CONOCE A LA PROTAGONISTA.

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Daniela Muñoz es el nombre que me eligieron mis padres hace 18 años. Nací en Sevilla, en un pueblo pequeñito, llamado 'Los palacios y villafranca'.

Si tuviese que hacer memoria para buscar un momento especial con pablo seguramente sería una tarde de verano en la piscina de casa cuando eramos pequeños.

El jugaba con mi hermano Marcos a la pelota y yo me acerqué a ellos.

-¿Puedo jugar con vosotros?-pregunté a media voz.

-Pues claro, contra más mejor, Dani-dijo pablo pero mi hermano lo frenó negando mientras cogía el balón.

-Gavi, ¡es una chica! ¡y además es una enana! No sabe jugar-dijo y yo me crucé de brazos para ponerme a llorar.

Tendría unos cinco años, y ellos dos tenían seis.

-No llores, Dani-dijo pablo y le cogió el balón a mi hermano-es mi balón, y yo digo que ella juega-le dijo a mi hermano.

-Pues entonces juega con ella, pesado-le dijo mi hermano con mala cara.

-¿Sabes jugar?-me preguntó poniendo el balón en el suelo y yo negué.

-Venga, que te enseño-me dijo ofreciéndome su mano y yo sonreí cogiendola.

Estuvimos toda la tarde jugando al balón en el jardín, hasta que nos llamaron para merendar nuestras madres y tuvimos que entrar.

Pablo seguía hablando de fútbol, incluso su madre tuvo que quitarle el balón pidiéndole que se sentara a comer.

Cuchicheabamos cosas de niños, no recuerdo muy bien el qué, pero mi hermano empezó a reírse de mi nosotros haciendo que lo miráramos ambos.

-Mamá!Papá! ¡Son novios!-gritó riendo.

-¡No lo somos!-grité yo enfadada.

-¡Marcos deja de decir mentiras!-le dijo Gavi enfadado.

Belén fue la que se acercó a nosotros aguantando una risa y acarició la cabeza de marcos.

-Marcos venga, no digas esas cosas-le dijo.

-Pero es verdad son novios-dijo asintiendo-Gavi ha preferido jugar con ella que conmigo.

-Porque tu no querías jugar con nosotros-dijo este-Mamá, ¿a que podemos jugar los tres al balón?-le preguntó.

-Pues claro, tenéis que jugar todos juntos-nos dijo.

Marcos miró serio a Gavi y después a mi.

-Vaaaale-dijo y Gavi y yo chocamos las manos contentos.

Desde ese día, habíamos sido uno. Se convirtió en ese mejor amigo que te alegra los días.

Otro de los recuerdos que jamás olvidare fue el día que nos dimos nuestro primer beso, si, habéis leído bien.

Teniamos ocho años y estábamos viendo una película con Marcos y con Aurora en el sofá de su casa y en mitad de un anuncio salió una pareja dándose un beso, a lo que Pablo puso cara de asco.

-Que asco-dijo.

-¿Nunca te has dado un beso, gavi?-preguntó mi hermano haciéndose el interesante y el negué varias veces seguidas-no da asco, mola-dijo él.

-Si claro, como que tu te has besado con muchas niñas-le dije.

-Pues más que tu!-dijo chulo- seguro que tampoco te has besado con nadie-me dijo y yo entrecerré los ojos-sois dos niños pequeños

-Venga, vamos a merendar y así no os peleais-dijo Aurora poniendo un poco de paz.

Marcos la siguió, pero vi que Gavi se había quedado en el sofá de brazos cruzados y con el ceño fruncido.

-¿No vienes, pablo?-le pregunté.

-No me gusta que se ría de nosotros haciéndose el chulo-me dijo y yo asentí dándole la razón, pero entonces su cara se iluminó levantándose contento-¿Y si nos damos un beso tu y yo? Así no se puede reír de nosotros-dijo contento y yo lo miré algo confusa, pero finalmente acepte.

-Vale-dije encogiendome de hombros.

Justo cuando estábamos dándonos el pico, nuestras madres salieron de la cocina pillándonos de lleno, y ambos nos separamos sonrojados mientras ellas empezaban a reírse.

-uy, ¿Qué haciais?-dijo mi madre y rápidamente llamaron a todos para contarles que nos habían pillado.

En su momento fue muy vergonzoso, pero una vez creces cada vez que se recuerda ambos nos reímos, porque solo eramos niños tratando de querer ser mayores.

Cuando teníamos once años, nos llegó el momento más amargo para nosotros, porque a pesar de la felicidad que sentía de que Pablo pudiese cumplir su sueño de irse a la masía, eso significaba separarnos.

Estábamos en su porche un día jugando a las cartas, el se iba al día siguiente a Barcelona y cuando llegó la hora de irme me acompañó a casa, aunque solo vivíamos a un par de calles de diferencia.

Llegamos a la puerta de mi casa, y con los ojos llorosos nos dimos un abrazo sin querer separarnos.

-Prométeme que no vas a tener otro mejor amigo, Dani-me pidió y yo asentí abrazada a él.

-Tú prométeme que no te vas a olvidar de mi, Pablo-le dije.

-Yo nunca me voy a olvidar de ti, peque-dijo besando mi cabeza.

Ambos secamos nuestras lágrimas y esperé que desapareciese al cruzar la calle para entrar en casa.

Siempre noté una conexión muy especial con él, pero no fue hasta que crecí que me di cuenta que me había enamorado de mi mejor amigo.

A pesar de él estar en Barcelona y yo en Sevilla no habíamos perdido el contacto, y los Páez cada vez que subían a verle me ofrecían ir, asique así fueron pasando los años y ambos crecimos cumpliendo nuestra promesa.

Todo mejoró cuando Pablo insistió en que estudiase en Barcelona, y aunque me costó muchísimo convencer a mis padres al final me dejaron hacerlo.

Asique me mudé con Carla, una chica que conocí en el grado y con la que llevaba compartiendo piso casi año y medio.

Era la única que sabía lo que sentía por Gavi, y siempre tenía las palabras correctas para mí, desde luego, que era como una hermana para mi.

Lo que yo no sabía, era que por culpa de una fiesta, me iba a ver envuelta en una maraña de mentiras para ayudar a mi mejor amigo y que esa maraña de mentiras, me traería demasiados dolores de cabeza...

(CONTINUARÁ...)

Introducción subida, ¿Quién me acompaña en esta nueva historia?

¡Opiniones, os leo!!❤️✨️

JURAMENTO ETERNO DE SAL-PABLO GAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora