De la casa para el mundo

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—Quizá les extrañe verme de esta manera, y, sobre todo, verme sin mi esposo, tomada de su mano y sonriendo —dice Louise tratando de esconder el temblor excesivo de sus manos al ver el tamaño de la cámara que la está grabando—. Honestamente, no sé qué resultado vaya a tener este discurso, pero sé que por lo menos se sabrá mi verdad, dicha por mí, y lo que le llegue a pasar a mis hijas, a mi madre y a mí no podrá ser del todo escondido.

Louise interrumpe sus palabras, sabe que lo que está a punto de decir la condenará para siempre, pero, aun así, continúa.

—Mi familia y yo nos hemos convertido en materia prima y en una peligrosa. Mi esposo es ilustrado como un superhéroe para el país, necesitábamos esperanza ante todas las crisis que había, y él fue el símbolo que llenó esos zapatos. Ya saben que un gobierno bueno no dura para siempre y ellos saben perfectamente que a Christopher no lo pueden comprar con joyas, ni con autos, ni con casas; necesitaban algo que les diera la garantía de poderlo frenar: nosotras. En el momento en el que vieron que ya no podían controlarme y que empezaba a hacer preguntas, me convertí en un riesgo. Su plan era deshacerse de mí y tener el control de las niñas. Intenté huir, tenía todo listo, mi padre me estaba ayudando, pero días antes de mi partida, nos dicen que había muerto de un paro cardíaco. No nos dejaron despedir de él. No pudimos siquiera velar su cuerpo.

Su última oración resonó en lo más profundo. Acaba de decir en televisión nacional que mataron a su padre.

—A partir de ese día, vivía con miedo de que en cualquier momento me hicieran desaparecer y Christopher siempre estaba lejos... —Louise comienza a llorar—. Una disculpa, denme un momento —Suspira y comienza a hablar otra vez—: Y el día llegó, me mandarían a la clínica que aparece en los papeles que hice públicos para quitarme a mis hijas. En un par de semanas, me diagnosticaron incapaz de hacerme cargo de dos menores. Afortunadamente, recibí la ayuda legal y financiera de una organización mundial de defensa de la mujer, la cual mantendré en anonimato por cuestiones de seguridad. Y por ello, estoy aquí, dándoles mi versión. Hago pública mi solicitud de divorcio para que nada pueda ser cambiado o sacado de contexto, como las veces anteriores que lo intenté. Invito a que las autoridades de mi país puedan iniciar el procedimiento o los procedimientos correspondientes, de una manera legal, sin importar quién es mi esposo. Cualquier cosa que me llegara a pasar ya no podrá ser escondida. Esto es todo lo que diré por el momento.

Las mujeres del héroeWhere stories live. Discover now