66-La niña viene ya

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*Dani*

Aina me ofreció un plato de sopa al rato grande mientras Esther se sentaba a comer en una mesa que había.

-No comas-me susurró mientras me ofrecía el plato súper flojito.

Aparte el plato de mi lado, tampoco tenía ni una pizca de hambre, las contracciones no habían parado, al revés, ahora eran cada cinco minutos aproximadamente y estaba muerta de miedo.

Estaba sola, o peor aun, no estaba sola, estaba con una chalada.

Esther terminó de comer y se sentó en el suelo frente a mi mirándome confusa.

-Come-me dijo firme.

-No quiero comer, quiero que me dejes en paz-le pedí sin mirarla y ella rió.

-¿No lo entiendes verdad Daniela? Esto para ti ha terminado, si Gavi no es para mí jamás lo va a ser para ti-me dijo entrecerrando los ojos y yo dirigí mi mirada a ella.

-¿Porqué haces esto? No te he hecho nada, sólo enamorarme-le dije en un sollozo de desesperación y ella me miró con odio negandome.

-Ese fue tu problema, que te metiste en medio, por primera vez en mi vida era la protagonista y tu no me dejaste serlo-me echó en cara y yo negué secando mis lágrimas-Yo lo tenía primero-me recalcó enfadada.

-Yo llevo en su vida desde que nací, lo vuestro fue algo efímero pero entre Pablo y yo siempre hubo una conexión especial, y contra eso no puedes competir esther-le dije y ella negó.

-Ese es tu puto problema, que te crees mejor que yo, igual que mi hermano, por eso mis padres lo prefieren a él y Gavi te prefiere a ti-dijo con odio-pero no, esta vez no, esta vez gano yo-dijo dándo un golpe en el suelo.

-No lo entiendes, podrás deshacerte de mi pero Pablo siempre me va a querer y nunca va a querer estar contigo-le dije en un sollozo.

-Eso lo veremos,por lo pronto me estorbais las dos-dijo mirando mi tripa y yo sollocé desesperada negando.

-Porfavor, no le hagas nada a mi niña, también es la hija de Gavi, el se muere si a esta niña le pasa algo, déjame ir a un hospital porfavor-le supliqué entre sollozos pero ella negó sería mientras se levantaba para irse al sofá y seguir viendo la tele.
De fondo salían las noticias, donde salía mi imagen de fondo.

Otra contracción me azotó y un pequeño charco salió de mi entrepierna.

No por favor, ahora no Aitana, ahora no podía romper aguas.

Intenté reprimir mis sollozos, pero a estas alturas ya no podía, las cosas no podían estar peor..

*Gavi*

-Hijo, te he traído esto-me dijo mi madre saliendo al jardín con los ojos rojos e hinchados, todos estábamos pasándolo fatal.

Dejó la tila en la mesa que tenía delante de mí, y yo seguí mirando el peluche de mi niña entre mis manos.

Había rezado en las últimas doce horas todo lo que no había rezado en mi vida entera, solo pedía que las dos estuviesen bien, porque si les llega a pasar algo a alguna me moriría.

Todo Barcelona se había volcado en la búsqueda, pero la hija de puta de Esther se estaba riendo hasta de la policía.

Había limpiado no se como todo tipo de rastro para que no hubiese forma de encontrarlas, y conforme pasaban las horas yo cada vez me desesperaba más.

La policía me había dicho que estas cosas iban lentas y que seguramente Esther llamaría para pedir un rescate pero yo sabía que no lo iba a hacer.

Esther no quería dinero, ella solo quería esto, vernos sufrir y hacernos daño porque estaba obsesionada con nosotros.

JURAMENTO ETERNO DE SAL-PABLO GAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora