14

18.1K 1K 573
                                    

El hotel del Coronado siempre me había resultado un lugar mágico y solemne, y pese a que jamás me había aproximado a sus variados ingresos por su exclusividad, conocía su estructura arcaica gracias a unas simples fotografías de internet

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El hotel del Coronado siempre me había resultado un lugar mágico y solemne, y pese a que jamás me había aproximado a sus variados ingresos por su exclusividad, conocía su estructura arcaica gracias a unas simples fotografías de internet. No obstante, a medida que el coche de Bastian circulaba por los pequeños senderos de piedra pulida y admiraba con mis propios ojos la emblemática estructura, podía asegurar que, realmente, aquellas fotografías no le hacían justicia.

Intentábamos encontrar un sitio vacante entre la multitud de automóviles para lograr aparcar su coche, así como nos hallábamos a tan solo centímetros de la entrada principal donde intuía que sería mi próxima ruina.

En tan solo minutos presenciaría una de sus filmaciones y futuras películas para adultos con mis propios ojos, la misma grabación a la que me había invitado hace días atrás, y no podía negar que se me estremecía el cuerpo de tan solo imaginar que admiraría a Bastian en todo su esplendor realizando secuencias indebidas frente a un cumulo de personas, incluyéndome.

Lo vería tener intimidad con otra actriz frente a un par de cámaras, incluida la mía que estaba más que lista para capturar el detrás de escenas y todo lo que se encontraba a mi disposición para grabar, y una pizca de celos invadió mi pecho.

Sabía que era su trabajo, pero no podía negar los sentimientos que iniciaban a florecer en cada uno de mis poros, porque por algún motivo, todo lo que le haría a esa mujer, pese a que solo sería actuado, muy en lo profundo de mi mente también lo deseaba.

Aun admirando la gran arquitectura, apreciaba como el acolchonado asiento de su automóvil me arropaba y degustaba el sabor a hierro de mis propias secreciones por mascar la piel de mi mejilla interna. Me encontraba nerviosa. Muy nerviosa.

Descarrié mi atención de los automóviles varados, delimitando como sus dedos se enroscaban en el volante y las venas del anverso de su mano sobresalían de su piel como una invocación silenciosa para mi deleite visual.

- Nunca he visitado este hotel.

Explicó, atrayendo mi solicitud en dirección a su perfil.

- Yo tampoco. Por lo que se, aquí solo se hospedan personas adineradas o famosas - ladeé mi rostro, recostando mi mejilla en la almohadilla del asiento.

- O personas que van a grabar una peli porn* - se burló.

Reí, notando como sus labios se curvaban ante el sonido que emitía dentro de los cuatro muros de hierro.

- Felicidades, eso significa que eres famoso para ellos - solté con ocurrencia.

- Al primer empleado que me pida una fotografía, juro que me voy de aquí.

Torne a reír, aferrando mis manos a mi abdomen.

Luego de unos amplios días sin tener conocimiento sobre su estadía, por la mañana un sorpresivo e inesperado mensaje de Bastian se iluminó en mi casilla de correos, alterando mis sentidos y colocando mis nervios a flor de piel. Me comunicó que pasaría por mí en la tarde para ir a su filmación y que cargara lo necesario para grabarlo, aunque mi bolso pesara una tonelada más que la vez anterior en el parque de diversiones.

Detrás De Cámaras ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora