𝐌𝐎𝐍 𝐀𝐌𝐎𝐔𝐑 - 𝗮𝗻𝘁𝗵𝗼𝗻𝘆 𝗯𝗿𝗶𝗱𝗴𝗲𝗿𝘁𝗼𝗻

<< 𝟏𝟖 >>

En el baile de los Heartside el miércoles por la noche, se pudo ver al vizconde Bridgerton bailando con más de una joven soltera. Esta conducta sólo puede calificarse de «sorprendente», ya que normalmente Bridgerton evita a las jovencitas recatadas con una perseverancia que sería admirable si no resultara tan frustrante para todas las mamás con intenciones matrimoniales. ¿Es posible que el vizconde haya leído la columna más reciente de Esta Autora y que, haciendo gala de esa actitud perversa que todos los varones parecen compartir, haya decidido demostrar a Esta Autora que se equivocaba? Podría dar la impresión de que Esta Autora se atribuye más importancia de la que de hecho ejerce, pero está claro que los hombres han tomado decisiones basándose en mucho, mucho menos.

REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN

22 de abril de 1814

Colin Bridgerton observó a Kate marchar con expresión pensativa.

— ¿En qué piensas?—preguntó Anne, sin fiarse del hombre.

— Ya verás— dijo con una sonrisa traviesa.

Y seguidamente se encaminó hacia su hermano mayor quien estaba apoyado contra la pared con los brazos cruzados en actitud casi beligerante. 

La chica corrió rápidamente hacia él para alcanzarlo.

— ¿Pero que piensas hacer?— preguntó, no quería acercarse a Anthony.

Él simplemente sonrió.

— ¡Anthony! —le llamó y dio una palmada a su hermano en la espalda.

El hombre miró a Colin y entonces la vió, Annette, le extrañaba que se encontrara ahí, la chica si podía evitarlo no se acercaba a él.

—¿Cómo ha ido tu baile con la encantadora señorita Sheffield? 

—Servirá. —Fue la escueta respuesta de Anthony. 

La chica hizo una mueca, no podía creer que hablara de una chica de esa manera, ¿que clase de hombre hablaba de esa forma para referise de la mujer que quería que fuera su futura esposa?

— ¿De veras? —Los labios de Colin esbozaron una sonrisa muy leve.

El vizconde desvió la mirada de su hermano hacia la chica, tenía una mueca en su cara, de molestia, tuvo que reprimir una sonrisa, sabía que le había molestado su comentario, pero, aunque fuera de molestia al menos tenía alguna reacción de parte suya.

Estaba tan cambiada, desde que volvió de París ya no era la misma, físicamente parecía más adulta y ya no llevaba el pelo tan largo, estaba sumamente atractiva, aunque siempre lo había sido. En cuanto a personalidad, seguía igual que siempre excepto con él, obviamente, las cosas no estaban bien entre ellos y aunque le doliera, porque sabía que le estaba haciendo daño, era lo mejor. Pero una cosa que sí había notado desde su vuelta, es que mostraba mucha más seguridad que antes y si ya de por si le atraía, en esos momentos más.

— ¿Pasa algo Annette?— preguntó con una sonrisa ladina.

Quería molestarla.

Ella resopló.

— Dice mucho como persona si hablas de la mujer con la que quieres contraer matrimonio como si fuera un reloj nuevo.