Con confusión (12)

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Querido diario,

La vida siempre encuentra maneras de sorprendernos, y hoy fue uno de esos días que me dejaron sin aliento. Martin y yo decidimos dar un paso fuera del entorno escolar, buscando un refugio temporal en un bar cercano. Sin embargo, lo que encontramos allí fue más de lo que esperábamos.

Cuando entramos, no pudimos evitar notar a Violeta en una mesa, acompañada de un chico. La escena fue impactante, pero lo que realmente me conmovió fue verla sonreír y disfrutar de la compañía de alguien más. Me costaba entender por qué esa visión me afectaba tanto.

Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras observaba la escena. No era por Violeta, sino por la confusión de emociones que surgían en mí. No entendía por qué me importaba verla con alguien más, y mucho menos por qué me hacía llorar.

Martin, siempre perceptivo, notó mi reacción y me llevó a un rincón más tranquilo del bar. Estaba confundida, incapaz de articular las razones detrás de mis lágrimas. No era porque quisiera estar en el lugar de Violeta, sino porque me enfrentaba a una verdad incómoda: mi deseo de encontrar paz y felicidad, y mi necesidad de alejarme de la oscuridad de la intimidación, eran más fuertes de lo que pensaba.

No lloraba por Violeta, lloraba por la libertad que deseaba para mí misma y para Martí, y por la frustración de ver a alguien que había hecho tanto daño parecer despreocupada y feliz.

Martin simplemente me abrazó y compartió un silencio comprensivo. Aunque no entendíamos completamente la situación, este momento nos unió en la búsqueda de un respiro, de una paz que parecía esquiva.

Mañana es otro día, y aunque estas lágrimas me desconcertaron, también me impulsaron a seguir luchando por un cambio positivo en mi vida.

Hasta mañana, querido diario.

Con confusión,

Chiara Oliver

El diario de Chiara Oliver - KiviHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin