El diario de Chiara Oliver - Kivi

Con perplejidad (18)

Querido diario,

La situación en la obra musical ha dejado mi mente llena de contradicciones y emociones encontradas. Por un lado, me sorprende lo bien que Violeta desempeña su papel en el escenario. Cuando nuestras escenas requieren miradas de amor y expresiones dulces, ella lo hace con una facilidad impresionante. Es como si hubiera encontrado en el teatro una vía para desplegar una faceta suya que nunca antes me había mostrado.

Las miradas intensas, las líneas románticas y los gestos de afecto fluyen de Violeta de una manera que podría convencer a cualquiera de que realmente existe un sentimiento de conexión entre nosotros en el escenario. En esos momentos, me encuentro genuinamente sorprendida por su habilidad actoral. Es como si pudiera encarnar un papel sin ningún rastro de la hostilidad que caracteriza nuestras interacciones fuera del escenario.

Sin embargo, la realidad detrás del telón es otra historia. Debajo del escenario, Violeta vuelve a su comportamiento intimidante y desagradable hacia mí. Los insultos, las miradas venenosas y las tácticas para hacerme la vida imposible continúan como si el teatro fuera un mero paréntesis en su actitud habitual.

Esta dualidad me deja desconcertada. ¿Es solo una actuación, o hay algo más profundo en su capacidad para cambiar de máscara tan rápidamente?
Me pregunto si este nuevo giro en nuestra relación es genuino o simplemente parte de un juego más elaborado.

Mañana, cuando volvamos al escenario, intentaré separar la actuación de la realidad y descubrir hasta dónde llega la actuación de Violeta. La obra musical, que inicialmente parecía una oportunidad de cambio, se ha convertido en un desafío emocional que estoy decidida a enfrentar.

Hasta mañana, querido diario.

Con perplejidad,

Chiara Oliver