33. En casa de Abril

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Cuando llegan a casa de Abril, lo primero que hace es mostrarles la habitación que les ha preparado. Les ha puesto un colchón doble inflable en la que normalmente es su sala de trabajo. La cama está preparada con muchísimo amor, como todo lo que hace Abril Zamora: les ha puesto unas suaves sábanas blancas y las almohadas más blanditas que encontró, además de un par de cojines rosados, para que estén cómodos.
—Ay, Abril. Eres un amor. —dice Juanjo mientras Martin la abraza.

Los chicos se quedan solos y abren sus maletas para ponerse el pijama, mientras hablan de su día. Juanjo le cuenta a Martin del almuerzo con sus amigos celebrando el cumple de Chiara. Martin, muy feliz, le cuenta lo cómodo que ha estado en las entrevistas que ha hecho hoy.
—Y el "Kapra Diner", qué pasada todas las majas ahí. —dice Juanjo.
—Te pusiste nervioso, Do. —dice Martin, picándole.
—Un poco... Bueno calla, ¿y tú creyéndote que los chupitos eran agua, qué?
—Yo que sé. Solo sé que estaban asquerosos.
—Ah, y tendrás que enseñarme al tío ese que dijiste... —suelta Juanjo.
—¿Quién?
—Tu supuesto crush...
—¡Ahh! Dios, que picón eres. —dice Martin, partido de risa. Busca "Ross Lynch" en su móvil y le enseña una foto a Juanjo.
—Bah. No es tan guapo. —contesta, haciéndose el indiferente.
—Ay, mi Do. —dice Martin sonriendo.

—Oye, ¿y lo de las alianzas? —dice Juanjo, mirándolo en una mezcla de alucine y rallada mental.
—Ostia, sí. He flipado.
A los chicos les propusieron en Kapra vacilar al público, diciendo que en la gala final se pusieron unas alianzas de compromiso. Nada más oír la propuesta, los chicos se miraron entre ellos, tratando de disimular su asombro. De hecho, en la gala final se intercambiaron unos anillos...

—Toma. Para estar contigo en el final de esto. Y porque voy a estar contigo toda la vida. —le dijo Martin a Juanjo, dándole su anillo.
Juanjo, mordiéndose el labio emocionado, se puso el anillo y se quitó uno dorado de los suyos para ponérselo a Martin en el anular. Incapaz de hablar por la emoción, le besó los nudillos al vasco y lo abrazó con fuerza.

—Amiguitos, ya está la cena. ¿Queréis comer ya? —dice la voz de Abril desde el salón.
Los chicos salen de la habitación y entre los tres colocan la cena en la mesa de delante del sofá, para comer viendo la televisión. Abril ha preparado salmorejo casero y una lasaña. Se sientan en el sofá, Martin en el centro, y Juanjo ataca la comida sin pensárselo.
—Lo siento, tengo hambre. Jodeeer, qué bueno está el salmorejo, Abril.
—¿Os gusta? Es una receta casera. Bueno, ¿qué queréis ver?

—Ya lo sabes... —dice Martin misterioso.
—¿Juanjo lo sabe? —pregunta Abril, riendo.
—¿Qué tengo que saber? —quiere saber Juanjo.
—Vamos a ver "Trolls". —le dice Martin, sonriendo.
—¿"Trolls"? ¿La de los muñecos de colores? ¿Estás de coña?
—Es súper divertida. —le asegura Martin.
—Sí, eh, yo me río muchísimo. —añade Abril.

Juanjo, algo confundido, acepta ver la película. Abril la pone y comen con la mirada fija en la tele. Martin y Abril se mean de la risa y comentan todo el rato. Juanjo los mira frunciendo el ceño, flipando.

—¿Esto de que nunca me dejes comentar pelis pero con "Trolls" no te callas? —suelta Juanjo.
—Con "Trolls" es diferente. —dice Martin, riendo y plantándole un beso vacilón en la mejilla al otro.
Más tarde hay un chiste en la peli y Martin mira de reojo a Juanjo, y lo pilla aguantándose la risa.
—¡Te ha hecho gracia! Picón, eres un picón orgulloso. Ríete, tonto. —dice Martin, atacándolo con cosquillas y besitos.
—Ay, Martin, por favor. —se queja Juanjo, riendo.
Abril los mira enternecida y llena de orgullo.

Esa noche duermen genial, el colchón hinchable tiene la cantidad de aire perfecta para ser realmente cómodo. Es enorme, pero ellos duermen ocupándolo solo en una tercera parte: les gusta dormir acurrucados y bien cerquita el uno del otro. Martin le acaricia el pelo a Juanjo hasta que los dos se duermen.

Al día siguiente, por la tarde, se preparan para los Premios Ídolo en casa de Abril. Se ponen sus trajes.
—Por Dios... —murmura Juanjo, analizando a Martin de arriba a abajo.
—¿Qué? —pregunta Martin.
—Echaba de menos verte de gala... —le dice Juanjo.
—Y yo... Es que qué bien te queda todo, joder, ¿cómo vas a ser tan guapo?
—Anda que a ti... Mi chico. Que hoy sale tu single. —dice Juanjo, orgulloso.
—Qué ganas. —contesta Martin sonriendo.

En la alfombra roja se encuentran con sus amigos y algunos de los profesores. Los entrevistan y les sacan fotos y el ambiente es cálido, se sienten cómodos. Durante la gala, en la que los sientan justo detrás de Dulceida, ríen, cantan, animan a Kiki y Álvaro en sus actuaciones, aplauden e incluso salen al escenario con el resto del equipo de OT a recoger el premio a Mejor Proyecto Audiovisual. Los chicos se sienten muy libres, sin preocuparse por nada se agarran de la mano constantemente, un rato Martin apoya su cabeza en el hombro de Juanjo, se acarician y se susurran cosas al oído. Últimamente no son capaces de quitarse las manos de encima, y en ese teatro se sienten seguros y queridos, sin miedo a ser ellos mismos.

Termina la gala y empieza la fiesta. Martin y Juanjo se juntan con sus amigos de OT, y se les acercan algunos famosos para charlar con ellos y sacarse fotos, como Miriam Rodríguez, Laura Escanes, Samantha... la propia Dulceida, que se ha declarado la mayor fan de Juanjo y Martin, los hace sentirse los protagonistas de la noche. Hablan hasta con Illojuan. Al cabo de un rato, Martin está tremendamente suelto. Normalmente se tomaría una sola cerveza, pero hoy lleva ya tres y no muestra intención de parar. Los triunfitos están flipando, e intercambian miradas de sorpresa con Juanjo al ver al vasco. Juanjo responde encogiéndose de hombros y riendo.

—Baila conmigo, agapornit... —murmura Martin. Lleva la chaqueta abierta con el pecho descubierto, y el pelo pegado a la frente del sudor. Se choca contra Juanjo, desequilibrado.
—Coño, que me tiras la cerveza. —dice Juanjo, y se estira para dejarla en una mesa cercana y poder atender a Martin.
—Venga... hazme caso... —murmura el más joven, recorriendo el torso y los brazos de Juanjo con sus manos, mirándolo a los labios con deseo.
—Va, vamos a bailar. —dice, siguiéndole el rollo a Martin, que sonríe y se deja arrastrar a la pista de baile.

Juanjo se asegura de sostenerlo bien en todo momento mientras disfrutan bailando juntos. Martin, sintiendo la música, levanta los brazos y se mueve contra el cuerpo de Juanjo, girándose para ponerse de espaldas a él. El aragonés pone sus manos en el vientre de su novio, agarrándolo bien para que no se desequilibre. El estado de Martin le hace gracia y le pone a la vez.

Pierden un poco la noción del tiempo, ambos bailando sudorosos. Entonces Juanjo mira la hora y da un brinco.
—¡Amor, tú single sale en 2 minutos! —le dice a Martin.
—Ayyyyyyyy —grita Martin y le planta un besazo a Juanjo, que lo recibe muerto de risa.
—Dios, Martin, mira que elegir justo hoy para emborracharte...

Esa noche, Juanjo se ve cuidando de Martin, algo que nunca imaginó. El aragonés últimamente se está sorprendiendo a sí mismo con una sensación de rechazo al alcohol.

Abril ya se ha ido a dormir y Juanjo se encarga de darle un ibuprofeno a su novio, que está tirado en el colchón quejándose de dolor de cabeza.
—Ay, voy a subir algo a Insta de que ha salido "rompeolas"... —murmura Martin, trabándose.
—Martin, por Dios, que vas borrachísimo.
No le hace ni caso, y se pone a grabar un vídeo informando de que su single ha salido y de que espera que lo disfruten tanto como él. Juanjo se parte de risa con la cara de desubicado de su novio.

Detrás de cámaras - Juanjo y MartinWhere stories live. Discover now