𝐌𝐎𝐍 𝐀𝐌𝐎𝐔𝐑 - 𝗮𝗻𝘁𝗵𝗼𝗻𝘆 𝗯𝗿𝗶𝗱𝗴𝗲𝗿𝘁𝗼𝗻

<< 𝟏𝟕 >>

El tema de los mujeriegos se ha tratado con anterioridad en esta columna, y EstaAutora ha llegado a la conclusión de que hay mujeriegos y Mujeriegos.

Anthony Bridgerton es un Mujeriego.

Un mujeriego (con minúscula) es joven e inmaduro. Hace alarde de sus hazañas, secomporta con suma imbecilidad y se cree peligroso para las mujeres.

Un Mujeriego (con mayúscula) sabe que es peligroso para las mujeres.

No hace alarde de sus hazañas porque no siente ninguna necesidad. Sabe que tantohombres como mujeres murmurarán sobre él. Sabe quién es y qué ha hecho; los demáscuentos son superfluos.

No se comporta como un idiota por la sencilla razón de que no lo es (no más de loque debe esperarse de todos los miembros del género masculino). Tiene poca pacienciacon las debilidades de la sociedad, y con toda franqueza, la mayoría de las veces EstaAutora no puede decir que le culpe.

Y si eso no describe a la perfección al vizconde de Bridgerton - sin duda el solteromás cotizado de esta temporada-, Esta Autora dejará Su pluma de inmediato. La únicapregunta es: ¿será 1814 la temporada en la que por fin sucumba a la exquisita dicha delmatrimonio?

Esta Autora piensa...

que no.

REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN

20 de abril de 1814

Annette abrió la puerta de Hasting House junto con Cacahuete - su nuevo perro de raza Cavalier-, tan solo tenía siete meses, era un cachorro que se había encontrado en las calles de París, dos días antes de su partida a Londres.

Las cosas habían cambiado bastante, después de la vuelta de Simon, decidió que necesitaba tiempo para ella y aunque no tuviera la mejor relación con su tía, creyó que lo mejor sería volver a París, al menos por un tiempo hasta que la temporada social londinense empezara.

Necesitaba alejarse de Simon, porque por mucho que él le pidiera disculpas continuamente, no podía perdonarlo tan fácilmente, y de Anthony, después su última charla en Bridgerton House donde Annette dijo que la ignorara, él lo cumplió, no se hablaban, solamente lo hacían cuando era necesario. Así que en agosto decidió partir y no volver hasta diciembre.

Esos meses en París habían sido un soplo de aire fresco para ella, su tía no había estado tan encima suyo como anteriormente. Al casarse otra vez, estaba de un humor diferente, suponía que eran los efectos del amor.

Mientras recorría las preciosas y pintorescas calles de París, conoció a un chico que se estaba iniciando en la pintura llamado Théodore, fue muy amable con ella y la invitó a ir a sus clases de de dibujo, aprendiendo así finalmente a dibujar.

También durante esos meses siguió hablando con Charles Sinclair, estuvieron todo el tiempo mandándose correspondencia y cada día estaba más convencida que el chico era un santo. En cuanto a sus sentimientos... eso era un tema a parte, no sabía muy bien que sentir acerca del chico, creía que le gustaba pero no estaba muy segura.

- ¡Ya estoy en casa!- exclamó, soltando de la correa a Cacahuete.

- Hola Anne- saludó Daphne con una sonrisa.

- ¿Que tal está el bebé?-preguntó.

La duquesa se acarició la barriga - Muy bien.

- Me alegro. ¿Y mi hermano?