo y Juanjo se lanza sobre Martin con un beso lento. La mano derecha de Juanjo agarra el pelo de Martin con fuerza. Su otra mano se apoya en la pared, y mientras tanto Martin rodea la cintura de su novio con sus brazos. Es el beso más sensual que se han dado nunca, dirigido totalmente por Juanjo, que aprisiona a Martin contra la pared. Las copas y la euforia del año nuevo han hecho su efecto. Sus pechos, desnudos por las camisas que llevan abiertas, se rozan, y presionan sus pelvis el uno con el otro. Juanjo disfruta de Martin, mordisqueando su labio inferior y besándolo sin dejarse ni un centímetro de su boca. El bigote de Martin le hace cosquillitas y sonríe. Martin tiene la boca abierta y los ojos entrecerrados, y Juanjo aprovecha para lentamente meter su lengua y juntarla con la del vasco. Juanjo le quita la camisa a Martin sin romper el beso, y desliza sus manos por la espalda caliente de su novio.

Después de un rato, con los labios hinchados y rojos separan sus bocas. Juntan sus frentes y se quedan quietos, envueltos en los brazos del otro, respirando entrecortadamente. A Martin le cae una gota de sudor por el lateral de la cara, y Juanjo se ríe.
—¿Tienes calor?
—Sí. Por tu culpa. —contesta Martin, suspirando.
Este se deja caer en el banco, derrotado. Le tiemblan las piernas y le suda todo el cuerpo. Y además no puede dejar de mirar a Juanjo.
—Te queda... tan bien. —dice señalándolo.
Juanjo ya lo sabe. Martin le ha hecho darse cuenta de lo guapo que está con ropa más ancha y no cree que pueda volver atrás ahora que lo ha descubierto. Y sabe lo que está haciéndole a Martin con esa camisa oversized abierta.

—Me has besado. —dice Juanjo, señalándolo de manera acusatoria.
—No me pude resistir. —susurra Martin.
—Me has besado delante de cámaras, cabrón.
—Vete a la mierda, Juanjo. Me estabas provocando.
Juanjo se parte de risa y se acerca a Martin, que lo mira de arriba a abajo mordiéndose el labio. Aún tiene la respiración acelerada.
—Me estabas claramente provocando. —repite Martin, mientras Juanjo le acaricia la cara mirándolo desde arriba.
—Eres muy fácil de provocar.
—No es verdad. Pero es que tú me pones mucho. Y hoy aún más.

Juanjo se sienta a horcadas sobre Martin y lo abraza.
—Nos hemos besado delante de cámaras. —susurra Juanjo.
—Confirmación de "Juantin". —ríe Martin.
—Te quiero, amor.
—Yo también te quiero. —sonríe el vasco. —Estoy muy feliz de haber empezado el 2024 contigo, Juanjo.
—¡Sí! Qué fuerte, eh. 2024. Feliz año, bebé. —dice Juanjo.
Martin sonríe y a Juanjo le parece adorable. Deja un besito rápido en los labios del otro antes de decir:
—Deberíamos volver con el resto.
—Sí. Vale.
Y se dirigen de nuevo a la sala de ensayos, agarrados de la mano.

Cuando termina la fiesta que han montado, y al fin se apagan las luces, Martin y Juanjo se van juntos a la cama. Juanjo se acuesta primero, en calzoncillos. Martin adora que Juanjo duerma así. Le gusta poder acariciar su piel. Se acuesta apoyado en su costado, al igual que Juanjo, y se quedan mirándose a los ojos. Juanjo le dedica a Martin una sonrisa cariñosa y alza la mano para acariciar la mandíbula de Martin. Este cierra los ojos sonriendo ante el contacto.

Juanjo se acerca un poco más a Martin en la oscuridad, sus narices tocándose, y sigue acariciándole la mejilla.
—2024, eh. —dice Juanjo.
—¿Cuáles son tus propósitos de año nuevo? —le pregunta Martin, mirándolo fijamente.
—Uf... Pues... Hacer mucha música. Ser más... cuidadoso con otras personas. Ser menos boca chancla, también... Y disfrutar más de la gente que me quiere.
—Me gustan tus propósitos.
—Y seguir juntos, tú y yo. Ese es mi propósito número uno, ahora mismo.
—Eso espero...
—No te me pongas bohemio.
—No, pero no puedo saber qué va a pasar en el futuro. Yo solo quiero seguir contigo. Pero me da miedo ilusionarme... Todo puede cambiar.
—Pues que no cambie, coño.

Martin sonríe y se pega más a Juanjo, escondiendo la cara en su cuello y dejando que lo abrace.
—Vale. —murmura Martin.
—¿Y tú qué? ¿Tus propósitos cuáles son? —pregunta Juanjo, acariciando el pelo de Martin.
—Pasar más tiempo con mi familia y mis amigos. Actuar en algún proyecto guay...
—¿En una serie de Los Javis?
—Aspiremos alto, claro. —ríe Martin.
—¿Y qué más?
—Llevarme muchos amigos de aquí, y que haya gira. Volver a cantar contigo muchas veces...
—Eso más que propósitos son deseos, eh.
—Me da igual. Y mi último propósito barra deseo es... bueno es el mismo que el tuyo. Que esto siga. Meterme en la cama contigo... ya es casi una necesidad.
Juanjo le besa la frente.

Se quedan un buen rato en silencio, porque la habitación se ha llenado de gente. Entonces, Juanjo susurra:
—Y mañana gala.
A lo que Martin contesta, muy bajito:
—Tengo miedo, eh.
—No hombre, si el tuyo es un numerazo.
—¿Y el tuyo qué?
—El mío no sé. Es que Paul se pone muy enérgico. Ya verás que me dicen que no he estado al nivel o algo así.
—Juanjo, mi amor. Déjate de tonterías. Tienes la mejor voz de la academia, todo lo cantas perfecto. No te van a nominar.
—No todo es voz, Martin.
—Ya, pero la voz pesa más que el baile.

Se quedan un momento en silencio de nuevo.
—¿De verdad piensas que lo canto todo bien? —susurra Juanjo.
—Pues claro. Objetivamente eres la mejor voz. Y subjetivamente eres la voz más bonita y la que más transmite.
—Te quiero, bebé. —sonríe Juanjo.
—Yo te odio. Eres demasiado perfecto. —murmura Martin.
—No me odiaaaaas.
—Sí.
—Que no. Me quieres. —dice Juanjo, aún acariciando el pelo del otro.
—No. No te soporto.

Juanjo le pega un empujón y se da la vuelta para darle la espalda. Martin, entre risas se lanza sobre Juanjo. Y por un momento forcejean entre risas sofocadas.
—Oye... Ya, ¿no? —dice de pronto Bea.
Sobresaltados, se vuelven a acomodar silenciosamente, Juanjo se acuesta de espaldas a Martin, sobre su costado, y agarra el brazo de este para que lo abrace. Martin le besa la nuca.
—Te quiero muchísimo. —le susurra.
—Y yo, Martin.

Detrás de cámaras - Juanjo y MartinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora